Manantial de Arteta

Manantial de Arteta - Valle de Ollo

Mantial de Arteta - LocalizaciónDesde el otro día cuando abro el grifo y bebo, el agua me sabe mejor. Es la misma de siempre, pero antes no conocía el manantial de su origen y el hermoso paraje donde está.

Desde 1.886 abastece de agua a Pamplona y a otros muchos pueblos de la Cuenca de Pamplona. Anteriormente el agua llegaba desde el manantial de Subiza (más información aquí).

El manantial se encuentra en el Valle de Ollo, recoleto valle cerrado entre montañas que se encuentra cerca de Pamplona.

 

Lo ideal es visitar el manantial en invierno o en la primavera, después de varios días de lluvia. Yo tuve la suerte de poder ir uno de estos días especiales. El agua recogida en 100 kilómetros cuadrados de la Sierra de Andía se filtra en el paisaje kárstico y emerge en el manantial. Tras los días lluviosos sale salvaje y presurosa, a borbotones. En el mismo nacedero nace la tubería  que lleva 800 litros por segundo hacia Pamplona. Pero el manantial regala hasta 30.000 litros por segundo en los días de máximo caudal. Imagínate 3.000 cubos vacíos. Llénalos en 1 segundo. Es el agua que fluye del manantial de Arteta en los días más pletóricos. El día que visité el manantial, según los datos de la mancomunidad de aguas, hubo un caudal de 19.559 litros por segundo y era espectacular. El agua sobrante, que salía a borbotones del nacedero, escapaba ladera abajo en una cascada.

Nacedero del manantial de Arteta en dias lluviosos

La media de caudal del manantial de Arteta son 3.000 litros por segundo, que tampoco está nada mal y que da de sobra para cubrir esos 800 litros/segundo que van a cubrir buena parte del abastecimiento de Pamplona y comarca.

Un estrecho puente de metal sobre la cascada se convierte en esos días de abundancia de caudal en uno de los lugares más espectaculares de Navarra. Hay que estar allí, encima de la cascada, viendo caer generosamente el agua con un gran estruendo. Se llega a sentir una hipnótica sensación difícilmente descriptible.

Pasarela del manantial de Arteta

Con el crecimiento de la Cuenca de Pamplona son hoy tres las fuentes de abastecimiento: el manantial de Arteta, el embalse de Eugi y el embalse de Itoiz (este último sólo en los meses de estiaje). Si vives en la Cuenca y visitas el manantial puedes preguntar en el centro de información del embalse de donde procede el agua de tu casa. A mí me tocó Arteta, que es la de más calidad y mejor sabor según Nerea, la amable guía que además explica estupendamente en las visitas guiadas el ciclo del agua y la geología del Valle de Ollo.

El paraje donde se encuentra el manantial es muy hermoso. Se puede llegar con el coche a 100 metros del nacedero. Es una visita muy recomendable. La visita al manantial y al centro de interpretación son gratuitas. En este enlace tienes los horarios y un teléfono de contacto: Centro de Interpretación de aguas subterráneas.

Ahora, cuando dirijo el vaso a mi boca pienso en ese agua llovida sobre las praderas de Urbasa-Andía. Imagino esas profundidades de la tierra que, como una esponja, recibe y filtra el preciado elemento. Pienso el hermoso nacedero donde el agua de millones de gotas de lluvia amanece a la luz. Luego vienen 27 kilómetros de recorrido hasta Pamplona y se distribuye en nuestras casas por más de 1.400 kilómetros de tuberías.

El manantial de Arteta regala vida a borbotones. Porque el agua es vida. Y aquí, en el manantial de Arteta, se ve como la Tierra realmente es una madre que da de mamar a Pamplona desde el pecho fructífero de la montaña. Degusto el agua de Arteta, Ar-teta. La teta de la Madre Tierra. Bebo el agua de mi vaso a pequeños sorbos. Buena y refrescante.

© Julio Asunción
julioasuncion@hotmail.com

Bailarinas– San Sebastián

Bailarinas - San Sebastián

En el barrio de Gros, junto al río Urumea, encontramos a tres donostiarras que seguro están entre las más bellas y divertidas de la capital guipuzcoana. Tienen ya cien años, pero su encanto y belleza, seguro que encandilan a todos los que pasean junto al río.

Las tres donostiarras son las tres bailarinas que componen el conjunto escultórico que se encuentra ubicado en un parterre en el comienzo de la Avenida de Francia.

