LA PASIÓN – La Crucifixión – Museo de Navarra (2/3)

La Crucifixión - Juan Oliver - Museo de Navarra 
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En la parte central se representa la Crucifixión. Es la escena más importante y mejor conseguida de la obra. Sobresale su gran equilibrio, destacando la simetría de los dos grupos que se disponen a ambos lados de la Cruz. A la izquierda los personajes de carácter positivo. Así vemos a las tres Marías y a San Juan acompañando a la Virgen. La Virgen esta representada en postura retorcida. Este retorcimiento corporal es como el artista expresa el gran dolor de la Madre por la muerte de su Hijo. Además la inclinación y dirección de la cabeza de la Virgen semeja a la de la cabeza de Cristo. Así se establece una relación entre los dos personajes.

El personaje que hunde la lanza en el costado de Cristo también tiene carácter positivo, ya que es Longinos, que posteriormente fue venerado como santo. Era un soldado romano que clavó la lanza en Cristo para asegurar su muerte. Según la leyenda formada desde la Edad Media, cuando el arma traspasó el pecho del Crucificado la herida derramo Curación de los ojos de Longinos - Museo de Navarrasangre. Esta sangre salpicó los ojos del entonces verdugo Longinos. El soldado padecía de una enfermedad grave en la vista que le estaba dejando ciego. Al contacto de sus ojos con la sagrada sangre estos sanaron completamente. Por esto vemos que Longinos se toca la cara. Longinos se dio cuenta de la naturaleza divina del Crucificado. Su devota y sacrificada vida posterior le convirtió en santo.

Enfrente están los personajes de carácter negativo. Algunos detalles los identifican con judíos y musulmanes. Así, el personaje de más a la derecha está tocado con un gorro judío. Recordemos que estamos en una época en que eran tensas las relaciones entre cristianos y judios. Pocos años antes de la elaboración del fresco de La Pasión se había asaltado la judería de Estella (1328) con gran mortandad de judios.

Por otra parte, dos personajes llevan escudos de piel de clara tipología musulmana. Es la alusión al enemigo de la Cristiandad en la Península Ibérica. Lógicamente los musulmanes no estuvieron en la Crucifixión, ya que quedaban siglos para que Mahoma naciera, pero el largo combate de la Reconquista todavía se libraba en el sur de España y era una de las preocupaciones de los fieles.

A la derecha de Cristo, un personajes le acerca una una esponja con vinagre. Aunque no queda claro sobre si el sentido de dar de beber vinagre a Cristo fue un acto de compasión para calmar su ser o una mera burla de los soldados que asistían al suplicio. Aquí hay que entenderlo en este segundo sentido, ya que el soldado que extiende el palo con la esponja empapada en vinagre se sitúa a la derecha, en el lugar reservado a los villanos.

Del grupo de personajes negativos salen dos cintas a modo de bocadillos como si de un cómic se tratara. En una dice: “Baje ahora de la cruz y creeremos en él”. Es la duda. En la otra frase: “Verdaderamente este hombre era el Hijo de Dios”. Es el reconocimiento del error. Aunque esta última frase habitualmente se atribuye a Longinos en este lugar tiene el carácter del reconocimiento del error por los infieles, que simbólicamente se prolonga no sólo en el hecho de haber ejecutado a Cristo  injustamente, sino que transciende al mismo debate de las creencias y la Fe en las religiones enfrentadas.

La Pasión de Juan Oliver - La Crucifixión - detalle

Dividiendo los dos grupos tenemos a Cristo. Está representado en mayor tamaño que los demás personajes resaltando su importancia. Aunque el equilibrio domina la escena, vemos como la cabeza de Cristo y la posición de su cuerpo se inclinan hacia la izquierda, señalando la parte positiva, donde está el grupo presidido por su Madre.

Otra singularidad es la representación de la Cruz con forma de Tau, sin el larguero superior. Este tipo de Cruz tuvo mucha difusión a partir de su utilización por San Francisco de Asís y su orden. Parece ser que el origen es mucho más antiguo, pues la Tau es la última letra del alfabeto hebreo con el simbolismo que se desprende de esto: Cruz Tau – Crucifixión – Muerte en sacrificio – final de la misión salvadora de Cristo.

También la Tau se relaciona con el Anj, el símbolo de la vida eterna en el antiguo Egipto. Lo que lleva al significado de que la muerte, esta muerte sagrada que es el sacrificio de Cristo, en realidad es la puerta de la Vida Eterna.

Además la Cruz no es marrón, color normal de la madera. Es verde. No es madera muerta. Tiene el verde de la vegetación viva. Esto incide de nuevo en el simbolismo expresado en el párrafo precedente. El verde alude también a la vida que trae el sacrificio de Cristo en la Cruz para todos los hombres: la Vida Verdadera, la Vida Eterna.

