VIRGEN DE UJUÉ - Navarra



Ujué se levanta en la cima del monte, como una atalaya que vigila la Zona Media de Navarra, esa tierra de vino y cereal que marca la transición entre los Pirineos y la Ribera. En la iglesia, que también fue utilizada como fortaleza, encontramos a la Virgen de Ujué, una joya de la imagineria románica.


La Virgen de Ujué es una de las imágenes que suscita más devoción en Navarra. Miles de romeros se dirigen andando todos los años al santuario para adorar a la Virgen. Esta devoción viene de lejos. Los reyes de la dinastía Evreux fueron grandes devotos de la Virgen de Ujué. Especialmente Carlos II (1.332-1.387) que hizo depositar su corazón junto a la Virgen de Ujué, como si fuera una ofrenda. Así, el corazón de Carlos II está en una hornacina a pocos metros de la Virgen.
 
Carlos III el Noble(1.361-1.425), hijo de Carlos II, regaló un magnífico cáliz a la Virgen de Ujué, obra de primer orden dentro de la orfebrería navarra y que hoy podemos contemplar en el Museo de Navarra, en Pamplona. La hija de Carlos III, la reina Doña Blanca, también dispuso aquí su sepultura, deseo que finalmente no pudo realizarse.

¿Que tiene la Virgen de Ujué que hizo enamorar a los  reyes de la dinastía Evreux y que aun hoy enamora a los miles de romeros que la adoran? Quizás ese rostro tan hermoso o ese bello chapado en plata que realza el valor de la virgen.
Según la especialista Clara Fernández-Ladreda el espectacular recubrimiento en plata de la Virgen de Ujué es también románico, del mismo tiempo que la escultura de madera, hacia 1.190. Carlos II engalanó el trono de la Virgen posteriormente con ornamentos, como el relieve en plata que representa al Pantocrator, el sello de la Virgen de Rocamador o los vistosos escudos en esmalte de Navarra y Francia. También añadió piedras preciosas y semipreciosas que dan todavía mas vistosidad a la Virgen de Ujué.

El chapado en plata de la Virgen Ujué, como el de las demás vírgenes adornadas con este lujoso recubrimiento, hace referencia a la gran devoción de la que gozaron estas imágenes. La elaboración de estas tallas chapadas en plata sólo podían permitírsela santuarios bien dotados económicamente. Y sólo los santuarios principales, los que tenían más devotos, obtenían las suficientes donaciones para tener una situación económica saneada que permitiera este tipo de obras. Si a esto añadimos el favor de la monarquía navarra podemos comprender la riqueza de la imagen de la Virgen de Ujué.

La Virgen de Ujué mide 91 centímetros. La tipología de la imagen es típicamente románica, predominando la frontalidad. La Virgen se convierte aquí en un trono para el Niño, Trono de Sabiduría. No toca al Niño, sus brazos sólo le enmarcan y las piernas se disponen en un riguroso paralelismo.

Una curiosidad de esta imagen que destacó Fernández-Ladreda es la sensación de bloque compacto de Madre e Hijo. Esa sensación se debe a la estrechez de la Virgen que casi coincide en anchura con la del Niño.


Pero lo que más destaca de la imagen es la belleza de su rostro, sin duda uno de los más hermosos de las vírgenes románicas navarras. Sus ojos grandes y expresivos y la delicadeza de las facciones, de boca pequeña y nariz corta y fina, alejan un tanto a la Virgen de Ujué del hieratismo del románico. Quizás por eso se la llama "la morenica y galana". Esa cara tan hermosa enamora al cófrade,  al turista o al amante del arte que se acerca a la reina de Ujué.