Bailarinas - barrio de Gros - San SebastiánNo salen en los folletos turísticos, pero no les importa. Ellas se divierten. Son la misma imagen del disfrute de la vida. En sus caras no vemos problemas ni preocupaciones. Gozan de la música que sólo ellas oyen. La música de las panderetas y las castañuelas que tocan.

Sus cabelleras están sueltas, pero sus peinados nos llevan a su época, finales del siglo XIX y principios del siglo XX. De esa época, época de oro para San Sebastián, es de donde viene ese aspecto modernista que tan hermosa hace a la capital guipuzcoana. Desde entonces están bailando las tres encantadoras damitas, con esa elegante sonrisa que jamás se borra de su rostro.

Bailarinas - Vista lateral - DonostiLos cuerpos de las bailarinas se cimbrean como tallos de hermosas flores, siguiendo esa línea curva, tan natural y tan querida en el arte modernista.
Sus peinados, con un gracioso “kiki” en la frente, son como los pétalos de la flor de sus caras.

Sus flotantes ropajes, deliciosamente trabajados, hacen olvidar que están hechas de mármol. Parece que la brisa marina que sube por la ría del Urumea es la que mueve sus ropas al son de la música de las bailarinas que es sustituida por el rumor del mar en días ventosos.

Las ropas juegan con nuestra imaginación. Cubren pero insinúan, dejando imaginar las carnes turgentes de las bellas.

Gracia, optimismo y belleza se conjugan en esta escultura. No conocemos el autor. Sin embargo, para mí, es la mejor escultura de las que adornan San Sebastián. Parecen un cuadro de Alfons Mucha, uno de mis artistas preferidos, en tres dimensiones.

¿Qué decir de la delicadeza con que la bailarina de la derecha apoya su cabeza sobre el hombro de la bailarina central?

Dos bailarinas - San Sebastián

¿Y la sonrisa de la bailarina central, que se completa con su mirada, al mismo tiempo insinuante y pícara?

Bailarinas - detalle de muslo y cordelTambién podemos fijarnos en detalles dignos de atención. Por ejemplo el cordel que apenas sujeta la parte inferior del vestido de la bailarina de la derecha dejando ver el muslo, lo cual era muy atrevido en esos años en que en la cercana playa de la Concha se bañaban las mujeres tapadas hasta los tobillos. Como todo el conjunto, el detalle es todo un alarde del trabajo en mármol.

¿Y que os parece esa encantadora tobillera-flor en la pantorrilla de la bailarina central?

Bailarinas - Detalle del adorno de flor

La bailarina central ha quedado manca hace poco. Ignoro que pudo pasar. Quizás alguno, hechizado por su hermosura, quiso pedirle la mano, con tanta efusividad, que se la llevó con él. En la página del Museo San Telmo todavía salen fotos de ella con el brazo izquierdo elevando la castañuela a lo más alto. Ojalá le repongan el brazo para que suenen más fuertes sus castañuelas. Aunque no sea así seguro que no dejará de ofrecer su sonrisa al que se acerque a visitarla.

Me voy caminando por el paseo del Urumea hacia el puente de María Cristina, también modernista. Me niego a abandonar esos tiempos donde el arte era elegante y hermoso, muy hermoso. Atrás quedan mis tres guipuzcoanas preferidas. Son guapas, ríen, se divierten y no envejecen. ¿Verdad que dan envidia? Me han enamorado. Tendré que volver a San Sebastián.

© Julio Asunción
julioasuncion@hotmail.com

EL GIGANTE DE ALTZO

Guantes de El Gigante de Altzo - Museo San Telmo

Si en alguien se hizo real el calificativo de “chicarrón del norte”, ese fue Miguel Joaquín de Eleicegui. Conocido como “El gigante de Altzo”, llegó a alcanzar los 2,42 metros de altura, lo que le convierte en el vasco más alto que jamás haya existido. Altzo fue su pueblo de origen, pequeña localidad cercana a Tolosa, en Guipúzcoa. Allí nació en 1818.

Mientras los demás seres humanos alcanzamos la altura definitiva entre los 18 y 22 años, Miguel tuvo una infancia normal, pero a los veinte años tuvo una enfermedad que hacía que no dejara de crecer. Así, a los 43 años, cuando murió ya medía 2,42 metros. Para hacernos una idea de la excepcionalidad de Miguel Joaquín: la persona más alta que actualmente vive en España se llama Saad Kaiche, tiene origen argelino y mide 2,30, 12 centímetros menos que el Gigante Vasco.

