MONUMENTO A LA BATALLA DE VITORIA

Monumento a la Batalla de Vitoria 
Localización del Monumento a la Batalla de VitoriaEn el mismo centro de Vitoria, en la plaza de la Virgen Blanca, se alza el Monumento a la Batalla de Vitoria. Inaugurado en 1917 conmemora una de las batallas decisivas de la Guerra de la Independencia. Fue el golpe definitivo a la Francia usurpadora de Napoleón que había colocado en el trono de España a su hermano José Bonaparte. Si bien a esta situación se había llegado no sólo por la desmedida ambición de Napoleón, sino también por la incompetencia de los reyes españoles, el pueblo, amante de su independencia y libertad, llevó la lucha contra el francés a ciudades, campos y montañas hasta recuperar su país. No estuvo solo, ya que Napoleón, en su ansia conquistadora, estaba enfrentado con el resto de Europa y España se convirtió en otro escenario de las Guerras Napoleónicas con participación de ejércitos de varias naciones.

La situación de los franceses tras la derrota de Arapiles se hizo insostenible en Madrid y había comenzado la retirada francesa hacia el norte. Pero “Pepe Botella”, como era llamado José Bonaparte por los patriotas españoles, no se iba a ir de rositas. Las tropas aliadas, comandadas por el Duque de Wellington, dieron en Vitoria el golpe de gracia a las tropas francesas, evitando cualquier posibilidad de recuperación del enemigo galo  y acabando con el dominio de España por Napoleón. Británicos, españoles, portugueses y alemanes interceptaron a José Bonaparte en Vitoria. Aquel 21 de junio de 1813 se convirtió en fecha clave en la Historia de la ciudad.

La batalla se desarrolló en los alrededores de Vitoria y el resultado fue una derrota total de los franceses. Poco después José Bonaparte abandonaría España para no volver jamás.

La Victoria y España liberando al pueblo - Monumento a la batalla de Vitoria El Monumento de la Batalla de Vitoria narra, con gran simbolismo, este episodio de la Historia de España. En lo más alto vemos a la Victoria y a España, que consuelan al pueblo español que está representado por un hombre desnudo que porta en sus manos unas cadenas rotas, símbolo de la libertad recuperada. A la izquierda de las dos figuras alegóricas femeninas vemos a un León, símbolo de fuerza y fiereza, que aquí representa al ejército aliado, que tiene bajo sus garras un águila. El águila es el símbolo de las tropas imperiales napoleónicas que portaban en sus estandartes y banderas, muchas de ellas capturadas en esta batalla.

Debajo de este conjunto alegórico, se representa con gran realismo un momento de la batalla. Soldados de varias nacionalidades arrollan a las líneas francesas, Entre los soldados destaca el general Wellington, que, a caballo dirige el ataque.. Vemos a paisanos españoles, algunos guerrilleros, que alternan con soldados regulares, entre los que destaca el curioso soldado escocés, fácilmente reconocible por ir uniformado con la típica falda escocesa. Antes de mi visita a Vitoria un amigo me dio un simpático encargo: “Cuando vayas a Vitoria saluda al escocés de la plaza de la Virgen Blanca”. Como se puede ver, cumplí lo pedido.

Carga de los aliados - Monumento a la Batalla de Vitoria

Soldado escocés - Monumento a la batalla de Vitoria Las tropas francesas quedan en este segundo grupo escultórico simbolizadas por el cañón caído bajo las patas de uno de los caballos. No vemos a los franceses aquí, que hay que imaginar huyendo ante la contundencia del ataque aliado. En las esquinas, bajo los soldados, vemos representados los escudos de las naciones que intervinieron en la batalla: España, Portugal, Gran Bretaña y Alemania.

En la parte inferior del Monumento a la Batalla de Vitoria se representa el resultado de la misma. Sobre un caballo, saludando con la espada el general Miguel Ricardo de Álava, vitoriano que fue el primero en entrar en la ciudad de Vitoria evitando saqueos y excesos por parte tanto de los franceses en su retirada como por parte de las tropas vencedoras.. A la izquierda el pueblo de Vitoria agradeciéndole la liberación de la ciudad del dominio francés.

Wellington triunfante - Monumento a la batalla de Vitoria

¿Qué paso con José Bonaparte? Para verlo tenemos que ir a la parte de atrás del monumento. Allí vemos la alegoría de la muy guerrera Francia huyendo, con casco coronado con un águila que la identifica. Huye igual que el resto de los soldados franceses que vemos a su lado. El jinete que está bajo su cabeza es el mismo rey José Bonaparte, que tuvo que huir a uña de caballo hacia Pamplona dejando sus lujosos carros para evitar caer preso de las tropas aliadas.