A los pies de la Cruz vemos una calavera y unos huesos. Son los huesos de Adán, el primer hombre y el primer pecador. Sobre sus restos se dice que fue levantada la Cruz de Cristo. Su calavera aflora a la luz, como anticipo de la Resurrección que nos ofrece el sacrificio de Cristo a todos los hombres.

Diablo llevándose el alma del mal ladrón - Museo de Navarra La división de la composición entre parte positiva y negativa, el Bien y el Mal, también queda presente en la parte superior. Allí vemos en los extremos superiores representados a los crucificados que acompañaron a Cristo en el monte Calvario. A la izquierda Dimas, el buen ladrón. Un ángel recoge de su boca su alma para llevarla al Paraiso. A la derecha el ladrón pecador y descreído. Un oscuro demonio que pisa inmisericorde su cabeza arranca su alma para someterla en el infierno a las más crudas torturas.
  

Angel recogiendo la sangre de Cristo - Museo de Navarra Cerca de ellos vemos otros dos ángeles que recogen en cálices la sangre sagrada de Cristo. Es una alusión a la Eucaristía, eje fundamental de la Fe cristiana.

Continuación: LA PASIÓN, Juan Oliver – La Resurrección

 

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LA PASIÓN - Juan Oliver – Museo de Navarra - (1/3)

La Pasión de Juan Oliver - Museo de Navarra

El Museo de Navarra contiene la mejor colección de pintura medieval de Navarra

Localización Museo de Navarra Dentro de esta colección destaca la obra “La Pasión” de Juan  Oliver. Este fresco gótico fue realizado en 1.335 para la decoración del refectorio de la Catedral de Pamplona. En la cartela que identifica la obra en el museo erróneamente se dice que es de 1.330, error documentado por la misma obra. En una de las inscripciones del fresco se dice que Juan Périz de Estella, archidiácono de San Pedro de Osún se encargó este fresco del refectorio a Juan Oliver en 1.335.

Apenas se sabe sobre la vida de Juan Oliver. Seguramente procedía de un taller del sur de Francia y encontró en el la corte Navarra un buen lugar para instalarse al amparo de la dinastía francesa gobernante. Esta obra lo acredita como uno de los grandes de la pintura del Medioevo en la Península Ibérica.

El fresco se descubrió en 1.930, cuando apareció debajo de la decoración barroca del refectorio que lo había ocultado. Hoy podemos disfrutarlo en todo su esplendor en una de las salas de pintura medieval del Museo de Navarra.

La gran obra, de 6,15 m. x 3,76 m., no sólo puede ser considerada la mejor muestra de pintura gótica de Navarra sino que es una de las mejores obras del gótico lineal de toda España.

El gótico lineal se caracteriza precisamente por la línea, el dibujo, frente al color. Así vemos el contraste de unos colores suaves con el perfecto dibujo de los personajes, actores y protagonistas de la Pasión y muerte de Cristo.

La gran pintura se divide en varios niveles, a modo de un retablo. Las escenas de la Pasión de Cristo están enmarcadas por profetas que dejaron testimonio es sus predicciones de la venida del Salvador. Los profetas son:

Profeta - Museo de Navarra - Lateral izquierdo: David, Salomón, Ababuc , Simeón, Jeremias y San Juan Bautista. Es curioso que este último no esté representado con su atuendo de piel de camello y el cordero.

- Lateral derecho: Isaías, Daniel, Caifás, Zacarías, Aqueo y Ezequiel.

Curiosamente son doce, el mismo número que los apóstoles. No sería de extrañar que muchos observadores de la Edad Media, en gran parte analfabetos, los confundieran. Esto apenas tendría importancia, ya que el mensaje queda intacto: profetas y apóstoles son del mismo grupo de personas elegidas que supieron ver la divinidad del Señor y su misión sagrada. Los profetas miran todos hacia las escenas centrales. Son testigo de lo que en su día predijeron.

Flagelación - La Pasión de Juan Oliver - Museo de Navarra En el nivel superior se representa la Flagelación y el Camino del Calvario. En la Flagelación Cristo no está atado a ninguna columna, sólo sujetado con una cuerda por uno de los verdugos que le azotan. Cristo no opones resistencia. Acepta voluntariamente el castigo como principio de la dura prueba que El sabe debe pasar para redimir nuestros pecados.

A la derecha se representa el Camino del Calvario. Cristo viste una lujosa túnica roja. Lujosa para representar la majestad del condenado. Roja recordando la sangre que ha sido y va a ser vertida.

