La Bastida de les Alcusses es uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de la Comunidad Valenciana. Fue declarado Monumento Histórico-Artístico en el año 1.931. Se encuentra a pocos kilómetros de la localidad valenciana de Mogente. Al yacimiento se puede llegar en coche. El desvío se encuentra señalizado en la carretera local que comunica Moixent/Mogente con Fontanars dels Aforins.
No sabemos el nombre ibérico original de la ciudad. El nombre actual viene del monte donde se encuentra, La Bastida, y del valle que está al norte del yacimiento, Les Alcusses.
La Bastida de les Alcusses es un oppidum, una ciudad fortificada. Se encuentra a 741 m. de altura ocupando la cima del monte, dominando los valles del entorno.
La Bastida de les Alcusses tuvo una vida corta, unos 100 años. Su existencia transcurrió en el mejor momento de la cultura ibérica, el siglo IV a.C. Fue una de las ciudades más importantes de la Contestania que era la región de los iberos que se extendía por el sureste peninsular (Alicante y también parte de otras provincias limítrofes).
La ubicación de la ciudad ibérica era sumamente estratégica, ya que domina el pasillo que comunicaba la costa con la meseta y la Alta Andalucía, y al mismo tiempo controla el corredor del río Vinalopó, que lleva a tierras alicantinas. Esto convertía a este lugar en sitio de paso de corrientes comerciales y culturales, que han dejado su rastro en las cerámicas griegas de importación aparecidas en la Bastida. Aunque las actividades principales del poblado eran la agricultura y la ganadería, aprovecharon las vías comerciales para intercambiar los productos primarios por vajillas de lujo y otros productos de importación.
El yacimiento de La Bastida de les Alcusses está perfectamente preparado para la visita. En las afueras del poblado se ha recreado además una casa ibera. Reproduciendo la planta de una de las casas excavadas, se han alzado paredes y techo con las mismas técnicas que usaban los iberos: sobre un zócalo de piedra (que es lo que se conserva en este tipo de yacimientos arqueológicos) se han levantado las paredes de adobe (ladrillos de barro) y las cubiertas (techos de entramado de vigas de madera y cubierta vegetal rematados con una gruesa capa de barro impermeabilizante). Se puede visitar además el interior de la casa ibérica, donde se han reproducido las diferentes estancia: vestíbulo, sala principal, área de molienda, cocina, patio y almacén. Es curioso que todavía hay pueblos en el norte de África que utilizan sistemas de construcción muy similares para sus casas.
A lo largo del recorrido encontraremos paneles informativos que nos ayudaran a la interpretación del yacimiento.
Lo más impresionante del yacimiento es la muralla que lo rodea y que se conserva casi en su totalidad. Destaca la parte Oeste, donde se encontraban tres de las puertas que estaban defendidas por torres: la puerta Oeste (la principal), la puerta Norte y la puerta Sur. Todavía se conservan varias de las torres. La muralla alcanza en algunos puntos casi los tres metros de altura. Hemos de imaginar lo imponente que sería con el remate de adobes que la elevaría hasta los 6-8 metros de altura.
En la explanada frente a la muralla hay una reproducción en bronce de la Bastida de les Alcusses, donde podemos hacernos una idea de la estructura del yacimiento arqueológico en su totalidad.
Entramos en la ciudad ibérica por la puerta Oeste imaginando las altas torres vigiladas por guerreros iberos armados con lanzas y falcatas, la famosa y mortal espada ibérica. Podemos ponernos en el papel de un habitante del poblado que vuelve de las labores del campo o de una incursión guerrera, de un ibero de otro poblado que viniera a tratar asuntos importantes o incluso podríamos ser un comerciante fenicio o griego que quisiera colocar sus mercancías. Avanzamos por lo que fue la calle central que estructuraba el urbanismo de la ciudad hasta llegar a la zona central, donde hay excavadas un buen número de casas donde apreciamos los zócalos de piedra sobre los que se alzaban las paredes de abobe. Las casas se adaptan a la ladera de la montaña de manera escalonada y se disponen en manzanas a ambos lados de la calle central.
