HISTÓRICA PROCESIÓN MARIANA EN PAMPLONA 13-11-2016

El  13 de noviembre de 2016 fue un día muy especial en Pamplona. Como colofón del Año de la Misericordia se celebró en Pamplona una procesión singular en la historia de la capital Navarra, la Magna Procesión Mariana Jubilar. 



Por primera vez se reunían en Pamplona buena parte de las vírgenes que suscitan más devoción y cariño en Navarra. Pero independientemente de la fe de cada uno era también una ocasión excepcional para contemplar de cerca algunas de las imágenes marianas de más valor artístico de Navarra.

Santa María la Real saliendo de la catedral
El acto empezó a la cuatro de la tarde con la salida de la catedral de Santa María la Real, Hacía más de cincuenta años que no salía de la catedral en procesión. Iba acompañada de la copia de Nuestra Señora de Roncesvalles que también se guarda en la catedral. Santa María la Real, una de las mejores vírgenes románicas de Navarra, estaba adornada para la ocasión con un precioso manto rojo bordado.
La procesión, tras pasar por la plaza del ayuntamiento, recogió en la iglesia de San Cernin  a la Virgen del Camino, otra de las vírgenes principales de Pamplona.

Virgen del Camino
Después la comitiva se dirigió a la iglesia de San Lorenzo, donde esperaban varias joyas del arte que presiden algunos de los templos y santuarios principales de Navarra. Allí estaba la Virgen del Puy de Estella, la Virgen de Rocamador de Sangüesa, la Virgen del Yugo de Arguedas, la Virgen del Olmo de Azagra, Santa Ana la Vieja de Tudela, la Virgen de Jerusalem de Artajona, la Virgen de Nieva de Peralta y una copia de la Virgen de Ujué. Se echaron de menos otras vírgenes, como la Virgen de Muskilda de Ochagavía o Nuestra Señora de Codés.
Fue una ocasión única para acercarnos a estas vírgenes que en sus templos se suelen encontrar a distancia de los feligreses, en camarines, tras verjas o sobre pedestales. Por ejemplo tuve la ocasión de sacar fotos a tan sólo unos centímetros a la pequeña pero valiosísima Virgen de Jerusalem de Artajona, que en su santuario hay que observar a varios metros de distancia al encontrarse en un camarín sobre el altar.

Virgen de Jerusalem
Virgen de Rocamador
O qué decir de la Virgen de Rocamador, que habitualmente se encuentra en el retablo mayor de Santa María de Sanguesa y que también hay que observar a distancia. O la Virgen del Yugo, cuyo santuario en el límite de las Bardenas no es fácil encontrar abierto.

Virgen de la Soledad
La procesión continuó con la salida de la iglesia de San Lorenzo de Nuestra Señora de la Soledad, más conocida como La Dolorosa, para unirse a tan nutrido grupo de excepcionales vírgenes. De hecho en la procesión pudimos ver juntas las tres vírgenes más importantes de Pamplona, Santa María la Real, La Dolorosa y la Virgen del Camino.
La comitiva, ahora multitudinaria con la suma de los cofrades y vecinos de los diferentes pueblos que acompañaban a sus vírgenes, se dirigió de vuelta a la catedral, pasando por la plaza del Ayuntamiento. 
Encabezando la procesión otra imagen única: El Ángel de Aralar en representación de la Barranca.

El Ángel de Aralar

La llegada de la comitiva a la catedral con las virgenes y el Ángel de Aralar fue recibida por miles de personas que llenaban completamente la catedral. Hubiera sido conveniente poner un par de pantallas gigantes en el exterior de la catedral para que los muchos feligreses que quedaron en la plaza frente la iglesia pudieran seguir la misa que se celebró a continuación con presencia de todas las imágenes.

Santa Ana la Vieja de Tudela y la VIrgen del Yugo de Arguedas
El tiempo no acompañó del todo y de vez en cuando los paraguas hacían presencia creando un curioso alfombrado de plástico bajo los pasos de las vírgenes. Pero ni siquiera el nublado empañó lo vistoso de la procesión ni impidió que feligreses y curiosos llenaran las calles de Pamplona en esa tarde de domingo.



En definitiva, la Magna Procesión Mariana Jubilar es un hecho para recordar en Pamplona y fue una ocasión única para disfrutar del arte con la contemplación de algunas de las imágenes más hermosas y valiosas de Navarra.

En los siguientes enlaces tienes más información sobre algunas de estas vírgenes y sus santuarios:
- Virgen de Roncesvalles
- Santa María la Real
- Virgen de Jerusalem
- Virgen de Ujué.
- Ermita de la Virgen del Yugo.


