Tudela fue la corte preferente del rey Sancho VII. Ocasionalmente Estella y Olite también fueron residencia real. Pero no así Pamplona, que era señorío eclesiástico, donde el obispo era el que gobernaba. No obstante, en la capital navarra también encontramos la huella del rey fuerte.
Toda la simbología que evoca a Sancho el Fuerte la tenemos en el Palacio de Navarra. Fue construido a mediados del siglo XIX por José Nagusia. Este edificio representa el autogobierno de Navarra, siendo la sede de las instituciones forales. Como edificio que respira navarridad, en su decoración no podía faltar el recuerdo al rey que ha transcendido la Historia para ser uno de los símbolos de Navarra.
La fachada principal, que da al Paseo Sarasate, está adornada por las estatuas de dos reyes navarros. Son Sancho III el Mayor y Sancho VII el Fuerte. El primero está representado como un diplomático. Fue el que gracias a una acertada política matrimonial en la familia real llevó al reino de Navarra a su mayor extensión. A Sancho el Fuerte se le representa como el guerrero que fue buena parte de su vida. Las estatuas son obra de Fructuoso Orduña uno de los mejores escultores navarros. Vemos al rey sosteniendo espada, escudo y las cadenas rotas que ganó como trofeo en la batalla de Las Navas de Tolosa. Esta tipología luego influyó en Loperena cuando realizó su estupenda escultura de Tudela.
- Estatua de Sancho el Fuerte en Tudela.
Pero es dentro del Palacio de Navarra donde evocamos con más intensidad al héroe de las Navas. En el despacho de Presidencia encontramos el tapiz de la batalla de las Navas de Tolosa. Allí vemos al rey Sancho abriéndose paso con su maza entre los esclavos negros que defendían la tienda del rey moro. Es una de las imágenes más arquetípicas del rey.
- Tapiz de la Batalla de Las Navas de Tolosa
Ante el tapiz podemos recordar los versos que compuso Hermilio de Olóriz hace 100 años, en el séptimo centenario de la batalla de las Navas:
Con la ferrada maza
el Rey Don Sancho el cadenaje abruma;
ya encendido en furor lo despedaza;
ya el estandarte de Navarra ondea
sobre el palenque moro: Sancho el Fuerte
busca al jefe Islamita….. pero en vano.
¿Quién se opondrá a la fuerza gigantea
del adalid cristiano?
¿Quién al trabar con él ruda pelea
podrá lograr que su valor repliegue?
Sólo quien a apagar la lumbre llegue
del rayo que en los aires centellea.
En la sala siguiente, donde se reúnen los miembros del gobierno de Navarra también está presente Sancho. Las sillas donde despachan los miembros del gobierno de Navarra están adornadas con águilas negras, emblema del rey Sancho el Fuerte, y tapizadas con la representación de las cadenas ganadas en la batalla de Las Navas. El arrano beltza (águila negra) también lo vemos en uno de los pasillos del Palacio, decorando la vitrina que contiene las mazas y el estandarte de Navarra, símbolos del reino.
Nuestra visita al Palacio de Navarra acabará en el hermoso Salón del Trono. En su ilustrada bóveda está también Sancho el Fuerte junto a otros reyes de Navarra. Pero el rey de las Navas es el que más representación tiene en la sala más importante del palacio. También le vemos dirigiendo a sus hombres a la batalla de las Navas de Tolosa en una de las pinturas que detallan momentos cumbres de la Historia de Navarra. Y, por último, colgadas del dosel del trono, vemos el uno de los tramos de las cadenas que se conservan (los otros tramos están en Tudela y Roncesvalles). Originariamente las cadenas del Palacio de Navarra no estuvieron aquí. Se trajeron del monasterio de Irache. Allí estaban expuestas en el presbiterio de la iglesia, donde hoy hay una reproducción.
La visita al Palacio de Navarra, también conocido como Palacio de la Diputación, se puede realizar en las jornadas de puertas abiertas en los días anteriores al Día de Navarra (3 de diciembre).
© Julio Asunción
julioasuncion@hotmail.com
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