Camino del Calvario - La Pasión de Juan Oliver - Museo de Navarra Destaca en este último cuadro la delicada mirada que Cristo dirige volviendo la cabeza hacia María. La Virgen, en un gesto conmovedor, sujeta uno de los brazos de la Cruz en un vano intento de aliviar la pesada carga de su Hijo.

Continuación: LA PASIÓN - Juan Oliver – La Crucifixión

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LA PASIÓN – La Resurrección – Museo de Navarra (3/3)

La Resurrección - Juan Oliver - Museo de Navarra
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- LA PASIÓN –La Crucifixión (2/3)

En el nivel inferior se representa el Santo Entierro y la Resurrección de Cristo.

A la izquierda el Santo Entierro. Allí vemos como el cuerpo inerte de Cristo es depositado en el sepulcro por José de Arimatea y Nicodemo. Junto a ellos están San Juan y la Virgen y dos Marías.

A la derecha está representada la Resurrección. Se divide a su vez en dos escenas. A la izquierda el ángel enseña a las Marías la mortaja y el sepulcro vacio. A la derecha vemos a Cristo triunfante de la muerte, Cristo resucitado portando el estandarte de la victoria.

Debajo de las escenas, tanto del Santo Entierro como de la Resurrección vemos a los soldados que vigilan el sepulcro. Anacrónicamente están vestidos con armaduras propias de la época en que se realizó el fresco, s.XIV. A la izquierda, bajo el Santo Entierro vemos a los soldados despiertos, en alerta. En cambio a la derecha, bajo la Resurrección, les vemos caídos, como muñecos rotos. Salvo uno. El tercero mira entre Soldado - La Pasión de Juan Oliver - Museo de Navarraincrédulo y horrorizado al Cristo resucitado. El pie derecho de Cristo parece pisarlo. Es otra alusión al triunfo de Cristo sobre el mal. Los soldados son lacayos de los poderes terrenales que han llevado a Cristo a la cruz, a la muerte. Cristo prevalece aquí por su enorme tamaño comparado con el del soldado y su pie le inmoviliza fácilmente. Ni las armas ni su armadura le sirven de nada.

La mirada de Cristo resucitado se dirige hacia el espectador. Es el único personaje que mira al observador del cuadro. Interactúa con nosotros. No es pasado, es presente. Nos mira. Vive. Y al mismo tiempo bendice con su mano derecha. Con su pie aplasta el mal. Con su mano bendice a los justos, a los que lo merecen. Toda una enseñanza del pensamiento de la Edad Media.

Cristo resucitado - La Pasión de Juan Oliver - Museo de Navarra El rostro de Cristo es serio y se dispone frontalmente. Recuerda al antiguo Pantocrátor románico, juez omnipotente. Cristo también es aquí el juez que tras su Resurrección va a ser quien premie a los justos y quien condene a los pecadores. Su mirada seria advierte esto a todos los que observan la obra.

Pero la Resurrección es, al mismo tiempo, un triunfo, un motivo de alegría. Esto queda representado en el registro inferior del cuadro. Cinco músicos con diferentes instrumentos celebran la resurrección al tiempo que flanquean cuatro escudos. El primer escudo, el de la izquierda es el del obispo Arnaldo Barbazán, el que dirigía los destinos del la catedral cuando se encargó y realizó esta obra. En la catedral sigue enterrado en la más lujosa capilla del claustro. El segundo escudo es el de los reyes Juana II y Felipe de Evreux reyes de Navarra en ese momento. El tercero es de Gastón II, conde fe Foix y Vizconde de Bearn que era amigo personal del rey Felipe. Por último, sobre el cuarto escudo hay dos interpretaciones. Puede ser el del papa reinante en ese momento, Benedicto XII, o el escudo de Sanchiz de Asiain, el que sería obispo de Pamplona desde el año 1.357.

Musicos y heráldica - La Pasión de Juan Oliver - Museo de Navarra

La Pasión de Juan Oliver es una de las mejores obras de la pintura mural del siglo XIV. Su equilibrio, su simetría, el tratamiento preciso del dibujo, la manera tan bella y elegante de tratar un tema tan dramático convierten a la obra en una de las grandes joyas del arte en Navarra.

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Localización y horarios Museo de Navarra

 - Retrato del Marqués de San Adrián - Goya
-  La Pasión de Juan Oliver
- Salas de Prehistoria y Roma


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Horarios
- Martes a sábado: 9:30-14:00 y 17-19 horas.
- Domingos y festivos: 11-14 horas. También: Jueves Santo, 1 de mayo, 6 de julio, 24 y 31 de diciembre.
- Lunes: cerrado. También: 1 de enero, Viernes Santo, 7 de julio y 25 de diciembre.
Tarifas
  • Ordinaria: 2€. 
  • Reducción del 50%: carnet joven; carnet de estudiante; grupos vinculados a instituciones de carácter educativo o cultural previa solicitud de visita. 
  • Gratuita: previa acreditación para menores de edad civil, mayores de 65 años y jubilados, parados (tarjeta del INEM), peregrinos; profesorado con acreditación de la dirección del centro y Amigos del Museo de Navarra. Grupos culturales (ocho o más personas) con cita previa en el 848 426 493 (de lunes a viernes de 8:00 a 15:00h)
  • Días de entrada gratuita para todo el público: sábados por la tarde y domingos por la mañana. 18 de mayo, 27 de septiembre, 12 de octubre, 3 de diciembre y 6 de diciembre.