© Julio Asunción




RUINAS DEL PALACIO REAL DE LA GRANA Puente la Reina

 

Qué duda cabe que Puente la Reina es una de las localidades más monumentales de Navarra. La iglesia de Santiago, la Iglesia el crucifijo, o el hermoso puente medieval que da nombre a la villa hacen de este lugar un sitio de visita imprescindible para cualquiera que se acerque a Navarra. Pero además de los monumentos más conocidos de la localidad, también Puente la Reina guarda rincones muy especiales y desconocidos.
Uno de ellos son las ruinas del Palacio Real de la Grana. Prácticamente del palacio no queda nada, pero hay que imaginarlo cuando era utilizado por los reyes navarros de dinastía Evreux que desde Olite se desplazaban junto al río Arga para su solaz veraniego.


Aunque hay datos de que los reyes navarros tuvieron desde la fundación de Puente la Reina algún tipo de residencia en la villa, fue en tiempos de Carlos II y sobretodo con Carlos III cuando la residencia en Puente la Reina pasó a ser un magnífico palacio real con todo tipo de comodidades y con hermosa huerta y jardín. Una de las estancias más prolongadas de los reyes en este palacio fue en el año 1412 debido a la peste que asoló Olite, lugar donde estaba el palacio principal de estos reyes, el actual castillo-palacio de Olite.
Desgraciadamente la gran ríada de 1787 destruyó la mayor parte del palacio del que hoy se conserva el gran muro junto al río. Bajo el muro mana la fuente de La Grana.

Muro del Palacio  Real de La Grana
Para llegar a las ruinas del palacio tenemos que coger un camino de tierra que junto a la orilla del río nos lleva hasta el lugar al que se accede bajando unas escaleras. El muro que vemos a la derecha es parte fue el gran palacio. Un poco más adelante, casi inaccesible por la vegetación de la ribera, quedan los restos de una torre. 
Este rincón sigue siendo hoy un lugar muy hermoso. Bajo la muralla vemos cómo nace una fuente cuyas aguas enseguida van a fundirse con las aguas del río Arga. Una mesa y bancos de cemento nos hacen más cómodo el lugar.
Y tres grandes árboles se alzan imponentes como si fueran la reencarnación arborea de los guardianes del desaparecido palacio: dos grandes plátanos que dejan caer de manera casi poética sus ramas hacia el río y un enorme chopo que supera en altura al muro del palacio.
Cuando uno está junto a las ruinas del Palacio de la Grana, oyendo a los pájaros y el suave sonido de las hojas mecidas por el viento, entiende porque este lugar fue elegido por los reyes. El agua, los árboles y la tranquilidad del paraje seguro que eran un bálsamo que aliviaba las preocupaciones de los monarcas y que hoy también nos transmite a nosotros cierta paz que no deja de tener su lectura filosófica. Viendo el gran muro que fue resto de un palacio al que seguro no le faltaron todo tipo de lujos no podemos dejar de pensar en lo efímero de las cosas humanas, en como lo que se construyó probablemente con afán de eternidad hoy sólo es un recuerdo. Ante el gran muro, en cambio, la naturaleza sigue mostrando su belleza igual que lo haría cuando Carlos III el Noble se asomaba a la muralla a contemplar el río. Y entre tanto pensamiento el Arga sigue fluyendo...



© Julio Asunción

IGLESIA DE SAN JUAN BAUTISTA DE OCHOVI - Iza


Ochovi es un pequeño pueblo del municipio de Iza de tan sólo 55 habitantes (2015) que se encuentra al noroeste de Pamplona, a una media hora en coche de la capital Navarra. El pueblo distribuye su caserío en la ladera sur de la sierra de Bizkai. Es un lugar alejado de la rutas turísticas y muy desconocido. Pero allí, dominando el caserío encontraremos un agradable sorpresa, una joyita para todo aquel que guste de la arquitectura medieval: la iglesia de San Juan Bautista.


Es una iglesia del siglo XIII cuyo interior es sencillo, está bastante modificado y tiene poco que destacar. Pero en su exterior destaca un hermoso pórtico de bella arquería gótica que además está decorado con escultura medieval.
La  iglesia de San Juan Bautista de Ochovi es una de las iglesias porticadas más interesantes de Navarra. Las iglesias porticadas tienen su origen en el antiguo reino de Castilla en el siglo XII. La influencia de este tipo de arquitectura se extendió pronto a Navarra donde encontramos otros ejemplos como San Vicente de Larumbe o Gazólaz. El pórtico era al mismo tiempo lugar de reunión, de celebración de juicios, de acuerdos, de exorcismos e incluso lugar de enterramiento. El pórtico tiene dos entradas. La principal esta coronada por un interesante crismón.
Cuando entramos dentro del pórtico es como si atravesáramos una puerta en el tiempo y nos trasladáramos a la Edad Media. Fuera quedan las modernas casas. Ahora nos rodean las hermosas ventanas ojivales, las bóvedas góticas y la curiosa decoración escultórica labrada por manos expertas hace muchos siglos.
Seguramente lo que más nos llamara la atención es el delicado equilibrio del interior del pórtico con sus bóvedas de cruceria adornadas con claves que representan al cordero místico y otros animales. Hay una clave que se distingue totalmente de las demás. En ella están representados el sol, la luna y las estrellas que simbolizan el principio y fin, el orbe celestial, el todo. Sin duda es la cristianización de la gran fuerza simbólica que el sol, la luna y la bóveda celeste han tenido desde ancestrales tiempos paganos.