Huída de José Bonaparte - Monumento a la Batalla de Vitoria

Hoy no hay visitante que se acerque a Vitoria y no tome la típica foto de la plaza de la Virgen Blanca con el Monumento de la Batalla de Vitoria en su centro. Y es que la plaza y el monumento se han convertido en símbolos emblemáticos de la ciudad y en parte del paisaje vital de muchos vitorianos.
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MUEZ – Valle de Guesálaz

Lápida romana de Muez - Valle de Guesálaz Muez es uno de los pueblos del Valle de Guesálaz. Su origen es muy antiguo. Encastrada en los muros de iglesia queda la prueba que da constancia de esta antigüedad. Es una lápida romana del siglo I antes de Cristo. Se reutilizó para la construcción de la iglesia. Está junto a la portada cegada del siglo XIII que era el antiguo acceso al templo. En la foto reproduzco la lápida derecha, ya que en su reutilización, además de recortarla por los lados (por lo que faltan algunas letras del texto), la colocaron horizontal.
Localización Muez - Valle de Guesálaz
La lápida es un documento excepcional. En ella, traducido del latín, se lee lo siguiente: “A Aemilio Orunetsi, veterano de la legión segunda Augusta. Tito Valerio Paterno, veterano de la misma legión se cuidó de que se le hiciese esta lápida cumpliendo su encargo testamentario.”
La legión Augusta permaneció en Hispania desde el año 25 a.C. luchando contra cántabros y astures. Hacia el 12 a.C. fue trasladada a Germania para participar de la invasión de Britania.
Ubicación de la lápida romana y la antigua portada de la iglesia - Muez
Los veteranos eran soldados licenciados que se establecían en las tierras donde habían vivido o combatido. Habría que pensar entonces en dos soldados retirados que vivían en este valle. Tito Valerio Paterno dio una sepultura adecuada a Aemilio Orunetsi. Llama la atención el nombre del finado: Orunetsi. Parece un nombre de origen vascón. Esto no sería nada raro, pues muchos vascones se incorporaron a las legiones romanas, principalmente en las Auxilia, tropas auxiliares no romanas, oriundas de los territorios conquistados, que pasaban a integrar parte del ejército romano.
No era tampoco extraño que veteranos se reenganchaban y volvieran a luchar con Roma en nuevas campañas militares. Si dejamos volar un poco la imaginación podríamos pensar que Orunetsi murió combatiendo contra los indomables cántabros sirviendo en la legión Augusta. Su compañero de armas en la legión, Tito Valerio, de origen romano, cumplió la promesa de traerle al lugar donde nació y creció, el valle de Guesálaz. Buen argumento para una película…
La placa de Orunetsi y Paterno es lo que más me llamó la atención en Muez. Pero también podemos visitar su iglesia del siglo XIII muy reformada en siglos posteriores. Todavía conserva, junto a la lápida romana, la antigua portada medieval, hoy cegada.
En Muez también hay alguna casa blasonada. Y en las afueras del pueblo, en el camino entre Muez e Irujo, hay un bonito crucero de finales del siglo XIX que sustituye otro que fue destruido por un rayo.
Blasón - Muez Crucero - Muez -  Valle de Guesálaz
En un extremo del pueblo está la pequeña ermita de San Miguel. Muy sencilla pero con buenas vistas sobre el valle y sobre los terrenos que fueron campo de batalla en el año 920. En aquellos lejanos comienzos del Reino de Navarra sucedió aquí la batalla de Valdejunquera, la más importante de la Reconquista que se dio en territorio de Navarra. Podemos acabar la visita haciendo la ruta senderista que recorre los parajes de la batalla y que parte desde Muez: RUTA DE LA BATALLA DE VALDEJUNQUERA.
 
