El otro día visitando el Museo de Navarra me fijé en una curiosidad cuando recorría las salas donde están expuestos los frescos de la iglesia de Gallipienzo.
En Gallipienzo intervinieron dos artistas que decoraron las paredes del interior de la iglesia de San Salvador con escenas de la vida de Cristo. El primero trabajó a mediados del siglo XIV. Posteriormente, sobre esas primeras pinturas, otro maestro repintó las paredes a finales de del siglo XV con las mismas escenas. Casi siglo y medio separaban a los dos pintores. Ambos autores son representantes del gótico rural, y las pinturas son bastante rústicas y con una calidad reducida pero no por ello, en su ingenuidad, dejan de tener cierto encanto.
Las pinturas fueron trasladadas desde las paredes de la iglesia de Gallipienzo al Museo de Navarra para asegurar su conservación. Se lograron salvar las dos versiones de las escenas, lo que creo que es una rareza única en España.
Una de las escenas repetidas es la de la Epifanía, la adoración de los Reyes Magos. En la versión del llamado primer maestro de Gallipienzo los tres reyes son blancos. En cambio, en la versión del segundo maestro de Gallipienzo aparece el rey negro Baltasar.
Eso significa que el rey negro Baltasar apareció en Navarra entre mediados del silo XIV y finales del siglo XV. Por lo menos así parecen acreditarlo las pinturas de Gallipienzo. Una curiosidad que guardaba la iglesia de San Salvador de este bonito pueblo.
Hay que recordar que la incorporación del rey negro buscaba la universalización del cristianismo, es decir, todos los continentes, todas las razas, adoraban a Jesús.
Si quieres conocer más sobre Gallipienzo puedes visitar este enlace:
Gallipienzo - Ruta monumental.
© Julio Asunción
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