La mayoría de las esculturas que adornan el interior del pórtico desgraciadamente se encuentran en mal estado , pero tenemos la suerte de encontrar dos de las esculturas medievales más vistosas de esta época en Navarra. En uno de los capitales podemos ver a una mujer desnuda que está atacada por extraños seres parecidos a serpientes que está junto a un hombre que se lleva la mano al cuello al estar asfixiándose ante el peso de una gran bolsa que le cuelga del cuello. Son dos ejemplos claros de una iconografía que podemos ver en bastantes templos medievales y que critican dos de los pecados capitales: la lujuria y el avaricia. La cara de la mujer expresa la desesperación ante el castigo que sufre su cuerpo con las mordeduras de los horribles seres, que aquí son el castigo del pecado de la lujuria. Parece que intenta cerrar las piernas en el vano intento de impedir ser mordida también en su sexo. El hombre se asfixia por el oro que hace pesada la bolsa que le corta la respiración. Oro sin duda mal ganado, dinero sucio que se vuelve contra su avaro dueño.

Sólo por contemplar este capitel el hermoso y equilibrado conjunto de arcos góticos que forman el pórtico merece la pena acercarse a este pequeño rincón a la falda de la sierra de Bizkai.


Si te ha gustado la iglesia de San Juan Bautista de Ochovi no dejes de visitar la de Gazólaz o de la Larumbe. Aquí tienes más infomación sobre ellas:

Si quieres completar la excursión recorriendo la sierra de Bizkai aquí tienes el enlace con la ruta paso a paso: Ruta sierra de Bizkai

EL PRIVILEGIO DE LA UNIÓN 8-9-1423

Comienzo del Privilegio de la Unión

El Privilegio de la Unión es el documento más importante de la historia de Pamplona. Para que nos demos cuenta de su valor tenemos que trasladarnos a comienzos del siglo XV. Pamplona estaba dividida en tres burgos o barrios que no dejaban de tener conflictos entre sí. Eran el barrio de la Navarrería, la población de San Nicolás y el burgo de San Cernin. Cuando hablamos de conflictos no nos referimos a simples riñas de vecinos. Estamos hablando de graves problemas que comprometían seriamente la seguridad y la integridad de Pamplona y sus habitantes y que a menudo acababan con muertos y destrucciones. Tal es así que en el año 1276, en la Guerra de la Navarrería, fue prácticamente destruido el barrio de este nombre. 

Debido a estas rivalidades entre los tres burgos podríamos decir que Pamplona en la Edad Media eran tres ciudades enfrentadas entre sí. Aquí entra el protagonista de esta historia: el rey Carlos III el Noble, apelativo ganado principalmente por ser él el que mediante el Privilegio de la Unión, el 8 de septiembre de 1423, acabó con estas disputas que hacían irreconciliables a los barrios de la ciudad, que estaban incluso separados por murallas. Cada uno de los barrios tenía su alcalde. Con el Privilegio de la Unión se suprimía el gobierno diferenciado por los que se regía cada uno de los barrios y se establecía un solo ayuntamiento situado en el punto de confluencia de los tres burgos. Desde entonces el ayuntamiento está en el lugar donde hoy lo conocemos. La corporación municipal estaría desde entonces estaría compuesta por representantes de los tres burgos agrupados en un órgano colegiado con 10 jurados con un alcade y un justicia que mancomunadamente velarían por la prosperidad de la ciudad. Las murallas que separaban los barrios serían derribadas. Se impondrían severas penas y castigos a los que contravinieran el deseo del rey y de muchos de los vecinos de Pamplona para establecer una paz duradera en Pamplona.