Para saber más sobre la batalla consultar la página que he dedicado a ella en este blog: BATALLA DE VALDEJUNQUERA.
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BATALLA DE VALDEJUNQUERA – Escenario de la batalla

Panorámica de Muez desde el crucero

En los alrededores del pueblo de Muez, en el valle de Guesalaz, ocurrió en el año 920 la batalla más importante de la Reconquista de las que se dieron en territorio de Navarra. Es la batalla de Valdejunquera o de Muez. Allí, los reyes Sancho Garcés I de Navarra y Ordoño II de León, juntaron sus fuerzas para enfrentarse al entonces todopoderoso Abderramán III. Abderramán III dirigió personalmente un gran ejército para restablecer el orden en la frontera superior del califato, ya que ni sus gobernadores ni sus generales podían aguantar la frontera ante el empuje de los nacientes reinos hispanos. La victoria fue para Abderramán III, asestando un duro correctivo a los reyes cristianos y especialmente a Sancho Garcés I. Cinco años después de la batalla moriría el rey navarro. Pero en estos cinco años volvió a dar muestras de su coraje pasando de nuevo a la ofensiva y tomando varias plazas perdidas.
Localización Batalla de Valdejunquera No está claro el lugar exacto de la batalla. Me desplacé a Muez para visitar el pueblo y sus alrededores. Sobre el terreno, examinando cerros, llanos y valles, he elaborado esta hipótesis sobre la localización del lugar de la batalla.
Creo que la clave está en la denominación que los musulmanes dieron al enfrentamiento: batalla de Muez. Ello me lleva a pensar que fue plaza principal en la batalla. Las crónicas dicen que los últimos cristianos que resistieron se vieron copados en el castillo de Muez. Hay quien quita importancia a este dato, como Carlos Viñas en su excelente blog sobre la batalla. Se basan en la inexistencia de un castillo en la localidad y dicen que el castillo de Muez de las crónicas estaría en otra ubicación. No lo llego a entender. Si Muez es asentamiento antiguo, tal como acredita la lápida funeraria romana que hoy podemos ver en uno de los muros de la Iglesia parroquial, y las crónicas hablan del castillo de Muez, ¿no sería más lógico pensar en la existencia de un castillo hoy desaparecido después de más de 1.000 años? Además hay que pensar en la destrucción del mismo por las tropas victoriosas de Abderramán III antes de volver a Córdoba.
Había por tanto que buscar cualquier rastro de ese antiguo castillo. En mi visita al pueblo pregunté a un vecino de la localidad sobre la posible existencia de un castillo en Muez. Me comentó que la gente del lugar siempre había llamado “el castillo” a la zona que está entre la ermita de San Miguel y el pueblo. Me dirigí a la zona señalada. Allí vi que una calle era llamada precisamente la calle del Castillo. Además, justo en la zona donde me había dicho el paisano, unas obras y remociones de terreno habían dejado a la vista una gran acumulación de piedras que podrían haber correspondido a paramentos de murallas antiguas si bien esto habría que comprobarlo.  Muez está además elevado sobre los campos cercanos, lo que facilitaría su defensa.
 
Piedras en la zona llamada del castillo - Muez Cartel de la calle de Castillo - Muez

Ello me llevó a la conclusión de que efectivamente en Muez hubo un antiguo castillo o al menos un lugar fortificado, que pudo ser clave en la batalla de Valdejunquera.
Desde la ermita de San Miguel, que está en un extremo del caserío, observé el terreno que rodea el pueblo. Desde aquí se ven varios cerros que estratégicamente dominan los campos de alrededor. Debieron ser utilizados por los cristianos para obtener una ventaja táctica sobre los musulmanes. Los sarracenos seguramente acamparían antes de la batalla en las elevaciones que están al oeste de Muez, entre este pueblo y Riezu. Es decir, en las proximidades del río Ubagua, que aprovisionaría de agua al ejército de Abderramán. Agua muy necesaria cuando la batalla fue en el mes de Julio. Los juncos de las orillas de este río y de los regachos cercanos seguramente están en origen del topónimo Valdejunquera que da nombre a la batalla.
Mapa batalla de Valdejunquera - inicio