- Retrato del Marqués de San Adrián - Goya
- La Pasión de Juan Oliver
- Salas de Prehistoria y Roma

SANTA MARÍA DEL CAMPO - Navascués

Santa María del Campo - Navascués

Localización Iglesia Santa María del Campo - NavascuésLa Iglesia de Santa María del Campo es una de las mejores muestras del románico del Valle de Salazar y uno de los templos más interesantes del románico rural navarro. Se encuentra en las afueras del pueblo de Navascués, a 63 kilómetros de Pamplona, en medio del llano. Antiguamente era la iglesia parroquial de un pequeño poblado medieval que desapareció. Santa María del Campo, se alza solitaria en el paraje abierto que domina. Hoy, la iglesia románica vigila el cementerio que la rodea. Cambió los vivos por los muertos. Esto crea un ambiente de quietud que favorece su contemplación e invita a la reflexión. Iglesia y cementerio crean un paraje singular de imprescindible parada para los que visiten el valle.

El acceso es muy sencillo, ya que Santa María del Campo se encuentra junto a la carretera que recorre el valle de Salazar.

Iglesia de Santa María del Campo - Navascués Lo primero que destaca de la iglesia de Santa María del Campo es su torre central. La iglesia está orientada hacia el Este, hacia la salida del sol, tal como suele ser habitual en los templos cristianos. Se crea así la relación altar-resurrección, tan plena de simbolismo. La torre, la poca anchura de la nave (7 metros) y la curvatura del ábside, puede llegarnos a recordar a un barco que se dirige hacia el lugar donde nace el sol. La torre sería el mástil. El ábside la proa. Esto recuerda el viaje del alma hacia el más allá, no sólo propio del cristianismo, sino en muchas otras culturas, como la del antiguo Egipto.

El cementerio se distribuye alrededor del ábside. Es como si los muertos quisieran estar más cerca del altar cuando llegue el Juicio Final. El simbolismo del altar lo convierte en un elemento privilegiado de transición con el más allá.



No acaba aquí el simbolismo del templo. Cuando nos acercamos nos llamará la atención la espléndida colección de canecillos que decoran el ábside y la primera nave.

Canecillos de Santa María del Campo - Navascués

Para verlos mejor tendremos que entrar en el cementerio. Aunque parezca que la puerta del cementerio está cerrada no es así. Hay que empujar fuerte para abrirla. Por supuesto, cuando acabemos la visita, la volveremos a dejar cerrada y, en el interior del cementerio nos cuidaremos mucho de no pisar las tumbas.
En la magnífica colección de 29 canecillos esculpidos de la iglesia de Santa María del campo veremos cómo se alternan pájaros, seres monstruosos y personas. Generalmente en los canecillos se representan elementos negativos. El hecho de estar “aplastados” soportando simbólicamente el techo de la iglesia, conlleva un significado de castigo, de penitencia. En los canecillos vemos representada la eterna lucha del mal por dominar al hombre. Podemos apreciar en los canecillos como el hombre puede perder su condición humana y pasar a la animalidad, víctima del pecado. 

Hombre agarrándose el cuello - Santa María del Campo Transformación de hombre en ave Ave - Santa María del Campo

Vemos monstruos que tienen ciertos rasgos humanos, otros seres medio humanos medio animales, incluso vemos dos monstruos que están devorando a seres humanos. Y entre todos ellos vemos una mujer desesperada tirándose de los cabellos. Es la desesperación, la locura que produce la posesión maligna.

Monstruo devorando a un hombre - Santa María del Campo - Navascués Monstruo sentado como un humano - Santa María del Campo

Respecto al escultor se ven grandes influencias del Monasterio de Leire y también similitudes con la iglesia de Artaiz. Seguramente el autor fue un escultor que trabajo en el taller de Leire y luego continuó su oficio en otras iglesias rurales de Navarra.

Coronando a los canecillos, entre estos y el tejado, vemos la decoración conocida como el ajedrezado jaqués. La alternancia de volúmenes característica de esta decoración también simboliza los opuestos, el bien y el mal. La eterna lucha.