Podemos decir que el Privilegio de la Unión es la carta fundacional de Pamplona, es el origen de la Pamplona moderna. A partir de la promulgación de este documento se dejaron de lado las disputas y Pamplona se convirtió en una importante ciudad.
Además el privilegio de la Unión guarda otra joya fundamental en la historia de Navarra. En el documento el rey Carlos III establece el escudo unificado de la ciudad de Pamplona, el que prevalecería sobre los escudos que ostentaban cada uno de los burgos. El escudo de Pamplona desde entonces es un león con una corona encima. En otro artículo comentaremos su significado simbólico. Pero lo más importante es que el rey allí dice que león y corona estarán rodeados por las armas de Navarra: las cadenas ganadas en la batalla de las Navas de Tolosa. Esta es una prueba fehaciente de la antigüedad de las cadenas en el escudo de Navarra que ha sido puesta en duda en más de una ocasión, llegándose a decir que las cadenas de Navarra son posteriores a la conquista de Navarra de 1512, lo cual contradice de manera concluyente el Privilegio de la Unión, del 8 de septiembre de 1423, casi un siglo anterior a la conquista de Navarra.
Esta fecha debe ser recordada por todos los pamploneses que amen su historia. El Privilegio de la Unión es el hecho más importante del reinado de Carlos III el Noble. Incluso más importante que la construcción del bellísimo castillo de Olite o la hermosa catedral gótica de Pamplona, otros hechos, estos artísticos, que también honrar a este rey. Bien merecida es la estatua que se le levantó en la Plaza del Castillo donde nos enseña en una de sus manos el Privilegio de la Unión. Parece que quiera pronunciar las solemnes palabras escritas en el documento:
"...que las dichas tres jurisdicciones del Burgo, Población et Navarrería, de nuestra muy noble ciudad de Pamplona del día de oy en adellant a perpetuo sean et ayan a ser de una mesma jurisdiccion, de una mesma universitat, un cuerpo et un conceillo et una comunitat indivisible."
El Ayuntamiento de Pamplona realiza todos los años actos para conmemorar el Privilegio de la Unión. Uno de los más interesantes son las visitas guiadas que se realizan al edificio del Ayuntamiento donde todos los pamploneses y visitantes pueden acercarse a ese gran momento histórico protagonizado por Carlos III el Noble.
Quiero aprovechar este artículo para hacer una sugerencia . Creo que sería una gran idea exponer con las debidas condiciones el documento original del Privilegio de la Unión en el Ayuntamiento de Pamplona o en la Archivo de Navarra. Qué duda cabe que este documento histórico de extraordinaria importancia debe estar a la vista de sus verdaderos propietarios que son todos los vecinos de Pamplona. Además es un documento ejemplar, donde se busca un bien tan preciado como la paz, objetivo que debe ser perseguido siempre y que debe ser enseñado a las generaciones que nos van a suceder. El Privilegio de la Unión enseña que aunque la paz es un objetivo difícil se puede conseguir.

El original del Privilegio de la Unión debería exponerse. Al fin al cabo las copias son copias y no acaban de transmitir el pulso de la historia tan bien como lo hacen los documentos y objetos originales.
Sepulcro de Carlos III el Noble
Cuando visito la catedral de Pamplona, catedral que fue asaltada y saqueada durante la Guerra de la Navarrería, me acerco al magnífico sepulcro de Carlos III el noble. Algunas veces me parece que sonríe. Seguro que es la sonrisa del que recuerda un trabajo bien hecho.

Más información sobre el sepulcro de Carlos III el Noble en este enlace.

© Julio Asunción

CASTILLO DE ORIHUELA


Orihuela es una de las ciudades más monumentales de la Comunidad Valenciana. La ciudad se encuentra a los pies del Monte San Miguel. Este monte, que se destaca de la sierra de Orihuela como si fuera una inmensa torre albarrana, tuvo un valor estratégico fundamental en los siglos pasados. Sobre su cima se levantó una de las fortalezas más poderosas del Levante mediterráneo: el castillo de Orihuela.



Merece la pena el esfuerzo que supone subir desde el seminario hasta el castillo de Orihuela al que sólo se puede acceder andando. A pesar de que las diversas vicisitudes por las que ha pasado el castillo han hecho que se haya perdido buena parte del mismo, allí todavía nos esperan potentes torreones y largos lienzos de muralla que han quedado como testigos mudos de la importancia que tuvo en el pasado la fortaleza. Los restos que podemos apreciar del castillo de Orihuela proceden de tiempos islámicos y medievales. Aunque probablemente el uso de este lugar como fortaleza tuvo un origen bastante anterior,  Se ha llegado a pensar que en tiempos de los cartagineses hace más de 2200 años hubo aquí una fortaleza que era parte del sistema defensivo que protegía la capital de los cartagineses en la Península Ibérica, la antigua Cartago Nova, hoy Cartagena.