El nombre del pueblo y de la Virgen de Ujué proceden de la curiosa leyenda de la aparición de la imagen. El nombre del pueblo viene de la palabra vasca Usua, que significa paloma en euskera, que posteriormente derivó en Ujué. Dice la tradición que un pastor que cuidaba su rebaño por estas tierras quedó sorprendido al ver que una paloma entraba y salía repetidamente de un agujero en la roca. El pastor, intrigado, trepó hasta la covacha y  allí se encontró ante la imagen de la Virgen. La noticia de la aparición hizo que muchos vecinos se acercaran a su vez a verla. Su belleza y el milagroso descubrimiento, hizo que hubiera paisanos que decidieran asentarse en el lugar y construir un templo a la virgen, formándose el pueblo, que tomo el nombre de Usua, paloma, en recuerdo a la paloma que llevó al descubrimiento de la imagen. Este es el origen legendario de Ujué.
 
Esa atracción de la Virgen continúa vigente como demuestran las romerías que llevan cada año a miles de romeros ante la Virgen. El día principal  de las romerías es el domingo siguiente a San Marcos (25 de abril). Olite, Tafalla, Santacara, Beire, Carcastillo, Pitillas, etc. Muchos son los pueblos que ven en ese horizonte montañoso coronado por Ujué un lugar de peregrinación, de cita anual ineludible.

  
En lo alto del monte, tocando el cielo, tiene su casa la Virgen de Ujué. Es una de las vírgenes más veneradas en Navarra desde hace siglos. Ten cuidado cuando visites a la Virgen de Ujué. Puede que te ocurra como al rey Carlos II y dejes en este santuario un trocito de tu corazón.

Si visitas a la Virgen de Ujué no dejes de visitar el resto de los monumentos de la villa medieval. Aquí tienes información sobre el pueblo y sobre la iglesia donde se encuentra la Virgen de Ujué, que está declarada Monumento Nacional.

- Ujué, villa medieval.
- Iglesia de Santa María de Ujué


© Julio Asunción

julioasuncion@hotmail.com

Portada norte de la Iglesia de Santa María de Ujué


Uno de los grandes atractivos de la iglesia de Santa María de Ujué es la escultura gótica que adorna las dos portadas y el paseo de ronda. Todo el trabajo escultórico fue realizado a lo largo del siglo XIV.

En otro artículo (ver aquí), ya tratamos la magnífica portada sur, obra de un artista de gran calidad y refinado trabajo. La portada norte es totalmente distinta. Las esculturas son de un autor de menor calidad pero que estaba más influenciado del simbolismo del románico aunque las esculturas son del siglo XIV, góticas. 

La portada carece de tímpano, pero en los capiteles encontramos escenas misteriosas y alusivas al mal, al pecado y a los siervos del diablo.

A la izquierda, vemos tres personajes, dos humanos y uno simiesco en el centro. De este grupo el de la derecha se está masturbando, y es muy probable que el de la izquierda, al que le falta un brazo, también lo estuviera haciendo o en todo caso también estaría en una actituz procaz, ya que también se encuentra desnudo. El hombre-simio el centro podría representar la animalidad de sus acompañantes dedicados a tan lujuriosa y pecaminosa tarea según los cánones de la época.


La siguiente escena es bastante enigmática. Una mujer con un árbol arrancado en la mano que da de comer a un jabalí hembra, distinguible por las tetas del animal.

 
La siguiente escena se ha identificado como Sansón matando al león. No lo tengo nada claro. El personaje más parece una mujer, incluso la de la escena anterior.


El siguiente personaje es un mono tocando un instrumento musical y vestido con ropas que pudieran ser de monje.
Luego vemos a una mujer con un monje junto a una cuba. La figura de la mujer, que puede ser la misma que aplacaba al jabalí y dominaba al león ahora controla la gula del monje que seguramente buscaba beber del barril.


Por último un centauro que pelea contra un extraño personaje. En el escudo del centauro la cara de otro mono.


De este lado de la portada podemos destacar la presencia recurrente del simio como símbolo del pecado y como desviación del comportamiento humano hacia lo animal. Hay una crítica al comportamiento libertino de algunos monjes, como el que tiene que ser parado por la mujer para que no se de a a bebida o el mono monje que se entretiene tocando música en vez de preocuparse en rezar o hacer otras tareas más propias de su condición. La mujer que controla a los animales y al monje podría ser la representación de una santa a la que se le tuviera especial devoción por los promotores de la portada. Pero su identificación es un misterio. Se la ha querido identificar con Santa Margarita, pero en la iconografía de esta santa se la suele representar con un dragón.