El ajedrezado lo vemos también en la portada de la iglesia. La portada está coronada por un Crismón, que representa la Trinidad, Padre (P), Hijo (Cristo X) y Espíritu Santo (S). El Crismón señala la entrada a la iglesia, que es la casa de Dios. La entrada de la iglesia se convierte en el acceso al Cielo, a lo divino. Así se contrapone el interior (el Bien, libre de pecado), con el exterior (lo terrenal, el mal, lugar de vicios y perdición según el pensamiento medieval).

Entrada de Santa María del Campo - Navascués Crismón trinitario - Santa Maria del Campo - Navascués

Santa María del Campo es una visita imprescindible en el Almiradío de Navascués. Su ubicación, su escultura románica, su arquitectura y su simbolismo, no sólo son un ejemplo de belleza artística, sino que nos ilustran sobre el pensamiento y las preocupaciones religiosas de las gentes la Edad Media.

La visita a la iglesia de Santa María del Campo se puede completar con la ruta que recorre la sierra de Navascués visitando la Cueva de los Moros y la Foz de Benasa. Más información en:


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Localización iglesia de Santa María del Campo - Navascués

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 - Santa María del Campo – Navascués

QUEMA DE BRUJOS EN BURGUETE

Plaza de Burguete - Navarra

Localización Burguete lugar de quema de brujos Si hay un lugar donde se respiró el temor por lo oculto y por los sobrenaturales poderes atribuidos a las brujas es en Navarra. En los siglos XVI y XVII era creencia habitual en estas tierras la existencia de personas que trataban con el diablo y que acarreaban la perdición de pueblos y personas.

Muchas de las mujeres acusadas como brujas, eran simples mujeres que hacían uso de hierbas y otros productos naturales para facilitar remedios caseros a todo tipo de enfermedades en una sociedad rural y poco instruida. Pero también esa incultura o el odio a la Iglesia por diferentes motivos, pudo llevar a algunos hombres y mujeres a renegar de Cristo y acercarse al diablo, rindiéndole culto. La superstición y el desconocimiento hicieron que muchos creyeran en la realidad de estos tratos con el maligno, calificando a muchos de sus vecinos como brujos y brujas. Ello llevó a persecuciones y ejecuciones en la hoguera de las que a día de hoy aun queda recuerdo.

Todavía podemos ver en muchas casas de la montaña navarra la flor del cardo seco en las puertas de entrada a las viviendas. El cardo, según la tradición, evita las malas influencias de las brujas y de otros seres malignos, protegiendo a los habitantes de la vivienda.

Zugarramurdi tiene la fama de ser la que podíamos llamar “la capital de la brujería de Navarra”. En las conocidas cuevas de la localidad se celebraron akelarres y ritos satánicos en esos tiempos oscuros de superstición. Ello llevó a la intervención de la Inquisición que apresó y luego ejecutó en Logroño a bastantes vecinos del pueblo acusados de tratar con el diablo.

La importancia de Zugarramurdi para seguir las huellas de la brujería en Navarra ha llegado hasta nuestros días. Hoy mismo (11-10-2012) Alex de la Iglesia está acabando de rodar en las cuevas de Zugarramurdi su última película donde trata este aspecto tan oscuro y atrayente a la vez que es la brujería.

Pero aunque no cabe duda de que Zugarramurdi es lugar de visita obligada para aquellos que buscan acercarse a estos macabros hechos de la Historia, es curioso el hecho de que en Zugarramurdi no se ejecutó a ninguna de las personas acusadas de brujería. Los condenados fueron juzgados y ajusticiados en Logroño.

En cambio, si queremos visitar un lugar donde ocurrieron escenas trágicas de quema de brujas como las que vemos en las películas, tendremos que acercarnos a Burguete, localidad cercana al conocido conjunto monumental de Roncesvalles.

Iglesia y plaza de Auritz - Burguete En el centro Burguete está la iglesia. Delante de la iglesia hay una bonita plaza adornada por frondosos árboles. Aquí, en la plaza, en este lugar hoy tan tranquilo y apacible, el 19 de junio de 1525 cinco hogueras acabaron con la vida de 5 brujos. Era la culminación de un proceso de investigaciones inquisitoriales llevado a cabo por el licenciado Balanza, el conocido como “el Torquemada navarro”.

Los acusados de brujería no murieron solos. La ejecución en la hoguera fue un acontecimiento al que acudieron gentes de uno y otro lado de la frontera. Fue un verdadero espectáculo en la época. Al fin y al cabo se daba fin a aquellos a los que se creía que estaban detrás de malas cosechas, de granizo a destiempo, de sequias, de enfermedades, de males de ojo, de muerte de niños y demás desgracias fruto de la superstición de la ignorante gente que les acusaba. Además se aprovechó para celebrar la quema de brujos la celebración de la feria en el pueblo por lo que la concurrencia sería muy notable.