Era un tipo excepcional. Comía como tres hombres y se dice que llegaba a beber tranquilamente más de 20 litros de sidra diarios.

También debió ser un fumador empedernido. Un vecino de Lecumberri creó una sociedad con el padre y el hermano de Miguel y con Miguel mismo además de otros socios para recorrer pueblos y ciudades exhibiendo al Gigante de Altzo y así ganar dinero. Una de las condiciones que impuso Miguel fue que le dieran todo el tabaco que quisiera.

La iniciativa triunfó. Miguel Joaquín recorrió buena parte de Europa y llegó a conocer a reyes y reinas, como a la española Isabel II, al francés Luis Felipe, a a la reina Victoria de Inglaterra. Su nombre artístico era el Gigante Vasco cuando actuaba en España y el Gigante Español cuando actuaba en otros países de Europa.

Su impresionante altura le valió para ganarse la vida muy bien. Cuando murió dejó una buena fortuna a sus familiares. El Gigante de Altzo se había hecho famoso y había llevado el nombre de su pueblo por toda Europa.

Fue enterrado en Altzo, su aldea natal. Hubo quien quiso comprar los huesos del gigante pero la familia se negó. A pesar de eso, el deseo de hacerse con los huesos de tan increíble personaje debió hacerse realidad, ya que cuando los restos iban a ser trasladados al nuevo cementerio el esqueleto había desaparecido. Lo habían robado. Hasta hoy no se sabe donde están. Probablemente los tendrá un coleccionista o están en una olvidada caja de los sótanos de alguna universidad de medicina. También hay sospechas de que los huesos estén escondidos en los fondos de algún museo de Inglaterra.

Horma de El Gigante de AltzoEn el Museo de San Telmo, en San Sebastián, están expuestos unos guantes y una horma de madera con la que le hacían a medida los zapatos. En las fotos podéis ver mi mano y mi pie para comparar. Yo mido casi 1,90 y calzo un 45 de pie. El Gigante de Altzo calzaba un 63.  Seguro de Miguel Joaquín hoy hubiera sido un pivot de primera, pero no creo que se hubiera hecho tan famoso como lo fue en su día.

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La espada de Boabdil–Museo San Telmo–San Sebastián

Espada de Boabdil

En mi visita al museo San Telmo de San Sebastián me sorprendió encontrar nada menos que una espada que perteneció a Boabdil, el último rey de Granada. Estaba expuesta sin que se la destacara de manera especial. Ello me llevó a sospechar incluso de su autenticidad y pregunté al personal del museo. Ellos me verificaron que la espada era nazarí y que perteneció a Boabdil.

Luego, en casa, indagué al respecto y efectivamente era así. No hay duda que Boabdil es uno de los personajes más conocidos de la Historia medieval de España. El hecho de ser el último rey nazarí, el que entregó la Alhambra a los Reyes Católicos, le hace el rey sarraceno más conocido. A esto colabora también la serie “Isabel”, donde Boabdil es uno de los personajes claves en los episodios que tratan la conquista de Granada por Isabel y Fernando. Todo ello da un valor añadido a la espada que guarda el Museo San Telmo.

En el Museo del Ejército, en Toledo, se encuentra una de las espadas de Boabdil. Es una de las piezas principales del museo. Lógicamente Boabdil debió tener una buena colección de espadas jinetas. Sólo se han conservado, que sepamos, dos. Y la segunda se encuentra en San Sebastián, muy lejos de la Alhambra.

¿Cómo llegó a San Sebastián la espada de Boabdil? La espada fue donada por la familia Oquendo al museo entre un lote de objetos. Seguramente llegó desde Andalucía en el siglo XV como botín de guerra. Muchos nobles vascos integraban las tropas de los Reyes Católicos y les acompañaron en la campaña granadina donde se dio fin al proyecto que casi había durado ocho siglos: la Reconquista. Podemos imaginar que uno de estos nobles vizcainos se apropió de la espada que luego pasaría de generación en generación hasta hoy.

