Aparte de la iglesia de San Pedro el Viejo, de la Catedral y del Museo de Huesca-Palacio de los reyes de Aragón, Huesca ofrece otros monumentos que completan la visita de la ciudad.
Los patrones de la ciudad son San Lorenzo y San Vicente, y ambos tienen sendos templos a ellos dedicados. La iglesia de San Vicente es una iglesia típicamente jesuítica, construida en el siglo XVIII y que venía a sustituir a los anteriores templos. Según la tradición en este solar estaba la casa donde nació San Vicente Mártir. San Vicente también tiene gran devoción en Valencia donde también es patrón, y donde fue martirizado en el año 304.
Por la plaza principal del centro histórico, donde está la oficina de turismo seguro que pasaremos. Es una plaza coqueta que en sus cercanías tiene la zona de bares y restaurantes con menús a buen precio.
Más alejadas están los restos de murallas de la ciudad. En origen construidas por los romanos, lo que hoy se conserva son restos de varias épocas que llevan desde roma hasta el siglo XVI. Hoy ante las murallas podemos imaginar la muerte del rey Sancho Ramírez, que fue abatido por una flecha cuando asediaba la ciudad.en 1.094. Cerca de las murallas está el Convento de San Miguel, románico tardío con reformas posteriores.
Y dando un buen salto en el tiempo merece la pena visitar el antiguo Casino, hoy Circulo Oscense, el edificio modernista más importante de Huesca. Fue construido entre 1.901 y 1.904. Podemos acceder a las instalaciones y tomar algo en el bar del primer piso y ver su vestíbulo, su escalera y varios de sus salones.
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