Hoy es difícil imaginar que en este lugar, por donde pasan miles de peregrinos haciendo el Camino de Santiago, hace menos de 500 años se oyeron los gritos angustiosos de los supuestos brujos. Donde hoy hay un agradable bar y una coqueta iglesia gentes de valles y lugares cercanos y lejanos contemplaron tan macabro espectáculo mientras respiraban el olor de la carne quemada.

La escena pudo repetirse en 1.575. Parece que el escarmiento no evitó nuevas acusaciones. Pero en esta ocasión los canónigos de Roncesvalles, gente entonces más ilustrada que el común de la época, defendieron a los acusados y la mayoría fueron absueltos y no hubo ejecuciones.

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Localización lugar de la quema de brujos en Burguete - Navarra

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- Quema de Brujos en Burguete

ERMITA DE ARNOTEGUI - Obanos

Ermita de Arnostegui -  Obanos

Localización Ermita de Arnostegui - Obanos La Ermita de Arnotegui se encuentra en lo alto de los montes que están al sur de Obanos y Puente la Reina. A la ermita se puede llegar en coche por la pista que sale desde el cruce de entrada al pueblo de Obanos. La pista en su comienzo está asfaltada, si bien los últimos centenares de metros es de tierra pero bien acondicionada para turismos.

Fachada de la Ermita de Arnostegui - Obanos La Ermita de Arnotegui es muy importante en la devoción de los habitantes de Obanos. Allí está la Virgen de Arnotegui, talla románica de comienzos del siglo XIII. Además es tradición que en este monte coronado por la ermita se retiró como ermitaño el noble Guillermo para expiar el grave pecado de haber acabado con la vida de su hermana Felicia en un ataque de ira. Guillermo, que arrepentido se alejó de las riquezas y los vicios del mundo, destacó desde entonces por su vida honesta y sacrificada de servicio a los demás. Tal dedicación le llevó a alcanzar la santidad como San Guillermo.

Pequeña torre fusilera en la ermita de Arnostegui - Obanos Lo primero que llama la atención cuando llegamos a la Ermita de Arnotegui es que el alto donde se encuentra está fortificado con paredes fusileras. En el mismo aparcamiento hay una pequeña torre fusilera que hoy se usa como leñera. Estos añadidos son del siglo XIX, de las guerras carlistas. En la zona de Puente la Reina se libraron bastantes combates entre liberales y carlistas al ser una zona estratégica al cubrir el corredor de acceso a la Cuenca de Pamplona. Prueba de ello no son sólo las fortificaciones de la ermita. Muy cerca está el Fuerte Infanta Isabel, construido por los liberales. Para visitar el fuerte consultar la ruta: Fuerte Infanta Isabel.

Interiro de la Ermita de Arnostegui - Obanos La iglesia se abre todos los días de 15,00 a 21,00. La ermita por dentro es muy sencilla. Destaca la imagen románica de la Virgen.

Otro atractivo para los que visitan el lugar son las panorámicas que se disfrutan desde el santuario. A vista de águila vemos las localidades de Puente la Reina y Obanos que se extienden al fondo del valle. Muchos vecinos de estos pueblos han visitado decenas de veces del santuario, centro de devoción tan importante para la comarca. Prueba de ello son los versos del poeta local José Luis Pro Sádaba en su poema “A la sombra de Arnotegui”:

Virgen de Arnostegui - Obanos Cuántas veces he subido
a cobijarme a tu lado
y a las puertas de tu ermita
mi cansancio he mitigado,
mientras sentía en mi rostro
el suave cierzo aromado
del pinar y del romero
que rodean tu santuario.
Es rincón y es azontea,
es fortaleza y sagrario.
Protegido por almenas
y al amplio valle asomado
cuanto abarca nuestra vista
nos lo ofreces de regalo
en un mirar hacia adentro
después de un mirar lejano.

Y en nuestro recuerdo quedará ese mirar lejano de los valles y montes que se abarca desde Arnotegui. El mirar de dentro cada uno lo encontrará en su interior. A ello ayudará este paraje tan especial que convirtió en santo a un gran pecador.

Para visitar el Fuerte Infanta Isabel consultar: Ruta Fuerte Infanta Isabel

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Localización Ermita de Arnotegui - Obanos

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- Ermita de Arnotegui

MONUMENTO A NAVARRO VILLOSLADA - Pamplona

Monumento a Navarro Villoslada - Pamplona
Localización Monumento a Navarro Villoslada En la rotonda donde de la calle Navas de Tolosa, muy cerca de la iglesia de San Lorenzo y frente al Hotel Tres Reyes está una de las esculturas urbanas más bellas de Pamplona. Es el monumento a Francisco Navarro Villoslada (1.818-1.895). Escritor y político carlista, fue el fundador del periódico El Pensamiento Español.