Espada de Boabdil - Detalle de la empuñaduraLa espada jineta, que así se llaman este tipo de espadas, no sólo es un arma blanca de excelente fabricación. También es una obra de arte. Un buen ejemplo es la del Museo San Telmo. Destaca sobre todo la cuidada filigrana de la empuñadura. Como destaca Gaspar Aranda en un trabajo para el Museo Arqueológico Nacional: “ Las espadas jinetas constituyen las armas más distinguidas, no sólo por la riqueza de los ejemplares conservados, sino por constituir una producción genuinamente nazarí”.

Además la espada conserva también la vaina, lo que da todavía mas valor a la pieza.

No sabemos si Boabdil usó esta espada alguna vez en batalla. Cosa dudosa si hacemos buena la fama de cobarde que la leyenda le otorga. Resuenan en los libros las palabras que se dice le dirigió su madre: “llora como mujer lo que no has sabido defender como hombre”. Lo cierto es que Boabdil vivió hasta el año 1533, 41 años después de la conquista. Quizás creía en el dicho: “el cementerio está lleno de valientes”. Si hubiera tenido las agallas de usar esta espada defendiendo la Alhambra hubiera tenido una vida más corta. Pero la Historia le hubiera juzgado de otra manera…

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Iglesia de Orísoain

Iglesia de OrísoainLa iglesia de San Martín de Tours de Orísoain forma parte del rico patrimonio arquitectónico románico de la Valdorba, en la Zona Media de Navarra.

Es la iglesia parroquial de la localidad. Fue construida a finales del siglo XII. Es una iglesia sencilla, de una sola nave. Destaca en ella la existencia de una pequeña cripta bajo el presbiterio, pero que es difícil visitar ya que tanto cripta como iglesia suelen estar cerradas.

De todas formas merece la pena acercarse a la iglesia de Orísoain pues conserva una interesante portada. Lo más curioso de ella son las pequeñas cabecitas que adornan las arquivoltas. Otra curiosidad, en este caso negativa, es que el crismón que adorna el tímpano está deteriorado por un hueco excavado artificialmente que hoy se encuentra vacío pero que en su día debió contener alguna placa o cartela.

Portada de la iglesia de OrísoainTambién es una pena el deterioro de los relieves que decoraban el tejaroz que hay sobre la portada. Relieves de este tipo, pero en buen estado podemos verlos en la iglesia de San Martín de Artáiz.

Muy interesantes son los modillones que decoran el ábside. Están representados monstruos que representan a los demonios que castigaran a los pecadores. Pero el que me pareció más curioso es el de un hombre cargando un enorme barril. Es una crítica al pecado de la gula y a los que se excedían en el consumo del vino, es decir, a los borrachos.

Borracho - Iglesia de Orísoain

Por último merece la pena disfrutar de las panorámicas que se tienen desde la iglesia. Abarcan los campos de alrededor, el monte San Pelayo y otras tierras de la Valdorba.

 

Desde Orísoain podemos realizar un sendero al monte San Pelayo y a un castro de la Edad del Hierro. Aquí está el enlace:

- San Pelayo y castro de Muruzar.

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EL MANANTIAL DE SUBIZA

Caseta del manantial de Subiza

Manantial de Subiza -LocalizaciónNada más fácil que abrir un grifo y llenar un vaso de agua para saciar nuestra sed. Este gesto tan natural y diario hace 200 años era un lujo impensable en Pamplona. La población de la capital Navarra tenía que usar el agua de pozos o directamente tomarla del río Arga. Con el aumento de la población esto creaba serios problemas de salubridad. Para solucionar el problema del abastecimiento de agua a Pamplona se realizó una gran obra de ingeniería que trajo el líquido vital desde un manantial de la Sierra del Perdón.

De esa obra de ingeniería que admiró a la gente de la época hoy casi todo el mundo conoce el acueducto de Noain. Pero ¿dónde está el manantial de Subiza? ¿dónde está el origen del agua que abasteció a Pamplona desde 1.800 durante muchas décadas?.

Para llegar a ese histórico lugar hay que dirigirse al pueblo de Subiza. En las afueras del pueblo, frente al actual depósito de aguas, vemos una pequeña construcción con tejado a cuatro aguas.

Si nos acercamos a ella oiremos correr el agua en su interior. Dentro, guardado en este pequeña caseta de piedra está el manantial de Subiza.

Manantial de Subiza - Caseta de aguas

Es una pena que no haya ningún panel informativo que recuerde que de aquí, del agua salida de las entrañas de la Sierra del Perdón, se abasteció Pamplona. Desde aquí, el agua de manantial se apresuraba a recorrer 16 kilómetros para calmar la sed de los pamploneses.