En el lado derecho vemos la escena de un exorcismo. Un hombre tiene a una mujer atada del cuello y se pueden ver los restos del demonio (sólo quedan las uñas) que sale de la cabeza de la mujer. Otra mujer (¿quizás la misma santa del otro lado de la portada?) observa esta lucha contra el mal.


La escena del exorcismo tiene su paralelo con otra en la que otro hombre (quizás San Bartolomé, el santo exorcista o incluso el mismo Dios) que controla con una soga a dos demonios que portan en su espalda las almas de los condenados.


La siguiente escena representa el infierno, con la bestia Leviatán devorando las almas de los condenados.


Luego una serie de animales, algunos monstruosos y acaba el grupo escultórico curiosamente con el busto de una mujer, una reina, que contrasta fuertemente con los animales y la representación el infierno cercana. Frente a ella, al otro lado del arco del contrafuerte hay el busto de un hombre, un rey. Se ha identificado habitualmente con Carlos II el Malo. Yo creo que seguramente se trate de Luis el Hutin, bajo cuyo reinado se construyeron las naves góticas y seguramente esta portada que parece anterior a la portada sur.
En el lado derecho se vuelve a hacer hincapié en la lucha del bien contra el mal. El exorcismo avisa a los feligreses del peligro que corren de caer en las garras del mal, que siempre está acechando. Pero les da la esperanza de ser ayudados para combatirlo, pues la escena de los demonios atados da testimonio de las fuerzas del bien sobre el mal. 
El Leviatán, el monstruo del infierno, advierte del futuro horroroso para los pecadores. Y es que para tener la ayuda de las fuerzas del bien hay que ganárselo.
Sobre la puerta un crismón, la representación de Dios, Jesús y la Trinidad. El crismón convierte la puerta de la iglesia en la Puerta del Cielo. El mal, representado en los personajes esculpidos en la portada, queda fuera. El crismón señala el territorio sagrado, el hogar del bien, donde el mal no puede habitar..
La puerta norte de la iglesia de Santa María de Ujué es toda una lección que nos acerca al modo de pensar y a los temores de aquellos hombre y mujeres de hace 700 años.

Aquí tienes otros artículos relacionados con Ujué que te ayudarán a conocer mejor este hermoso pueblo de Navarra:


- Iglesia de Santa María de Uj

- Tímpano de la iglesia de Santa María de Ujué.

- Mirador de Ujué.

- Lugar de Coronación Canónica de la Virgen de Ujué
 
© Julio Asunción
julioasuncion@hotmail.com

IGLESIA DE SANTA MARÍA DE UJUÉ - Exteriores


Uno de los monumentos más interesantes y de visita obligada de Navarra es la iglesia de Santa María de Ujué. Además de ser uno de los santuarios marianos más importantes de Navarra, su arquitectura y escultura hacen a este templo único. Su valor artístico está reconocido desde antiguo. En 1936 la iglesia de Santa María de Ujué fue declarada Monumento Nacional.


Ujué fue lugar sagrado desde mucho antes de la construcción de la actual iglesia. De ello dan fe los restos de un oratorio romano que se encontró en las excavaciones arqueológicas que se realizaron en el interior de la iglesia y las aras (altares romanos) que se encontraron en el pueblo.