Navarro Villoslada El monumento fue inaugurado en el centenario del nacimiento del escritor y político. Fue  financiado mediante subscripción popular. Pero aunque el monumento nominalmente está dedicado al escritor, en realidad destaca una de sus novelas, la más importante dentro de su producción literaria: Amaya o los vascos del siglo VIII. Y es que Villoslada fue superado por su propia obra. Amaya o los vascos del siglo VIII se fue publicando a modo de folletín en la revista Ciencia Cristiana desde entre los años 1.877 y 1.879. La novela, imbuida en la corriente del Romanticismo, tuvo un gran éxito. Exalta valores como el amor a la tierra, la lealtad, el honor, el valor y el amor.
Monumento a Navarro Villoslada En el monumento, el busto del escritor queda en segundo plano. Casi pasa desapercibido ante la hermosa estampa de dos de los personajes de su novela, Amaya y García Jiménez. Los dos personajes, magníficamente esculpidos, entrelazan sus manos sobre el escudo de Navarra. Destaca la belleza de la escena, con los amantes separados por el pedestal, que dificulta su unión. Es una metáfora de las dificultades del amor en tiempos de guerras y enfrentamientos, ambiente en el que se desenvuelve la novela. Pero sus manos, a pesar de todo, se unen. Es la exaltación del amor sobre todas las dificultades, uno de los paradigmas clásicos del Romanticismo.
Fue tal el éxito de la novela, que muchos lectores llegaron a creer en la historicidad de la misma. Así, en la novela, Amaya y García Jiménez estarían en el inicio del reino de Navarra, ya que serían los padres de Íñigo Arista, por muchos considerado como primer rey de Navarra. Al mismo tiempo, Amaya, hija de visigodo y García Jiménez, noble vascón, serían el germen de la unión contra el invasor sarraceno en los albores de la Reconquista.
Es una lástima que este monumento tan bello se encuentre en una ubicación donde pasa tan desapercibido, en una rotonda que distribuye el tráfico rodado. En un principio no fue así. La escultura estuvo emplazada en el Parque de la Taconera. Habrá que consolarse pensando que, en este lugar más apartado, entre frondosos árboles, los enamorados estarán más tranquilos.
© Julio Asunciónjulioasuncion@hotmail.com




Localización Monumento a Navarro Villoslada - Pamplona

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 - Monumento a Navarro Villoslada

MONUMENTO A SAN FRANCISCO DE ASÍS - Pamplona

Monumento a San Francisco de Asís - Pamplona En la céntrica Plaza de San Francisco está la estatua dedicada al santo italiano San Francisco de Asís (1.182-1.226). Antiguamente el monumento estaba situado en el centro de la plaza. Con la reurbanización de la plaza en el año 1.993 el monumento fue desplazado desde el centro de la misma a la ubicación actual ganando en perspectiva, ya que ahora es visible también desde la calle Eslava.

Localización Monumento a San Francisco de Asís
El monumento fue inaugurado en 1.927 al año siguiente de la conmemoración del VII centenario de su muerte. La fecha de la base del monumento 1.993, se refiere al momento de su traslado desde el centro de la plaza a la ubicación actual.

Curiosamente San Francisco, como Íñigo de Loyola, también luchó fue soldado en su juventud. Era hijo de un próspero comerciante de telas. A pesar de la oposición de su padre, renunció a las riquezas y defendió el valor de la pobreza y la humildad. Vivió una vida dedicada a la paz y a los Evangelios. Fundó la orden Franciscana, una de las más importantes en la actualidad.

San Francisco de Asís y el lobo de Gubbio La escultura es de Ramón Arcaya, pamplonés, uno de los mejores escultores navarros del siglo XX. Su arte es clásico, con grandes influencias de la escultura del Renacimiento.

Cuando visitamos el monumento, enseguida nos llama la atención el curioso compañero del santo. Es un gran lobo de horrorosas fauces. Pero vemos a San Francisco tranquilo, como dirigiéndose al lobo. La escena transcurre en Italia, en un pequeño pueblo llamado Gubbio. Un terrible lobo tiene atemorizado al pueblo. Ha acabado no sólo con ganado, sino que también ha matado a varios vecinos. San Francisco decide intervenir. Sale del pueblo y va a buscar al lobo. La fiera, al verle, se cierne amenazadoramente sobre el santo. San Francisco, tranquilo, hace la señal de la cruz. El lobo se para. El santo comienza a hablar con el lobo ante la mirada incrédula de los vecinos que han seguido al santo. El lobo se amansa. La fiera mataba sólo por hambre, no por maldad, como si lo hacen los hombres. San Francisco acuerda con los vecinos que alimenten al lobo. El terror ha pasado. El lobo siguió en el pueblo dos años más y murió de viejo. Los vecinos lo sintieron hondamente. Recordaban en el amansado lobo los hechos de San Francisco.