Las tropas de Sancho Garcés I y Ordoño II se dispondrían en el desaparecido castillo de Muez y en los cerros que se encuentran al norte del pueblo, a menos de un kilómetro. En segunda línea se encontraría el cuartel general cristiano, seguramente en lo que hoy es el cerro donde está el caserío de Irujo. En lo más alto del pueblo pude apreciar restos de muros que pudieron corresponder a fortificaciones de la época, aunque también pueden corresponder a un antiguo castro de la Edad del Hierro no catalogado, circunstancia que dejo aquí reflejada.
El frente de batalla alcanzaría el kilómetro y medio. En la parte cristiana iría desde el cerro Eltza pasando por el cerro San Miguel (donde hoy está el depósito de aguas) hasta Muez. En el lado sarraceno el frente de batalla iría desde los alrededores de Riezu hasta las proximidades de Muez. Los extremos del campo de la contienda estarían limitados por los regachos de Obantzea al oeste y el de Erragoz al este.
Aunque el río Ubagua separaba los ejércitos antes de la batalla, es muy probable que los sarracenos adelantaran posiciones a los cerros de escasa altura que están cruzando el rio, entre el rio Ubagua y el regacho de Obantzea, asegurando así el vado cercano y consiguiendo así un control visual de Muez y de las tropas cristianas. Es más, en mi visita al lugar me percaté de un pequeño cerro estratégico que se encuentra aun más adelantado, cruzando el regacho Obantzea, junto al campo de batalla. Seguramente antes del combate los musulmanes dominarían este cerro para asegurar el paso del regacho sin problemas por las tropas sarracenas. También pienso que este cerro sería un lugar ideal, según avanzaba la batalla a favor de los musulmanes, desde donde Abderramán supervisara el asalto final a Muez y la persecución de los supervivientes cristianos.
En las Navas de Tolosa el frente de batalla tenía 3 kilómetros de ancho. En la batalla de las Navas el número de tropas debió ser muy superior al de Valdejunquera, por lo que el frente de batalla de 1,5 Km. considerado aquí para la batalla de Valdejunquera es perfectamente asumible.
El grueso de la batalla debió producirse entre el regacho de Obantzea y Muez. A pesar de la mejor situación estratégica de los cristianos, conocedores del terreno, debieron ser derrotados principalmente por la superioridad numérica de las tropas musulmanas (faltaron muchos caballeros castellanos que se esperaban en la batalla y con los que contaban Ordoño y Sancho Garcés para obtener la victoria). Roto el frente cristiano entre los cerros de Eltza y San Miguel y entre San Miguel y Muez, cundiría el pánico ante la inminencia de la derrota. Empezó aquí la persecución que acabó con la vida de muchos cristianos de las tropas de Sancho y Ordoño. Así lo dicen los cronistas musulmanes Ibn Idari y Arib Ibn Saad: “Los cristianos, vencidos, huían tan atropelladamente que ni siquiera acertaban a volver a su campamento. Los nuestros les siguieron los pasos, mataron a cuantos cayeron en su poder y no dejaron de perseguirlos hasta que cerró la noche”. La persecución llegaría hasta las estribaciones de la sierra de Andía, hasta las inmediaciones de los pueblos de Arguiñano, Vidaurre y Salinas de Oro.

Mapa batalla de Valdejunquera - desenlace

Tras romper el frente cristiano entre Muez y el cerro de San Miguel los musulmanes cercaron el castillo de Muez, donde quedaron aislados los últimos cristianos que resistieron sin posibilidad de huída, junto a otros que aquí se habían refugiado tras verse sobrepasados en el campo de batalla por los sarracenos. Aquí es donde suponemos que Abderramán III, además de apresar a dos obispos que acompañaban a las tropas cristianas, masacró a la mayor parte de los prisioneros, cortando según las crónicas más de medio millar de cabezas que luego llevó a Córdoba como trofeo.
Esta hipótesis de localización de la batalla está elaborada sobre el terreno. Es muy recomendable acudir a tan histórico sitio y pasear por los lugares donde hace más de 1.000 años la quietud que hoy se respira fue rota por el relinchar de los caballos, los tambores de guerra, el chocar de espadas y los gritos de victoria o dolor de los soldados.
 
Escenario de la batalla desde el cerro de San Miguel

Los cristianos supervivientes, entre ellos los dos reyes cristianos, viéndose derrotados, retrocederían desde Irujo hacia el norte, escapando de las jornadas de fuego y desolación que en los días siguientes provocaron las tropas musulmanas en el valle.
Pero pronto los reyes cristianos volverían a la carga. Sancho Garcés volvió a tomar Calahorra y acabó en Viguera con el gobernador musulmán Ibn Abd Allah, uno de sus principales enemigos en Valdejunquera. Y Abderramán III no moriría sin ver sus estandartes morder el polvo en Simancas. Pero esa es otra historia…

Para facilitar la visita al histórico lugar he elaborado una ruta senderista que recorre el escenario de la batalla: RUTA DE LA BATALLA DE VALDEJUNQUERA.
 
