La Batalla de Roncesvalles es una de las batallas más importantes de la Edad Media. No lo fue por el número de contendientes ni por la potencia de los ejércitos, sino por la proyección que tuvo en la literatura y en el folklore. La Batalla de Roncesvalles pasó a ser conocida en todas las cortes de la Europa medieval. Los juglares la difundieron por todos los rincones del continente.
En el año 778 Carlomagno volvía a Francia después de intentar tomar, sin éxito, la ciudad de Zaragoza, en aquel tiempo ocupada por los musulmanes. Cuando las tropas francas pasan por Roncesvalles, en el Pirineo Navarro, los vascones, que dominaban los pasos pirenaicos, caen sobre la retaguardia del ejército franco. Supliendo su inferioridad militar con el conocimiento del terreno obtienen la victoria.
El desastre que fue la derrota de Carlomagno recorrió países y siglos, ya que en la batalla muere su querido sobrino Roldán. Para entender la importancia de este hecho baste decir que el caballero Roldán es para Francia como el El Cid para España, el máximo exponente del adalid cristiano.
La muerte del guerrero Roldán no podía caer en el olvido, y los juglares franceses empezaron a cantar la muerte del guerrero franco hasta que estos cantares se convirtieron, ya en el siglo XII, en la primera obra de la literatura francesa: El Cantar de Roldán. El Cantar de Roldán es uno de los más importantes cantares de gesta de la Edad Media. Su difusión fue extraordinaria influyendo en el arte y en la literatura europea. Hasta Cervantes se acordó de la batalla en su Don Quijote, tomando unos versos muy conocidos en el Siglo de Oro: “Mala la hubisteis franceses en esa de Roncesvalles…”
En Roncesvalles un monumento recuerda la batalla. Se encuentra en los jardines que rodean la Real Colegiata, entre la Iglesia de Santiago y el antiguo albergue de peregrinos (Itzandegia).
El Monumento de la Batalla de Roncesvalles fue erigido por la Diputación Foral de Navarra en el año 1.978 en conmemoración del duodécimo centenario de la batalla (15-8-778)
En una gran roca traída de la sierra de Urbasa vemos un relieve con caballeros luchando. Es el desarrollo del famoso capitel del Palacio de los Reyes de Navarra, de Estella. Los guerreros son Roldán y Ferragut. Representan la leyenda de la victoria del guerrero franco en Nájera sobre un gigante sarraceno.
A la izquierda y un poco más abajo una placa recuerda una frase de la “Vita Karoli” de Eginhardo, publicada en el año 830. Eginhardo era el cronista oficial de Carlomagno y se considera la fuente más ajustada a lo sucedido. Su legado es crucial, ya que los juglares franceses, para exaltar la figura del gran guerrero Roldán, convirtieron a los vascones en miles de sarracenos. No era para ellos ni para la sociedad de su tiempo suficientemente gloriosa la muerte de Roldán a manos de unos montañeses, por lo que convirtieron la muerte de Roldán en una heroica lucha defendiendo la cristiandad contra los moros. Pero ahí quedaron como prueba las palabras de Eginhardo que vemos en la placa: “Vascones in summi montis vértice surgentes…”. La traducción es clara: “Los vascones saliendo de lo más alto de los montes…” Luego Eginhardo narra en la “Vita Karoli” cómo los vascones, aprovechando la ventaja del terreno conocido acaban con la retaguardia del ejército franco: “se abalanzaron sobre la columna que escoltaba a la impedimenta, y empujaron a los soldados que la protegían a un valle situado más abajo y trabando batalla los mataron hasta el último.”
El Monumento a la Batalla de Roncesvalles de alguna manera rescata la verdadera historia de la batalla. Fueron los vascones los que acabaron con la retaguardia franca y con el caballero Roldán, no los sarracenos tal como cuenta el Cantar de Roldán.
El soporte del monumento es una gran roca. Simboliza lo agreste del Pirineo, escenario de la batalla, y también representa las rocas que rodaron ladera abajo empujadas por los vascones, estrategia usada en la batalla para causar daño y desconcierto entre las tropas de Carlomagno.
Curiosamente el desarrollo del capitel de Estella, con la lucha de Roldán y Ferragut, ensalza al héroe muerto en Roncesvalles con el recuerdo de una de sus legendarias victorias. El derrotado ¿se convierte en protagonista? Así fue. De hecho, la muerte de Roldán difundida en el Cantar de Roldán fue el comienzo de la leyenda del caballero franco. Roldán es el personaje histórico más mitificado de todos los tiempos. Cientos de leyendas, historias y hechos asombrosos atribuidos al adalid franco inundaron la imaginación popular a partir de su muerte en la Batalla de Roncesvalles.
La muerte de Roldán es lo que llevó a la batalla de Roncesvalles a tomar tintes épicos. Prueba de ello es que la segunda batalla de Roncesvalles, la del año 824, donde fueron apresados dos condes francos, es prácticamente desconocida.
Por tanto, la muerte de Roldán fue al mismo tiempo su mayor victoria. El guerrero franco triunfó sobre los siglos al grabar su nombre en la Historia, la literatura y la leyenda. ¿Hay mayor éxito que ganar la eternidad?
© Julio Asunción
julioasuncion@hotmail.com
Más monumentos en Roncesvalles:
- Vidriera de la Batalla de las Navas de Tolosa.
- La Virgen de Roncesvalles.
- Monumento a la muerte de Roldán.
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