Más clara parece la existencia del castillo en época visigoda, en tiempos de Teodomiro, el noble visigodo que se convirtió al islam en el siglo VIII ante la amenaza de perder sus dominio sobre este territorio con la llegada de la invasión musulmana. El castillo permaneció en poder de los sarracenos hasta que fue tomado definitivamente por las tropas de Alfonso X en 1266. En el siglo XIV en la Guerra de los dos Pedros que enfrentó a las tropas castellanas de Pedro I de Castilla con las del Pedro IV de Aragón el castillo de Orihuela sufrió un sitio de dos años. Se dice que los defensores del castillo llegaron a practicar el canibalismo en el duro asedio a que fueron sometidos. Durante la Edad Media fue la llave de la defensa del Reino de Valencia tal como dijo Jerónimo Zurita en el siglo XVI,
Desde el castillo bajaban lienzos de murallas que rodeaban y protegían la ciudad antigua de Orihuela. Parte de estas murallas todavía las podemos ver bajo tierra en el Museo de la muralla, en el centro de la ciudad. 
La decadencia del Castillo empezó con la explosión del polvorín que allí se encontraba durante la Guerra de Sucesión por la caída de un rayo a principios del siglo XVIII. Lo terminó de arruinar el terremoto de 1829. Pero aún así todavía quedan bastantes restos que tienen el encanto de aquellas ruinas tan apreciadas en el Romanticismo. Estos históricos torreones y murallas que han aguantado estoicamente el paso de los siglos fueron declarados Ruinas Gloriosas en 1931.



En lo más alto del castillo, a 240 metros de altura, se han conservado los restos de un aljibe. Desde allí, y desde otras muchas partes de la fortaleza, se tienen unas vistas extraordinarios de la zona. Contemplaremos buena parte del sur de Alicante y del norte de Murcia desde cualquiera de sus torreones. Hoy no escucharemos los gritos de guerra de los que fueron testigos estos muros. Quizás llegue a los oídos del visitante el murmullo de la bulliciosa ciudad de Orihuela.
Los viejas murallas del castillo de Orihuela son un patrimonio de nuestra historia que no debe ser olvidado y que todos tenemos que proteger.  Eso incluye consolidar las estructuras pero no restaurarlas de manera salvaje construyendo un nuevo castillo sobre el antiguo, circunstancia que ya he visto demasiadas veces. He llegado a sospechar no sólo del mal gusto de los promotores de este tipo de restauraciones. Creo que oscuros intereses y quizás jugosas comisiones han podido moverse en más de una ocasión en que una supuesta restauración se ha cargado el encanto de un monumento medieval. 
Las cicatrices del castillo de Orihuela también deben conservarse. Son parte de su historia.
En este enlace tienes una ruta que recorre el castillo de Orihuela sin olvidar ninguna de sus estructuras conservadas: Ruta del Castillo de Orihuela desde el Seminario.


© Julio Asunción

ERMITA DE SAN ROMÁN–Aoiz

Ermita de San Román - Aoiz - Agoitz
Ermita de San Román - Aoiz - Localización
La ermita de San Román se encuentra a tres kilómetros de Aoiz. Es una pequeña ermita que estaba en bastante mal estado y ha sido restaurada recientemente. La ermita se encuentra en un alto y crea una bella estampa en medio de los campos cultivados. Artísticamente no es destacable. Pero el lugar donde se encuentra es un lugar histórico para Navarra y muy importante para Aoiz ya que aquí tiene su origen el escudo de esta localidad navarra.





Son muchos los lugares que son recordados por haber sido escenarios de batallas y enfrentamientos. Muchos menos lo son aquellos en los que se firmó la paz. Este es el caso de la ermita de San Román. Aquí, en el año 1479, agramonteses y beaumonteses acordaron la paz ante la presencia de la entonces regente Doña Magdalena, siendo rey de Navarra Francisco Febo. Los agramonteses y los beaumonteses eran dos facciones nobiliarias que llevaban varias décadas enfrentadas. Estas luchas marcaron la decadencia del Viejo Reino de Navarra en la segunda mitad del siglo XV. En la ermita de San Román por fin primó la cordura y cesó la sangría que afectaba a los pueblos y pobladores de Navarra. Atrás había quedado la historia trágica del enfrentamiento del rey Juan II y su hijo el Príncipe de Viana, ambos ya fallecidos. El hecho de que Juan II no hubiera cedido el trono a su hijo tras la muerte de la reina Blanca estaba en el origen de la encarnizada guerra civil que enfrentó a los dos bandos durante décadas. Los beaumonteses apoyaron al príncipe. Los  agramonteses al rey Juan.


Ermita de San Román - lugar donde se acordó la paz de Aoiz
Escudo de Aoiz
Los dos líderes militares de los grupos enfrentados, Don Pedro de Navarra por los agramonteses y don Luis de Beaumont por los beaumonteses, clavaron sus espadas en el suelo delante de la ermita como señal de paz. Este gesto quedó recordado de manera indeleble en el escudo de Aoiz, donde aparecen las dos espadas con la punta hacia abajo y en el medio una corona, como símbolo de la intermediación real para la obtención de la paz.