En uno de los paneles informativos se señala la habitación donde apareció una de las joyas de la arqueología ibérica: el guerrero de Mogente. Es un pequeño exvoto que representa a un jinete ibero y que está expuesto en el Museo de Prehistoria de Valencia. ¿Qué hace un exvoto en una casa? Generalmente los exvotos ibéricos se encuentran en los santuarios, no en las casas. Hasta el momento no se ha localizado ningún edificio que se haya identificado como templo o lugar sagrado. en La Bastida. La explicación seguramente está en que en las casas cercanas se localizaron hornos y escorias de fundición. Parece que en estas manzanas se trabajaba el metal, hierro, bronce… Además de armas y aperos agrícolas la actividad metalúrgica del poblado produciría también exvotos que luego serían depositados en santuarios hoy desconocidos vinculados a la ciudad. El pequeño guerrero de Mogente podría ser uno de estos exvotos preparados para una ofrenda. En vez de acabar en un santuario ibérico acabó en un museo, al fin y al cabo, santuario de cultura. El guerrero de Mogente se ha convertido en un verdadero emblema de la cultura ibérica. De hecho es el logo del Museo de Prehistoria de Valencia y ha pasado a ser el símbolo turístico de Mogente. A la entrada del yacimiento hay una reproducción del Guerrero de Mogente de un metro de altura. El original sólo mide unos centímetros. Para saber más sobre esta importante pieza arqueológica consultar: El guerrero de Mogente.
Otra de las piezas arqueológicas principales aparecidas en la Bastida de les Alcusses fue una lámina de plomo escrita el alfabeto ibérico, con un listado de nombres propios que se ha identificado como un documento comercial o de contabilidad. Cuando se consiga traducir el lenguaje de los iberos esta pieza y otros plomos aparecidos en otros yacimientos nos ilustraran sobre muchos de los secretos y curiosidades que la Historia todavía no desvela sobre esta cultura.
Entre las casas podemos ver un aljibe, a todas luces insuficiente para abastecer a todo el poblado ibérico, por lo que la subida del agua desde el valle debió ser una de las actividades habituales de los habitantes de la Bastida.
Desde el barrio de casas podemos disfrutar de las panorámicas que hacían de este lugar un sitio estratégico que controlaba los valles cercanos. En el fondo de estos valles podemos ver los campos cultivados que ya lo fueron en su día por los habitantes de la ciudad ibérica.
La ciudad ibérica de las Bastida de Les Alcusses fue abandonada en el hacia el año 325 a.C. ¿Qué ocurrió? En las excavaciones han aparecido cenizas, restos de incendio. ¿Fue atacada la ciudad, destruida y masacrados sus habitantes? Seguramente. De ser así, ¿quién acabó con la ciudad ibérica de La Bastida. Pudo ser otro clan ibero, ya que los romanos todavía no habían empezado la invasión de la Península Ibérica. Los iberos tenían una estructura de ciudades con gran independencia entre sí, es decir, no parece que se regían por un jefe o rey que aglutinara a todos los contestanos. Una guerra contra otra de las ciudades iberas del entorno (La Serreta, en Alcoi, o Edeta en Lliría por poner dos ejemplos) pudo acabar de manera tan dramática con el poblado de La Bastida.
Volvemos a la parte oeste de la ciudad por el camino de ronda que discurre junto a la muralla. Salimos de la ciudad por la puerta norte. Nos despedimos de los imaginados guardias de las torres. Volvemos la vista para echar una última mirada al recio recinto defensivo. Estas murallas facilitaban la protección pero no la aseguraban por completo en estos tiempos difíciles de enfrentamientos por el control del territorio y los recursos que hacían de estas poblaciones no sólo agrícolas y ganaderas, sino también guerreras.
El yacimiento arqueológico fue descubierto en 1.909. Las excavaciones se iniciaron en 1928 y hoy las nuevas campañas de excavación retoman el relevo en pro de la conservación de esta muestra tan importante del patrimonio arqueológico levantino. Queda mucho por excavar, por lo que seguro de La Bastida de les Alcusses todavía dará muchas sorpresas e información sobre esta cultura tan atrayente que es la de los iberos.
Excelente recreación infográfica del poblado realizada por el Museo de Prehistoria de Valencia:
© Julio Asunción
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