La Iglesia del Santo Sepulcro de Estella es una de las mejores portadas góticas de Navarra. Dentro del arte gótico en Navarra, a la altura de esta obra de arte sólo llegan a asimilarse las portadas del claustro de catedral de Pamplona y la portada de la iglesia de Santa María de Olite. Fue realizada en la segunda mitad del siglo XIII. Sus autores fueron artistas franceses traídos por los reyes de la dinastía Champaña. La fecha de finalización está indicada en la orla que rodea a los dos curiosos personajes que se encuentran a la izquierda del la portada: 1.272, en tiempos del Enrique I el gordo, tercer rey de dinastía francesa en Navarra. La iglesia del Santo Sepulcro es un excelente ejemplo de la expansión de las influencias francesas a lo largo de la ruta jacobea.
La belleza de esta portada es el mejor recibimiento que pueden tener los peregrinos cuando llegan a Estella. La iglesia del Santo Sepulcro se encuentra en pleno camino de Santiago, en la misma entrada de la ruta jacobea en la ciudad. El patrón de los peregrinos, Santiago, está representado en una de las dos esculturas (desgraciadamente en mal estado de conservación) que se adelantan sobre la fachada, como si quisieran salir al encuentro del caminante. La otra imagen tiene varias identificaciones, que van desde San Julián pasando por San Saturnino o el obispo San Martín de Tours, de gran devoción en Francia.
La iglesia del Santo Sepulcro está inacabada, pero su fachada norte es una de las joyas de la escultura medieval de Navarra. Decenas de detalles fijaran la atención del observador atento.
En el tímpano se representa la crucifixión de Cristo. Le flanquean dos soldados y María y San Juan. En la escena sorprende la representación de los otros dos crucificados. Son mucho más pequeños que Cristo. Además de por una cuestión de espacio esta diferencia de tamaño resalta la mucha mayor importancia de Cristo.
Debajo de la crucifixión está representada el momento en que las tres Marías encuentran el sepulcro de Cristo vacio, el descenso de Cristo a los infiernos para rescatar del Hades a los justos muertos antes de la Salvación, y el Noli me Tangere, momento en que Cristo se aparece a María Magdalena tras la resurrección.
En la primera escena, sobresale el hermoso ángel. Además tiene gran encanto la representación de los tres soldados dormidos alrededor del sepulcro. Destaca la minuciosidad con la que se han tratado las cotas de mallas y las armas.
En el descenso de Cristo a los infiernos vemos a Cristo rescatando a Adán de las fauces del Leviatán, símbolo del averno. Detrás de Adán también podemos ver a Eva. Destaca la representación del Leviatán y también la de los dos diablos que muestran temor y respeto ante la presencia del Salvador.
Extraordinaria es la representación de la Última Cena. Los apóstoles tienen todos diferentes posturas y actitudes: unos comen, otros beben, otros cortan la comida. Muy curiosa es la representación de los pies de los comensales debajo de la mesa. La mesa está cubierta con un mantel con primorosos plegados que separan a cada uno de los personajes.
Es magistral la representación de Cristo, San Juan y Judás. Cristo rodea con su brazo derecho a su querido Juan, que se acuesta en su regazo delicadamente. En cambio, con la mano izquierda da de comer a Judás. Es la interpretación de la Última Cena del evangelio de San Juan, cuando Jesús dice a los apóstoles que uno de ellos le va a traicionar. Preguntado por la identidad del traidor, Jesús dice (Jn 13,26): “ Voy a mojar un trozo de pan, y a quien se lo dé, ese es”.
El apóstol amado y el traidor que le vende. Las dos caras de la vida, lo bueno y lo malo, que Cristo, en su humana naturaleza, tuvo que gozar y sufrir en sus propias carnes.
Sobre el tímpano, en el bello juego de arquivoltas, encontramos a seis ángeles. Unos llevan instrumentos de la pasión de Cristo que con el tiempo se han perdido, salvo uno de ellos que porta la Cruz. Otro de los ángeles porta un crismón bastante raro por su forma cuadrilobulada. El ángel que está en el vértice de la portada lleva las trompetas del juicio final. Y encina de este ángel se encuentra Cristo resucitado. La colocación ascendente de los ángeles que acaba en Cristo alude a la ascensión relacionada con la resurrección de los muertos el día del juicio final.
A ambos lados de la portada hay un apostolado. Pero ¿son todos apóstoles?. No es la única curiosidad…
- Continuación: La iglesia del Santo Sepulcro - Estella (2/2) - Iglesia del Santo Sepulcro – Mapa iconográfico
© Julio Asunción.
julioasuncion@hotmail.com
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