Interior de la ermita de San Román de AoizDesgraciadamente la paz se acabó convirtiendo en simple tregua. Habían sido muchos años de luchas, banderías, asesinatos y atropellos por ambos bandos. No se podían olvidar fácilmente. La falta de una monarquía fuerte que embridara las ambiciones nobiliarias poco colaboraba en la pacificación del reino. A ello se sumaba el mayor interés prestado por los reyes a las posesiones francesas que a Navarra. A los pocos meses agramonteses y beaumonteses volvieron a las andadas. Estas disputas tuvieron mucho que ver en el destino del Viejo Reino de Navarra. 33 años después de la paz de Aoiz, en 1512, las tropas castellanas y vascas de Fernando el Católico conquistaban Navarra con apoyo de los beaumonteses. Si la paz de Aoiz hubiera perdurado en el tiempo seguramente el destino de Navarra hubiera sido muy distinto.

Escudo de Aoiz en la fachada de una de las viviendas de la localidadEl escudo de Aoiz, al recordar las paces establecidas en la ermita de San román, es muy original. Lo habitual en la heráldica es recordar hazañas guerreras. En el símbolo de Aoiz las espadas, en contra de su naturaleza, recuerdan la paz.

Al visitar la ermita de San Román podemos imaginar esa mañana de 1.479 con las tropas agramontesas y beaumontesas dispuestas marcialmente ante tan importante acto. Veríamos a la regente Doña Magdalena satisfecha ante lo que creía iba a ser el preludio de un reinado tranquilo para su hijo Francisco Febo. A Pedro de Navarra y a Luis de Beaumont estrechando sus manos tras haber desenfundado sus espadas y haberlas clavado en el suelo ante la puerta de la ermita. Quizás los más satisfechos fueron los vecinos de Aoiz que se acercaron a ver a tan eminentes personajes. Por fin venía la paz, tan querida por el pueblo que es quien más sufre las guerras. Lástima que fuera solo un espejismo…
 
© Julio Asunción
julioasuncion@hotmail.com







SALA PROTOGÓTICA DEL ARCHIVO DE NAVARRA



En el Archivo de Navarra, antiguo palacio de los reyes de Navarra, se esconde una sorpresa desconocida por la mayoría de los visitantes de Pamplona e incluso para muchos navarros. Es la sala protogótica. Es una de las mejores muestras de arquitectura civil medieval que se han conservado en Navarra. 
El Archivo de Navarra se encuentra en pleno casco antiguo de Pamplona, junto a la iglesia de San Fermín de Aldapa.
Aunque gran parte del Palacio Real de Navarra está reconstruido tras las reformas del arquitecto Rafael Moneo, se conservó de tiempos de la primitiva edificación del palacio una sala tardorrománica o protogótica de finales del siglo XIISu conservación se debe en gran parte a que está parcialmente soterrada y a que estuvo prácticamente cegada con escombros durante el tiempo en que el Palacio Real estuvo abandonado. 
La sala protogótica es una gran sala de 26,8 de largo por 7 metros de ancho con seis bóvedas nervadas de crucería. Hoy se dedica a sala de exposiciones, lo que permite su visita en el horario de las exposiciones. El equilibrado conjunto de arcos que sustentan la baja bóveda se convierte en un atractivo que supera generalmente a las exposiciones aquí expuestas. 
En la sala protogótica podemos apreciar perfectamente ese momento de transición de estilos que se dio en Navarra a finales del siglo XII y a principios del XIII. Transición entre el arte románico y el arte gótico. Mientras los arcos que sustentan la bóveda de la gran sala empiezan a apuntarse, característica propia del gótico, los muros siguen siendo sumamente anchos y robustos, al tiempo que los ventanales continúan siendo estrechos, sin apenas dejar pasar la luz, características propias del románico.
No sabemos exactamente cuál era el uso que tenía esta sala en la Edad Media. Seguramente tuvo la función de almacén o bodega. Es curioso uno de los usos más recientes de la sala (siglo XX) en que se aprovechó la humedad y la oscuridad del lugar para el cultivo de champiñones. Pero probablemente su uso más curioso fue como escenario en la película Robin y Marian, película rodada en el año 1976.  En la película la sala se convierte en un salón del palacio de Ricardo Corazón de León. En la escena el rey Ricardo interpretado por Richard Harris. muere en brazos de Robin Hood, al que da vida Sean Connery. En la película se puede apreciar perfectamente la sala protogótica, por lo que extraña que en la ruta del cine que ha promocionado el Gobierno de Navarra no se haya incluido como uno de los hitos la sala protogótica del Archivo de Navarra, aspecto que quizá sería bueno que se corrigiera.
Fotograma de la película Robin y Marian
Seguro que por la sala protogótica también pasearon los reyes de Navarra, como Sancho VI el Sabio, el rey que mandó construir el palacio o Carlos II el Malo, que murió, dicen que abrasado, en el Palacio Real.
Todo esto hace que la sala protogótica del Archivo de Navarra sea una visita imprescindible a todo aquel amante de la arquitectura medieval y a todo amante del cine que visite Pamplona.