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IRUJO – Valle de Guesálaz

Irujo - Valle de Guesálaz

Irujo es un pequeño caserío que se encuentra en el valle de Guesálaz, a 32 kilómetros de Pamplona. En los campos que rodean al pueblo sucedió hace más de mil años, en el año 920, la batalla de Valdejunquera, que enfrentó a los reyes Ordoño II de León y Sancho Garcés I de Navarra contra Abderramán III, en la que fue la mayor batalla de la Reconquista que sucedió en territorio navarro.
Localización Irujo - Valle de Guesálaz


En Irujo podemos ver la iglesia de San Román, parecida a las otras sencillas iglesias de origen románico que también hay en los pueblos de alrededor. Construida en el siglo XII fue muy modificada en los siglos XVI y XVII.

Fachade de palacio  - Irujo Pero lo que más me llamó la atención en mi visita a Irujo fue un hermoso y a la vez curioso blasón que adornaba la fachada en ruinas de un antiguo palacio del que queda parte de la fachada. La fachada del antiguo palacio tiene el encanto de esas ruinas antiguas que tanto gustaban retratar los pintores románticos del siglo XIX. A ello colabora la hiedra que poco a poco va cubriendo la fachada y amenaza con tapar el blasón. Blasón - Irujo

No es que el blasón esté mejor realizado que otros que adornan los pueblos cercanos. Lo que me gustó del mismo fue la ingenuidad de los motivos escultóricos que rodean el escudo y que le dan gran encanto. Son dos mujeres que tocan la guitarra y dos graciosos leones sonrientes que sujetan el blasón.
Mujer con guitarra - Irujo León sonriente - blasón de Irujo
 
Restos de muros - Irujo - Valle de Guesálaz También en mi visita me llamó mucho la atención el cerro que se levanta justo al lado del pueblo. Allí vi restos de muros en las vertientes oeste y norte, las más desprotegidas. Ello me lleva a pensar en la posibilidad de la existencia aquí de un antiguo castro de la Edad del Hierro o fortaleza medieval, si bien por la tipología de las piedras me inclino por la primera posibilidad. Consultando la documentación oportuna, no me consta que dicho castro esté catalogado, lo que supondría un nuevo aporte a la arqueología de Navarra. Lógicamente todo esto con las reservas oportunas, ya que sólo una prospección sistemática o una excavación arqueológica ratificarían lo dicho.
Escenario de la batalla de Valdejunquera - Irujo Debido a la situación estratégica en medio del valle, creo que Irujo debió tener importancia en la batalla de Valdejunquera. Más información sobre la batalla en: BATALLA DE VALDEJUNQUERA .
  


Podemos acabar la visita oteando desde lo alto del cerro los terrenos, hoy fértiles campos de cultivo, que en el año 920 fueron campos de batalla donde muchos cristianos y sarracenos dejaron la vida.
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Localización de Irujo – Valle de Guesálaz

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RIEZU – Valle de Yerri - Navarra

Iglesia de Riezu - Valle de Yerri - Navarra

Localización Riezu - Valle de Yerri Riezu es uno de los pueblos del valle de Yerri. Está enclavado junto al río Ubagua, y es puerta de entrada al cañon donde nace este río, que se puede recorrer en toda su longitud en una bella ruta senderista. Más información sobre esta ruta en: Ruta cañón del río Ubagua. La mayoría de los visitantes que se acercan a la localidad lo hacen para recorrer este sendero. Pero el pueblo de Riezu también tiene atractivos que no hay que dejar pasar de largo.
Riezu posee una interesante colección de blasones que adornan las fachadas de varias de sus casas.
Riezu - Blasón - Valle de Yerri Riezu -  Blasón

En su iglesia (siglo XIV con reformas posteriores) destaca la fachada, con arco gótico de entrada coronado por una bella crucifixión.
 
 Arco gótico de la iglesia de Riezu - Valle de Yerri Crucifixión iglesia Riezu

A ambos lados de la entrada podemos distinguir dos escenas. Una en muy mal estado, a la izquierda: la vendimia. Vemos los racimos, las piernas de uno de los recolectores y el cesto donde van a recoger la cosecha.
Más interesante es la escena de la derecha. En ella se representa la Adoración de los Magos. Vemos a la Virgen con el Niño y a dos de los Reyes Magos (vemos la huella del lugar que ocupó el tercero entre los otros dos). También vemos la estrella de Belén cerca de la cabeza de la Virgen.
 
Epifanía - Portada de la iglesia de Riezu - Valle de Yerri

Palacio de los Remírez de Ganuza - Riezu Frente a la iglesia vemos un hermoso palacio con la fachada adornada con dos escudos. Es el palacio de los Remírez de Ganuza del siglo XVII. Es uno de los mejores palacios del valle de Yerri.

