El salón del trono es la sala principal del Palacio de Navarra.
La sala es usada en ocasiones solemnes y para actos oficiales. En las jornadas de puertas abiertas que preceden al Día de Navarra (3 de diciembre) se puede visitar acompañado de guías profesionales de manera gratuita. No estaría de más que al menos un día a la semana durante todo el año se pudiera visitar el Palacio de Navarra, ya que por la vistosidad de sus estancias y la calidad de las piezas de arte que contiene (retrato de Fernando VII de Goya, tapiz de las Navas de Tolosa, etc) es un atractivo turístico de importancia en la Comunidad Foral.
La mayoría de los visitantes cuando son preguntados por la sala del Palacio que más les ha llamado la atención, se deciden por el Salón del Trono.
La Sala del Trono también es la estancia más emblemática, ya que simboliza las grandezas del antiguo Reino de Navarra. Fue construida y decorada entre 1861 y 1865.
Nada más entrar en ella deslumbra su decoración en dorados que contrasta con el resto del Palacio.
El techo está bellamente decorado con una alegoría de Navarra rodeada de las virtudes cardinales: Justicia, Prudencia, Fortaleza y Templanza.
Rodeando el techo destacan los retratos de los reyes de Navarra. Curiosamente no están todos, ya que no se calculó bien el espacio de que se disponía. Los reyes están representados de manera idealizada, ya que de gran parte de ellos no se conocía su verdadero aspecto. Van desde Íñigo Arista (siglo IX) hasta Carlos III el Noble (siglo XV). En total 32.
Más abajo vemos algunas escenas que representan momentos singulares de la historia de Navarra, como al rey Sancho el Fuerte dirigiendo a las tropas en la batalla de las Navas de Tolosa, la victoria sobre Carlomagno en Roncesvalles, etc.
Destaca también el pavimento de taracea de madera con un escudo de Navarra en el centro, realizado por una casa de París.
Todo el salón del Trono respira navarridad a través de las pinturas y los símbolos de la estancia. Pero el símbolo más importante es un tramo con doce eslabones de las cadenas que rodeaban la jaima o tienda del Miramamolín Al-Nasir en la batalla de las Navas de Tolosa. Las cadenas están bajo el dosel del trono. Se trajeron desde el monasterio de Irache (las cadenas que hay allí son una reproducción). No es el único tramo que se conserva de las cadenas originales, los otros dos están en Roncesvalles y en Tudela.
Tras los sillones del Trono hay una reproducción del estandarte de Al-Nasir que también fue ganado en la batalla. Hoy se encuentra en el Monasterio de las Huelgas, en Burgos.
Personalmente creo que las cadenas debían de estar más visibles y destacadas, ya que se hace notar más la copia del estandarte que las cadenas que están en el escudo. No estaría de más que se expusieran en una vitrina a los pies del trono y al lado del escudo de Navarra representado en el trabajo de taracea del suelo, ya que las cadenas que hay en el escudo de Navarra son éstas, las ganadas como trofeo en la batalla de las Navas de Tolosa.
Junto al Salón del Trono se encuentra la capilla del Palacio, que ocupa lo que eran las habitaciones que usaban los reyes de España en su visitas a Navarra. Lo más interesante de la capilla es el retablo barroco que se ensambló a partir de dos retablos churriguerescos procedentes de Ujué.
Palacio de Navarra
Retrato de Fernando VII de Goya
Tapiz de la batalla de las Navas de Tolosa
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