Excalibur es la espada mítica del rey Arturo. Una espada fabulosa, mágica, cuya posesión le permitió ser rey de Camelot. Este nombre, Excalibur, fue el elegido por los investigadores del yacimiento de Atapuerca para el bifaz (hacha de piedra) que encontraron en el año 1.998 en la Sima de los Huesos. Nombre muy bien elegido, ya que nos encontramos ante una pieza de importancia excepcional dentro de la historia de la evolución humana.
El hecho de que sólo apareciera Excalibur como único útil de piedra entre los 4.000 restos fósiles humanos fue interpretado por los investigadores como una ofrenda funeraria, un rito simbólico, que el Homo heidelbergensis dedicó a los congéneres que depositó en la sima.
Esto convertía al depósito funerario de la Sima de los Huesos en la primera muestra de ritos funerarios de la humanidad, y, a Excalibur, en la prueba de que el hombre, hace ya medio millón de años, pensaba en la muerte y en la vida más allá de la vida terrena. Excalibur pudo ser una ofrenda a dioses hoy olvidados o una hermosa herramienta que acompañara a los muertos en la otra vida. Excalibur es la prueba más antigua del pensamiento simbólico y trascendente.
Por todo esto Excalibur puede considerarse una de las piezas prehistóricas más importantes del registro arqueológico mundial.
Esta joya del pasado podemos verla en el Museo de la Evolución Humana, en Burgos, junto con los fósiles más importantes de Homo heildebergensis que se encontraron en la sima de los huesos.
El Museo de la Evolución Humana es un museo fundamental para quién quiera ahondar en la eterna pregunta: ¿de dónde venimos?
© Julio Asunción
julioasuncion@hotmail.com