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Localización Riezu – Valle de Yerri

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LEZÁUN – Navarra

Casona rústica - Lezáun - Tierra Estella

Localización Lezáun - Tierra Estella Lezáun se encuentra en Tierra Estella, a 40 kilómetros de Pamplona y a 850 m. de altura.
Su iglesia está muy reformada. Es curioso que la entrada se encuentre en el mismo frontón de la localidad. Está dedicada a San Pedro. Este santo es el que figura en el escudo de la localidad.
Iglesia de San Pedro Apóstol - Lezáun - Tierra Estella
Lo más interesante del pueblo son las fachadas blasonadas que hay cerca de la iglesia.
Blasón - Lezáun En una de estas casonas, en la plaza,  es curioso el dintel esculpido que adorna una de sus ventanas.
Ventana con dintel decorado - Plaza de Lezáun



Lezáun - casa rústica
Otro de los atractivos del pueblo son algunas casas que llaman la atención por su gran rusticidad. Están levantadas con piedras poco trabajadas de la zona, que les dan un color marrón claro que las diferencia de las más modernas.
Lezáun se encuentra en la cabecera del cañon del río Ubagua. Este cañon es de gran belleza. Un sendero lo atraviesa en su totalidad, uniendo Lezáun con Riezu. Más información sobre esta ruta senderista en: Ruta cañón del río Ubagua.
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Localización de Lezáun – Navarra

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CAPILLA DE LOS HOSPITALES - Pamplona

Capilla de los Hospitales - Pamplona

La capilla de los Hospitales destaca como una rareza entre los modernos edificios que la rodean. 

Localización Capilla de los Hospitales - PamplonaSe encuentra entre los pabellones hospitalarios de Pamplona en la parte moderna de la ciudad. Contrastando con la arquitectura contemporánea de alrededor, se levanta en estilo neorrománico. Las modernas ambulancias que aparcan a su alrededor son un choque visual con los rosetones y las galerías de arquillos que decoran la iglesia.

En su interior contemplamos los arcos de medio punto habituales del románico y que aquí son rescatados con el afán historicista de principios del siglo XX. Su cabecera recta está decoraba por varias vidrieras que representan a San Fermín y a San Francisco Javier, patrones de Navarra, y a la Virgen. En la parte de abajo del presbiterio vemos los escudos de las merindades de Navarra, además de águila negra del rey Sancho el Fuerte y el de Aoiz, con las dos espadas.

Interior de la capilla de los Hospitales - Pamplona

Crucificado y ángeles - Capilla de los Hospitales En el altar hay un Crucificado y a los pies de la cruz dos hermosos ángeles plañideros que son de lo mejor del templo en lo que se refiere a la escultura.

Varios santos, protectores de los enfermos, como San Camilo, o acostumbrados a recibir todo tipo de peticiones, como San Antonio, se distribuyen por las naves de la Iglesia.

La Capilla de los Hospitales no es un sitio turístico. El valor de la misma es que entre sus paredes han encontrado consuelo muchas personas que tenían a sus familiares sufriendo en alguna habitación o quirófano de los hospitales cercanos.

San Camilo - Iglesia de los Hospitales - Pamplona La arquitectura hace su distinción. Los hospitales modernos, prácticos, con excelentes médicos e instrumental de última generación, son la casa de la ciencia. Ciencia que salva vidas pero que ve a navarros morir (en el complejo de hospitales es donde fallecen gran parte de los pamploneses). Al lado, la capilla neorrománica, construida en un estilo que resucita un arte de hace mil años. Representa la religión que da esperanza de sanación y una salida aceptable al callejón de la muerte.

Ciencia y Fe. Aquí comparten espacio. Por eso llama la atención la Capilla de los Hospitales.  Y es que aquí Ciencia y Fe no son enemigas…

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MONUMENTO A ÍÑIGO ARISTA - Pamplona

Monumeno a Íñigo Arista - Pamplona El monumento a Íñigo Arista se encuentra en la Avenida de Navarra, en el cruce con la calle Íñigo Arista, en el barrio de Iturrama, en Pamplona.

El monumento se encuentra en una rotonda muy transitada. Muchos pamploneses pasan a su lado todos los días. En cambio, como está alejado del centro turístico de Pamplona, para la mayoría de los turistas y visitantes de la ciudad es desconocido.