© Julio Asunción

LA TRINIDAD DE ARRE Y EL PUENTE MEDIEVAL

Uno de los lugares con más encanto de la Cuenca de Pamplona y del parque fluvial del río Arga es la ermita de la Trinidad de Arre. Es un lugar interesante por varios motivos. En La Trinidad de Arre se juntan historia de siglos con la naturaleza más bella del río Ultzama. La historia la siguen portando día a día en sus mochilas los muchos peregrinos qué atraviesan el bonito puente medieval que cruza el Arga ya que nos encontramos en pleno Camino de Santiago, Mucha historia también guarda la pequeña iglesia de la Santísima Trinidad cuyo origen se sitúa en el siglo XII si bien desde entonces ha sido bastante reformada.


La Trinidad de Arre se encuentra en el municipio de Arce, junto al límite con Villava.


De la época de construcción más antigua de la ermita todavía podemos contemplar el ábside medieval. Junto a la ermita se encuentra el albergue de peregrinos, uno de los de más encanto del Camino de Santiago, que siempre da la bienvenida a los caminantes que todavía lejos de Santiago de Compostela buscan el descanso y la paz. Descanso y paz que en este paraje fluyen tan abundantemente como las aguas del río Ultzama. Histórico también es el Batán de Villava que se encuentra a pocos metros de la ermita. Fue un antiguo Batán qué trabajaba las telas y que hoy es un excelente centro interpretación del parque fluvial del Arga. En su interior todavía conserva uno de los antiguos batanes de madera que golpeaba las telas sin cesar para mejor prepararlas para su posterior uso en paños y ropajes.



Y que decir de la naturaleza del paraje de la Trinidad de Arre. El río Ultzama se despeña en cascada una vez pasado el puente medieval, sobretodo en primavera cuando viene abundante con el deshielo de las montañas de Navarra. Es un paraje cercano a Pamplona, a tan solo 5 km de distancia de la capital navarr. Hasta aquí se puede llegar en coche. Pero yo recomendaría acercarnos a este lugar andando el Camino de Santiago desde Pamplona o siguiendo el parque fluvial del Arga. Acabar en este paraje, junto a la ermita de la Trinidad y arrullados por el sonido fluyente del río Ultzama es una experiencia única que seguro no olvidarás.
  

LA CAMPANA MARÍA Pamplona

Se  ha llegado a comparar el sonido de las campanas con la voz de Dios. Cada vez que desde lo alto de un campanario se convoca a los feligreses a acudir a la iglesia es como si de alguna manera Dios llamara a la reunión sagrada. Si nos guiamos por esta metáfora, no hay duda que una de las voces más privilegiadas de Dios en Navarra es la campana María.




La campana María está en la torre norte de la fachada de la catedral de Pamplona. Es un verdadero prodigio del arte de la fundición. Mide 2,5 metros de diámetro por 2,25 metros de altura. Supera las 10 toneladas de peso. Fue fundida en 1584 por el maestro Pedro de Villanueva. Es la segunda campana más grande de España después de "La Gorda", una campana que se encuentra en la Catedral de Toledo que alcanza los 17000 kilos. Pero no dudo en decir que la campana María es la más importante de España, ya que la campana toledana ha perdido su voz. Esa voz divina, esa sensación mística que crea una gran campana cuando llena el cielo con su resonar la perdió hace tiempo la campana toledana ya que dejó de estar en uso. En cambio, la campana María sigue llenando el aire con su magnífico tañido en las ocasiones más grandes y solemnes. Es más, tal es el poderío de esta inmensa campana que se dice que su sonido se escucha a 14 km de distancia, inundando toda la Cuenca de Pamplona y marcando los límites de la misma Cuenca.


En el siguiente vídeo podemos apreciar su sonido. El vídeo está tomado en el día de la histórica Procesión Mariana Jubilar del 13 de noviembre de 2016, una ocasión muy especial que justificaba sobradamente el que la Campana María fuera tañida.




Debido a su tamaño la única manera de desmontar La Campana María de su emplazamiento sería desmontando la torre donde se encuentra, ya que no cabe por los vanos de la torre. Hoy podemos visitar La Campana María gracias a las visitas guiadas que en determinadas horas se realizan en la catedral de Pamplona. Debajo del vaso de la campana nos sentiremos pequeños. Otro atractivo de la visita a la campana María son las excelentes vistas que se tienen desde la torre donde se encuentra. Tendremos una panorámica excelente de Pamplona y también de la Cuenca, el terreno donde se extienden los místicos sones de la gran campana.