Uno de los grandes valores de la iglesia de Santa María de Ujué es que muestra una arquitectura sumamente original. A primera vista parece un castillo, más que una iglesia. La iglesia de Santa María de Ujué es una iglesia-fortaleza enclavada en lo más alto del pueblo, en situación estratégica, con dominio visual de decenas de kilómetros a la redonda, abarcando desde el Pirineo hasta el Moncayo. De hecho la iglesia ocupa el solar donde se levantó uno de los castillos más importantes del antiguo reino de Pamplona que aprovechaba esta situación privilegiada. Las dos poderosas torres que coronan la iglesia parece que quisieran recordarnos ese origen guerrero.
Otro detalle arquitectónico que hace a la iglesia de Ujué muy especial es el paseo de ronda que rodea las naves de la iglesia. Esta galería es única en Navarra. Pasear por ella nos sumerge de lleno en la Edad Media al tiempo que nos permite disfrutar de grandes panorámicas sobre la Zona Media de Navarra desde su espléndida balconada gótica.
También, recorriendo el paseo de ronda, podremos apreciar los ábsides románicos, bellos en su simplicidad y adornados con el típico ajedrezado jaqués que desde Jaca se extendió siguiendo el Camino de Santiago e influyó en otros muchos templos románicos.
Ábsides románicos de la iglesia de Santa María de Ujué
Nuestro paseo admirando la original arquitectura de la iglesia de Santa María de Ujué se interrumpirá más de una vez ante la excelente escultura que la adorna. La iglesia nos ofrece dos portadas muy diferentes. La portada sur, por la que se accede habitualmente al templo, está protagonizada en su tímpano con la representación en su tímpano de la Adoración de los Reyes Magos y por la Última Cena. Es trabajo de un artista de gran calidad.

- Portada sur de la iglesia de Santa María de Ujué.

Portada sur de la Iglesia de Ujué

La portada norte está trabajada por artista de manos menos hábiles pero con un arte que rebosasimbolismo y expresividad. También en el paso de ronda podremos contemplar más esculturas, entre las que destacan los evangelistas o la curiosa escena de dos hombres luchando por una mujer.

- Portada norte
- Lucha de dos hombres por una mujer.

Escultura de la portada norte de la Iglesia de Santa María de Ujué
En el interior de la iglesia, que suele estar abierta todo el día, nos aguardan más sorpresas.

IGLESIA DE SANTA MARÍA DE UJUÉ - Interior



Lo mismo que la arquitectura de la iglesia de Santa María de Ujué es sumamente original en el exterior no lo es menos en su interior. La iglesia tiene una cabecera plenamente románica, del siglo XI que contrasta fuertemente con unas naves góticas del siglo XIV, que empezaron a ser levantadas en el reinado de Luis el Hutin (1305-1314), como acredita el escudo de este rey que podemos ver en una de las claves. La explicación de que no se pudiera completar la reforma gótica de la iglesia está en las penurias ocasionadas por la peste del siglo XIV. Lo que en su día fue una desgracia hoy nos ha proporcionado una mezcla única de la arquitectura medieval y la preservación de los ábsides románicos, uno de los grandes valores del templo de Ujué. Otra curiosidad: los ejes de la parte románica y gótica no coinciden.

Dentro de la iglesia, en la zona del coro, se guarda una sillería de gran valor del siglo XVIII construida con madera de nogal con escenas relacionadas con la vida de la Virgen. Detrás de la sillería una sorpresa que se encontró hace pocos años: unos frescos góticos con la imagen de la Virgen y la escena de los tres vivos y los tres muertos, de la que se conserva en bastante buen estado la representación de los tres vivos que quedan perplejos al encontrarse con los muertos que les vaticinan el futuro que a todos nos espera.

Frescos del siglo XIV de la Iglesia de Santa María de Ujué
Junto al altar, en una hornacina del ábside central encontamos una rareza: el corazón de Carlos II el Malo, rey de Navarra de la segunda mitad del siglo XIV que era gran devoto de de la Virgen de Ujué y que decidió que su corazón, de vida azarosa y abundante en enemigos, reposara para siempre junto a la Virgen.


Y por supuesto, no nos podemos olvidar de la Virgen de Ujué, joya del arte románico y dueña de este gran templo del arte medieval que es la iglesia de Ujué.


En definitiva, la iglesia de Santa María de Ujué es visita obligada para quien quiera conocer un monumento excepcional como pocos.


Es recomendable completar la visita a la iglesia de Ujué con un recorrido por sus calles medievales. En este enlace tienes más información:

- Ujué, villa medieval.

© Julio Asunción
julioasuncion@hotmail.com

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