Localización Monumento a Íñigo Arista - PamplonaEl monumento es homenaje a Íñigo Arista (810-852), personaje histórico que está en el origen del Reino de Pamplona y por extensión del Reino de Navarra. Es considerado por muchos el primer rey de Navarra. Pero últimamente bastantes historiadores consideran a Sancho Garcés I, primero de la dinastía Jimena (905-925), el primer rey de navarra, ya que fue el primero que combatió a los musulmanes y en ser reconocido como rey por los otros reinos cristianos, mientras que Íñigo Arista fue aliado de los mahometanos (los Banu Qasi, musulmanes de Tudela, eran familiares suyos).

No obstante la importancia de Íñigo Arista en la historia de Navarra, como representante notable  de esos clanes nobiliarios que posteriormente crearon el reino, es indiscutible.

Íñigo Arista - Pamplona Lo primero que llama la atención de la moderna escultura es su tamaño. Tiene 10 metros de altura. No representa a un rey. Representa a un guerrero armado con lanza y escudo. La piedra y el metal simbolizan su fuerza. La falta de adornos, de armadura (la piedra representa una simple túnica) da un carácter antiguo, primitivo al guerrero, lo que nos traslada a esos comienzos de la Edad Media. Porta lanza en vez de espada. La espada tiene una connotación de nobleza propia de reyes. La lanza es más práctica por la posibilidad que da de atacar a más distancia, pero no se representa como atributo de nobleza o realeza en las esculturas. Aquí tampoco hay caballo, que eleva el rango del personaje representado en el lenguaje de la escultura conmemorativa.

De todo esto podemos concluir que el monumento a Íñigo Arista lo presenta como un guerrero primitivo, todavía lejano en el tiempo a la bella parafernalia medieval de armaduras, cascos y escudos hermosamente decorados. Es el guerrero originario, que porta lanza y un simple escudo circular, armas básicas y sencillas. Así la moderna escultura nos traslada en el tiempo a esos momentos en que se empezó a formar el reino de Navarra. Aquí Íñigo Arista no es el primer rey, es el primer guerrero. Guerrero que sobresalió entre ese primer núcleo de nobles que ampliaría su influencia en un territorio a caballo entre los musulmanes y los francos que luego fue el reino de Navarra.

Tengo una amiga que llama a esta escultura “El batusi”, ya que le recuerda a esos guerreros de las tribus africanas de los documentales. No es casualidad. Estos guerreros batusis no dejan de ser guerreros primitivos, que al fin y al cabo es el mensaje que hace llegar la escultura de Íñigo Arista.

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Localización Monumento a Íñigo Arista

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VALLE DE UNCITI - Navarra

Artáiz - Panorámica general - Valle de Unciti
Localización Valle de Unciti

El valle de Unciti toma el nombre del río que transcurre entre Monreal y el valle de Izagaondoa. En este pasillo entre montes formado por el río se extienden los caseríos. El ayuntamiento lo forman siete pueblos o concejos: Alzórriz, Artáiz, Cemboráin, Najurieta, Unciti, Zabalceta y Zoriquiáin. Está habitado por algo más de dos centenares de vecinos que se dedican al campo, principalmente al cereal, aunque también se mantienen algunos rebaños de ovejas.
La primera mención histórica del valle es un documento del obispo de Pamplona Pedro de Roda que data del siglo XI, si bien el castro de Iruaga, situado en lo alto de La Peña de Najurieta, retrotrae la ocupación del valle al menos al primer milenio antes de Cristo.
Este valle agrario, que toma el color cambiante de los campos de trigo según transcurren las estaciones, reserva para el visitante gratas sorpresas. A tan solo una veintena de kilómetros de Pamplona guarda rincones e historias que merece la pena disfrutar.
 
Fuente románica de Artáiz - Valle de Unciti Artáiz es la puerta de entrada al Valle de Unciti. Es el pueblo más monumental del valle, con su Iglesia románica de San Martín, su fuente románica y la torre señorial de la plaza (ver: IGLESIA ROMÁNICA DE SAN MARTÍN DE ARTÁIZ).

Tras visitar Artáiz nos adentramos en el valle por la NA- 234. Podemos empezar nuestro recorrido acercándonos a Unciti, la capital del valle. Poco antes de entrar en el pueblo, a la derecha de la carretera, están los restos de la antigua parroquia de San Pedro, del siglo XVI. Tienen estas antiguas piedras el encanto romántico que siempre poseen las ruinas. Quedan en pie los muros del presbiterio y la portada de la iglesia. Hoy es el cementerio de la localidad. En su interior podemos ver una pequeña colección de estelas antiguas.
 