Las obras duraron desde 1783 hasta 1790. En este año el agua llegó a las murallas de Pamplona. En 1.800 ya se acabó la distribución interior a través de las fuentes que diseño Luis Paret, facilitando mucho la vida de los pamploneses. Estas fuentes todavía podemos verlas en nuestros paseos por Pamplona. Hasta 1.895 no se completó la distribución de agua corriente en los domicilios, con la explotación de manantial de Arteta. Con la traída de aguas del manantial de Arteta para abastecer Pamplona, el manantial de Subiza dejó de abastecer la capital. Pero todavía hoy proporciona agua a algunos pueblos de las laderas de la Sierra del Perdón.

Merece la pena acercarse a la caseta que guarda el manantial de Subiza. Parece mentira que algo tan humilde diera tan gran servicio a Pamplona. Todavía en el dintel de entrada podemos ver grabado el escudo de Pamplona.

Dintel de la caseta del manantial de Subiza

El acueducto, como un cordón umbilical, unió la sierra y la ciudad transportando vida, ya que el agua es la vida. Alimentaba a ese bebé que era Pamplona, que empezaba a despertar a los avances tecnológicos. Hoy Pamplona se ha hecho mayor y es el embalse de Eugi  y el manantial de Arteta de donde procede la mayor parte del agua que se consume en la capital. Pero en la falda de la sierra del Perdón, la pequeña y antigua caseta nos hace recordar tiempos antiguos, tiempos de nuestros antepasados. Quizás así apreciaremos mejor lo que tenemos. Quizás recordaremos alguna vez, al ir a llenar el vaso en el grifo de nuestra cocina, a nuestras tatarabuelas cuando tenían que ir al río a coger el agua para la familia en un cubo de hojalata. ¡Qué tiempos!

Desde aquí podemos hacer una ruta senderista que nos va a ofrecer unas excelentes panorámicas de la cuenca de Pamplona:
Sierra del Perdón, Bordatxar.

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Localización manantial de Subiza.

- Ir a: Manantial de Subiza.

 
Ver Manantial de Subiza en un mapa más grande

- Manantial de Subiza.

CRISTO DEL MISERERE–Tafalla

Cristo del Miserere - Tafalla

En Navarra hay dos crucificados que se encuentran entre los más bellos del Renacimiento. Los dos son del mismo autor, Juan de Ancheta. Este artista guipuzcoano es uno de los mejores escultores del siglo XVI en España y uno de los mejores representantes del romanismo en la Península Ibérica.

En otro artículo ya hable sobre el soberbio cristo de la catedral de Pamplona, conocido como Cristo de Ancheta, probablemente la mejor obra de este extraordinario artista.

El otro cristo es el Cristo del Miserere, que no le va a la zaga en calidad al de la catedral de Pamplona.

El Cristo del Miserere se encuentra en la iglesia de Santa María, la iglesia principal de Tafalla, en un sencillo retablo situado en el crucero, en el lado de la Epístola.

Cristo del Miserere - Iglesia de Santa MaríaAnte el Cristo de Miserere no podemos más que sobrecogernos por su realismo y su calidad anatómica. Ante tal perfección uno no alcanza a imaginar como del tronco de un árbol, de la humilde madera, se puede obtener una imagen humana tan perfecta. Podemos pensar que no respira simplemente porque Cristo ya ha exhalado su último aliento.

En el Cristo del Miserere vemos la influencia de Miguel Ángel más aun que en el Cristo de la catedral de Pamplona. Es un Cristo más musculado y fuerte. Apolíneo. Recuerda al celebre David del escultor italiano. No muestra la tensión y el dolor propio de un cuerpo crucificado. Aquí nos encontramos con una idealización. Aunque no dejamos de ver al Hombre en la anatomía, vemos al ser divino en la manera en que queda expuesto en la cruz. Aquí no vemos drama. Ancheta no ser recrea en la sangre y el sufrimiento. El Cristo del Miserere supera en la muerte lo corporal, el dolor. Es una gran muestra del clasicismo del Renacimiento.

La expresión del Cristo del Miserere es tranquila, como si durmiera. Luce abundante cabellera. Es una cabeza también clásica, de proporcionadas facciones. A pesar de su belleza, es en la cabeza del Cristo donde creo que el cristo de la catedral de Pamplona supera al de Tafalla. La expresión del cristo de Pamplona es más dulce y el cabello y la corona de espinas están tratadas con mayor naturalismo.

