La excelente portada se completa con un apostolado que se distribuye a ambos lados de la misma. Pero una observación detallada de las doce esculturas me hizo ver que no todos eran apóstoles. Entre los apóstoles reconocemos a San Andrés con una cruz aspada en la mano. San Bartolomé está representado en su iconográfica de patrón de los exorcismos, con un pequeño demonio amarrado con una cadena. San Pablo es el segundo del grupo de la izquierda. Aunque no conserva la espada de su martirio se le representa con su habitual calvicie. El segundo de la derecha es San Pedro. El sexto de la derecha es el joven San Juan. Otros son difícilmente identificables.
Pero lo que más me llamó la atención fue el cuarto personaje del grupo de la izquierda. Lleva unos panes en la mano izquierda. Su aspecto, su vestimenta, y sobre todo, los panes, le identifican como Jesucristo en el milagro de la multiplicación de los panes y los peces (Marcos 6, 30-44). Es más, el número de panes que porta Cristo son cinco, el mismo número que nombra el evangelista Marcos en el pasaje evangélico. En el brazo que falta a Cristo con toda seguridad portaba dos pescados, tal como se dice en el mismo pasaje. Otra posibilidad, teniendo en cuenta que lo más lógico que sea el conjunto una representación de un apostolado y que todos los representados sean apóstoles, es que sea la representación de San Felipe, que aparece también en el pasaje de la multiplicación de los panes y los peces.
Quizás cuando se eligió esta representación se recordaba lo que Aymeric Picaud, el famoso peregrino francés del siglo XI dejo escrito: Estella es ciudad de buen pan, excelente vino, mucha carne y pescado y toda clase de felicidad.
El primer personaje de la derecha es San Juan Bautista con el cordero, si bien aquí no se le ha representado vestido con pieles como es habitual.
Otra curiosidad son los dos personajes representados en el dintel de la portada. Por sus barbas y tocados se han identificado con dos judíos. Generalmente en este lugar de las portadas medievales, sobre todo en las iglesias románicas, se representan monstruos o fieras devoradoras de hombres y almas. Es un lugar arquitectónico de simbología negativa. Seguramente las relaciones entre judíos y cristianos no era buena en Estella ya en el siglo XIII. Estas tensiones desembocaron en el asalto de la judería y matanza de judíos en el año 1.328.
La iglesia del Santo Sepulcro de Estella está muy relacionada con el Camino de Santiago. No sólo porque esté ubicada en la misma ruta de los peregrinos. El Santiago que se adelanta de la fachada, desgraciadamente en mal estado de conservación, recibe a los caminantes. Cristo, representado en el milagro de los panes y los peces, es muestra de las comodidades, el descanso y abundante comida que los peregrinos van a disfrutar en la ciudad. Y a la derecha de la portada, vemos un hermoso ángel sonriente. No dirige su sonrisa a los que se paran a ver la magnífica portada gótica. Dirige su mirada hacia el camino, hacia los peregrinos que no paran de llegar desde hace siglos a Estella.
Debido a la importancia de este legado artístico, sería conveniente su restauración y su protección con un alero al modo de como lo está la fachada románica de la iglesia de San Miguel. Seguro que todos queremos que el ángel de la iglesia del Santo Sepulcro de Estella se siga alegrando con la llegada de los peregrinos muchos siglos más.
julioasuncion@hotmail.com
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