Unciti- antigua iglesia -Valle de Unciti

Siguiendo con ruinas que evocan tiempos antiguos, desde el pueblo podemos acercarnos a los restos de la torre de Errondo, Rondo, Raondo o Errondoa, ya que de varias maneras se conoce el lugar. Un grueso muro de dos metros de grosor y más de diez metros de alto de lo que fue torre defensiva medieval recuerda al poblado que existió aquí hasta su abandono en el siglo XV. Este lugar inspiró a Arturo Campión en su relato “El último tamborilero de Erraondo”, cuyo protagonista era de aquí.
En Unciti estaba la desaparecida iglesia de Santa María. Hoy tendríamos que ir al Metropolitan Museum de Nueva York para ver el precioso tímpano románico que la adornaba ya que fue vendido en aquellos tiempos, hoy afortunadamente tan lejanos, en que no se valoraba debidamente el arte ni se creía en su conservación.
 
Iglesia románica de Najurieta - Valle de Unciti Seguimos el recorrido por el valle para recalar en Najurieta. Aquí encontramos la iglesia de Santo Tomás. Si San Martín de Artáiz destacaba por su exterior esculpido, Santo Tomás de Najurieta lo hace por su interior plenamente románico. La iglesia guarda dos joyas: la pila bautismal románica del siglo XII, probablemente la más importante de las que se conservan en Navarra, y la Virgen de Basaba, que toma su nombre de la desaparecida ermita del mismo nombre. La Virgen de Basaba tiene fama de milagrera, especialmente en la curación de enfermedades de la piel. Para ver la iglesia hay que pedir las llaves en el pueblo en una casa que hay junto a la plaza.
 
Interior de la iglesia románica de Najurieta - Valle de Unciti Pila bautismal de Najurieta - Valle de Unciti

Desde Najurieta nos dirigimos a Alzórriz. Lo primero que debemos hacer es echar un trago de la fuente de los tres caños. Pero cuidado: las madres del pueblo desde antiguo aleccionan a sus hijos a beber solo de los dos primeros caños. El caño de la izquierda dicen que es el caño de la Virgen, el del centro el de Dios… y el de la derecha del diablo. Seguro que Miguel Indurain bebió de los caños santos. Su madre es de Alzórriz y en el pueblo residen algunos familiares del ciclista. Todavía el ganador de cinco Tours se deja caer de vez en cuando por aquí.
 
Alzorriz- Fuente de los tre caños - Valle de Unciti
Alzorriz- Vista exterior de la iglesia - Valle de Unciti
En el pueblo encontramos la iglesia de Nuestra Señora de la Candela, gótica, del siglo XIV. En el exterior llama la atención su torre-campanario y su curiosa portada. Sobre la fábrica gótica de la entrada se conserva el tímpano adornado con crismón que pertenecía a la anterior iglesia románica. En su interior destaca la balaustrada de madera que descansa en canes decorados, la bella reja del presbiterio, la pila bautismal y la imagen románica de Nuestra Señora de Alzórriz.
Quizás lo más curioso de esta iglesia es una reliquia que hay quien dice es uno de los clavos de Cristo. Se encuentra en el muro, junto a un crucificado del siglo XVI.
 
Alzorriz- Reliquia clavo sagrado - Valle de Unciti Alzórriz - Crismón - Valle de Unciti

En Zabalceta está la Iglesia de San Lorenzo, en un extremo del caserío. Conserva elementos medievales en la torre y la puerta de entrada al templo. Hace años fueron robados aquí un cáliz y una imagen de la Virgen con el Niño del siglo XIII.
La iglesia de San Andrés de Zorroquiáin es también de origen medieval, pero como la de Zabalceta está bastante reformada.
 
Iglesia de Cemborain - Valle de Unciti Para acabar la visita al valle nos dirigimos a Cemboráin. En la parte alta del pueblo está la iglesia de la Visitación, originariamente medieval pero con importantes reformas del siglo XVI. Destacan sus cubiertas de bóvedas estrelladas y su portada renacentista adornada con cabezas de querubines. Pero lo mejor de Cemboráin es que ofrece las mejores vistas sobre el valle y las montañas que lo rodean. La peña de Izaga y la Higa de Monreal cierran el horizonte por el este y el sur. Parecen guardar todos estos lugares, pueblos y gentes que el visitante curioso no puede dejar de conocer.


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