Cristo del Miserere¿Por qué el nombre de Cristo del Miserere? Este tipo de imágenes inspiraban e inspiran aun hoy devoción entre los feligreses y creyentes que se acercan a ellas con humildad y fe. El Cristo del Miserere, desde la tranquilidad de su expresión, transmite la victoria ante la muerte y la creencia en la resurrección cercana. El Miserere es el nombre con el que es conocido el salmo 50 de la Biblia. El salmo empieza así:

Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces.

En el silencio de la iglesia de Santa María, frente a la imagen del crucificado, al observar su tranquila expresión, quizá sintamos que Él ya nos ha perdonado, pues la palabra Misericordia viene del latín Miserere. El Cristo del Miserere es también el Cristo de la Misericordia. Y el perdón es patrimonio del misericordioso.

- Cristo de Ancheta – Catedral de Pamplona.

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LA BOINA DE SAN SEBASTIÁN–Tafalla

La boina de San Sebastián - TafallaLa boina es algo más que una prenda de vestir en Navarra y en el País Vasco. Es una prenda típica, casi emblemática. Todo un símbolo etnográfico y cultural. Pues bien. De todos los millones de boinas que se han fabricado y se fabricaran seguramente la más importante de todas ellas se encuentra en Tafalla, en la Zona Media de Navarra.

Escultura de San Sebastián - TafallaEn la iglesia de Santa María, la más importante de la localidad, encontramos una tosca imagen de San Sebastián. Es curiosa. En vez de ver al santo casi desnudo y con el cuerpo atravesado con flechas, aquí le encontramos ricamente ataviado, con lujosa capa y ornado de joyas. Sólo las flechas que sostiene en la mano derecha nos identifican esta imagen con San Sebastián.

En el pequeño altar que se encuentra debajo de la imagen está el relicario de la boina. Puede sorprender, pero en un estuche de plata y cristal está guardada una boina roja. Una boina que es reliquia.

La historia, la leyenda o la tradición, quien sabe, cuenta que Juan Lome, maestro cantero, estaba encargado de realizar la escultura de San Sebastián. Al irse a casa tras una jornada de trabajo, se le ocurrió quitarse la boina y ponerla sobre la cabeza de la imagen inacabada diciendo “Santo guarda gorra”. Además de la actitud un poco idólatra del cantero hay que pensar que tampoco dominaba muy bien el idioma (puede ser que fuera uno de los francos que tan abundantes eran entonces en Navarra). Lo cierto es que la boina quedo en la cabeza de la escultura.

Un “pasagero”, tal como dicen los textos, es decir, un transeunte, uno que pasaba por ahí,  vió la boina sobre la cabeza de San Sebastián. El nuevo actor de la historia, seguramente pensando que hacía frío y que en su cabeza luciría la boina bastante mejor que en la del santo, no dudo en apropiársela. Y aquí viene el milagro. El amante de lo ajeno no pudo quitar la boina de la cabeza de la escultura. San Sebastián había cumplido con el encargo del cantero y le guardó la boina. Gran generosidad de San Sebastián, ya que el cantero, por su parte, le había hecho una escultura bastante tosca y de escaso arte. Corrió la voz y la boina pasó a ser objeto de devoción. Y así hasta hoy, que sigue expuesta para recibir los besos y la devoción de los feligreses. En Parte trasera del relicario de la boina de San Sebastián - Tafallala parte trasera del relicario hay un curioso dibujo donde se representa al cantero marchándose y al tipo listo echando mano a la boina. El dibujo está acompañado de un texto que recuerda esta curiosa historia. Una historia de religiosidad popular, esa religiosidad auténtica, genuina y quizás un poco ingenua, pero que queda impresa en la mente más profundamente que el sermón del más insigne teólogo.

Hoy, cuando publico este artículo, es 20 de enero, día de San Sebastián. Como todos los años la estatua y la boina son centro de devoción de los tafalleses en el día en que honran a su patrón, San Sebastián. La banda de música, los txistularis, los gigantes acompañando a la corporación municipal, recorrerán las calles de Tafalla recordando los milagros de San Sebastián, incluyendo entre ellos el de la boina de Juan Lome.

No olvides visitar la iglesia de Santa María cuando vayas a Tafalla. Allí se guarda la boina más importante que existe, la que fue protegida milagrosamente de ser robada por San Sebastián.