ESTATUAS DE REYES DEL PASEO SARASATE Pamplona


En uno de los extremos del céntrico Paseo Sarasate de Pamplona y frente al edificio del Parlamento de Navarran nos sorprenden seis estatuas de reyes. Tienen una curiosa historia. Son parte del conjunto de 94 estatuas de reyes que adornaban a mediados del siglo XVIII el Palacio Real de Madrid. Para la confección de este vasto programa decorativo se dieron cita en la Corte artistas franceses, italianos y españoles. Era un proyecto que, por su envergadura, fue único en su tiempo. El proyecto se ejecutó al comienzo del reinado del rey Fernando VI (1746-1759), bajo la dirección del italiano Giovanni Domenico Olivieri. Pero con la llegada de Carlos III al trono de España en 1760, las modas habían cambiado, y para el espíritu neoclásico del nuevo monarca no era grata tanta decoración en las fachadas y balaustradas del Palacio Real, por lo que dio orden de retirarlas, almacenarlas y posteriormente repartirlas por diferentes jardines de España.
Aprovechando las obras del Paseo Sarasate en 1885, el consistorio solicitó a Madrid seis estatuas de reyes de Navarra, pero por desconocimiento histórico y falta de diligencia al seleccionar las esculturas en el almacén real, acabaron en Pamplona reyes que no eran de Navarra.
En 1972, a instancias de Patrimonio Nacional se permutaron dos de las esculturas que estaban en Pamplona por las de dos reyes navarros: García Ramírez el Restaurador y Felipe III de Evreux . El primero fue llamado el Restaurador por restaurar la monarquía navarra tras el periodo de unión de los reinos de Pamplona y Aragón. Felipe III gobernó Navarra por medio de virreyes, dando preferencia a los asuntos de sus condados franceses. Es curioso que un rey que casi no pisó Navarra durante su reinado ahora haya vuelto en figura.
La otras cuatro figuras siguen sin identificarse. Pero quizás alguna de ellas sea muy cercana. Uno de los reyes lleva la espada sujeta por una gruesa cadena. Una de las esculturas que se pidieron a Madrid en el siglo XIX fue precisamente la de Sancho el Fuerte, el rey que ganó las cadenas del actual escudo de Navarra. El simbolismo de las cadenas conquistadas en la Batalla de las Navas de Tolosa y su relación con el rey Sancho el Fuerte era perfectamente conocido cuando se hicieron las esculturas. ¿Podría ser la escultura que hoy adorna el Paseo Sarasate la del rey Sancho el Fuerte?
Seguramente nos llame la atención el acabado un tanto tosco de las estatuas de los reyes. Ello se debe a que en un principio estaban destinadas a ser observadas desde lejos, sobre la fachada del Palacio Real de Madrid, por lo que no era necesario abundar en detalles en su realización.

© Julio Asunción

MONUMENTO A PABLO SARASATE Pamplona

El Parque de la Media Luna es uno de los parques más antiguos de Pamplona. Un lugar bucólico y de marcado carácter romántico. Muy adecuado para encontrarnos con Pablo Sarasate (1.844-1.908).

La escultura del músico pamplonés está en un parterre en el centro de este bello parque, tan bello como las notas que creaba Sarasate en su violín Stradivarius. Su manera de tocar le hizo triunfar en toda Europa y América. Se le considera uno de los mejores violinistas que jamás hayan existido.
El artista Eduardo Carretero le representa de cuerpo entero. Vemos a Sarasate en el momento en que sale a un escenario idealizado que está representado por varias columnas y por la grada sobre la que se levanta la estatua. Su cabello y sus largos bigotes nos señalan al artista del Romanticismo. La escultura fue inaugurada en 1959 y costeada por suscripción popular con una generosa aportación del ayuntamiento de la ciudad.
En la parte de detrás del monumento dos musas nos recuerdan el don casi divino que alumbraba las manos de Sarasate cuando tocaba su violín para deleite de los que asistían a sus interpretaciones.
Sarasate amaba Pamplona. Acudía regularmente a las fiestas de San Fermín. Cuando llegaba a la ciudad salía al balcón de su habitación del hotel La Perla, donde se alojaba, y regalaba su arte tocando varias piezas a sus queridos paisanos.
Pablo Sarasate ha sido probablemente el pamplonés más universal. Su cuerpo descansa en el cementerio de la ciudad. Pero en el Parque de la Media Luna todavía se apresta a dar otro concierto.
- Mausoleo de Pablo Sarasate en el cementerio de Pamplona.

Quien quiera acercarse más a la figura de Sarasate puede acercarse al Palacio del Condestable, cerca del ayuntamiento. Allí un pequeño museo recuerda a tan singular navarro. Además podremos escuchar también alguna de sus composiciones.


© Julio Asunción


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