© Julio Asunción
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Iglesia de Santa María de Ujué: Portada–el donante.

- Tímpano de la iglesia de Santa María de Ujué.

Iglesia de Santa María de Ujué - Virgen y donante

En el tímpano de la iglesia de Ujué, donde está representada la adoración de los Reyes Magos, aparece a la derecha un personaje en actitud orante, poco o nada integrado en la escena. Dirige su mirada hacia la Virgen y el Niño Jesús.

Es un donante, un personaje de la época en que se esculpió el tímpano (siglo XIV). Estar en lugar tan destacado supone su participación intelectual y/o económica en la obra.

Iglesia de Santa María de Ujué - Donante¿Quién es? Se ha pensado que puede ser el mismo Carlos II el Malo, el rey navarro que impulso la reforma de la Iglesia de Santa María. Contra esta interpretación está el hecho de que no porte corona y el que vista una especie de hábito más propio del clero que de un rey.

Otra interpretación muy interesante es la que dice que pudiera ser Robert Le Coq. Fue obispo de Calahorra e influyente en la corte de Carlos II el Malo.

Iglesia de Santa María de Ujué - GalloRobert Le Coq, francés, fue obispo de Calahorra y personaje muy influyente en la corte de Carlos II. Apoya esta tesis ese curioso gallo que se encuentra a su lado, puesto que Le Coq en francés es gallo. Pudo ser que este obispo colaborara activamente en la elección de la iconografía y el programa teológico de la portada de la iglesia, y, que incluso, fuera el quien eligiera a los escultores, seguramente franceses.

Por último también podría ser otro religioso que interviniera o pagara la obra y que su nombre nos fuera desconocido. En este caso el gallo no haría referencia a Robert Le Coq. El gallo simboliza el comienzo, la resurrección, ya que anuncia el nuevo día. Podría completar el mensaje del tímpano. Cristo, cuyo nacimiento está representado en el tímpano, no muere con su sacrificio en la cruz. La Resurrección de Cristo es el mensaje final para los creyentes. El gallo cantará en el nuevo día del alma.

- Tímpano de la iglesia de Santa María de Ujué.

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Santa María de Ujué: Lucha de dos hombres por una mujer

Santa María de Ujué es uno de los monumentos principales de Navarra. El templo, con origen románico y reformado en el gótico, está declarado Monumento Nacional. Es uno de los hitos imprescindibles a visitar en Navarra.

Dentro de la escultura gótica de Ujué hay excelentes y originales ejemplos. Encontramos calidad en los maestros escultores pero también mucha originalidad en las escenas representadas. Una de las escenas que me llamó la atención fue la de dos hombres que luchan entre ellos. No son raras las luchas de barones en el arte románico y gótico. Pero lo que da originalidad a la escena es el tercer personaje. Es una mujer que asoma la cabeza entre las piernas de uno de los luchadores.

 

La escena sólo puede significar la lucha de los dos hombres por la mujer. Si además nos fijamos en el tocado que adorna la cabeza femenina, nos daremos cuenta que dicho tocado, que recoge el pelo, era propio de las mujeres casadas. Ello, añadido a la incómoda situación de la mujer, avasallada en medio de la pelea no puede más que hacernos pensar en una escena de adulterio descubierto, donde los hombres, que han perdido la entereza y van vestidos como luchadores, con pantalón corto, se acometen por la mujer. El resultado es el que transmite el conjunto escultórico: lío, enredo, situación ridícula de los personajes. Toda una historia contada visualmente de manera muy original en las piedras de la iglesia de Ujué.

Santa María de Ujué - Capitel de dos hombres luchando

La escena se sitúa en una ménsula de la galería que rodea la iglesia. Es decir, en el exterior del templo, lugar utilizado preferentemente en el arte medieval para representar los pecados. La lujuria, las consecuencias del sexo, era uno de los pecados más criticados en el programa teológico en piedra que enseñaban las esculturas en los templos medievales.

Santa María de Ujué - Mujer asomando entre las piernas de luchadorSi te acercas a Ujué no olvides reparar en la escena de la lucha de los hombres por la mujer. Han pasado muchos siglos desde que el artista trabajó la piedra de Santa María de Ujué. Pero esa situación embarazosa por la misma causa se sigue produciendo. Eso sí, las mujeres, afortunadamente, ya no llevan ese curioso tocado…

© Julio Asunción
julioasuncion@hotmail.com

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