Monumento a San Francisco de Asís

El milagro del lobo de Gubbio está narrado en “La Florecillas de San Francisco” compilación de los hechos del santo escrita en el siglo XIV. Pero la escena tiene en el monumento una segunda lectura. En el basamento, vemos una placa donde están representados unos soldados también apaciguados por el santo. Esta historia viene de los escritos del Padre Castro. Según este autor, en 1.213, San Francisco estuvo en Navarra. El rey Sancho el Fuerte, que reside en Relieve de la concordia - Monumento a San Francisco de AsísTudela, le pide que medie en los conflictos banderizos de Pamplona. San Francisco consigue la paz en la ciudad. Lo mismo que en Gubbio. El lobo representa la discordia. Discordia que desaparece gracias a la humildad, la comprensión y el amor a la paz representados por el santo.

© Julio Asunción
julioasuncion@hotmail.com

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- Monumento a San Francisco de Asís

MONUMENTO A JULIÁN GAYARRE - Pamplona

Monumento a Julián Gayarre - Pamplona

Localización Monumento a Julián Gayarre - Pamplona En el Parque de la Taconera, uno de los parques más bellos de Pamplona, encontramos el monumento conmemorativo dedicado al tenor Julián Gayarre. No será difícil encontrar entre los setos y parterres el monumento, ya que es uno de los más grandes y espectaculares de la capital Navarra.

El monumento fue inaugurado en 1950 y es obra de dos de los mejores artistas navarros del siglo XX: el arquitecto pamplonés Victor Eusa y el artista roncalés Fructuoso Orduña. No merecía menos calidad en su homenaje Julián Gayarre, el mejor cantante que ha dado Navarra. Gayarre (1844-1890), gracias a su privilegiada voz pudo alcanzar las más altas cimas del arte desde su modesta condición de pastor en las montañas de su Roncal natal.

Tras dejar atrás, muy joven, su vida como pastor, empezó a trabajar en Pamplona como dependiente y herrero. Pero su privilegiada voz le lleva a ingresar en el Orfeón pamplonés y gracias a una beca de la Diputación Foral de Navarra siguió sus estudios artísticos en Milán.

Era el 2 de enero de 1876. Estamos en uno de los más importantes templos de la Ópera, el Teatro de la Scala. Gayarre interpreta “La Favorita”, de Gaetano Donizetti. Baja el telón. El público estalla de pie en aplausos durante largos minutos. La nueva figura consagrada, Julián Gayarre, ha de salir repetidamente al escenario a recoger las ovaciones.

Desde aquel día todo fueron laureles. Los más prestigiosos templos del canto le reciben con entusiasmo. Roma, Moscú, Viena, Madrid, Londres… Había nacido el llamado “Le Roi du chant”, El Rey del Canto.

Monumento a Gayarre - Pamplona El monumento a Julián Gayarre alcanza los 12 metros de altura. Su paisano, el también roncales Fructuoso Orduña hace un alarde de técnica en la escultura de mármol del tenor. Le representa con la elegancia y la magnificencia de un patricio romano. Pero al mismo tiempo esta indumentaria alude al momento más trágico de su vida. Gayarre está interpretando la ópera de Bizet, “Los Pescadores de Perlas”. Estamos en el Teatro Real de Madrid, un 8 de diciembre de 1889. Llega la romanza del acto tercero. Es el momento en que Gayarre se apresta a dar esa nota que tantos aplausos le ha cosechado por todo el mundo. Y en ese fatal momento la voz se quiebra. Por más intentos que hace no puede ejecutar la romanza y se desvanece. Pocos días después, el 2 de enero de 1890, justo 14 años después de la gloriosa noche de Milán, muere, probablemente víctima de un cáncer de laringe. Sólo tenía 46 años de edad.

Figuras del pedestal del Monumento a Gayarre - Pamplona En el gran pedestal sobre el que se levanta la estatua, se representan 14 figuras que aluden a la Música, a la Gloria, pero también al dolor por la pérdida de tan insigne navarro. Sus restos reposan en Roncal, lugar que nunca olvidó. De allí salió un joven y humilde pastor. Volvió uno de los mejores tenores que jamás hayan existido.

© Julio Asunción
julioasuncion@hotmail.com

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- Monumento a Julián Gayarre

SEPULCRO DE SAN ISIDRO - Madrid

Retablo y sepulcro de San Isidro

Localización Sepulcro de San Isidro - Madrid San Isidro es el patrón de los labradores y el patrón de Madrid. Es uno de los santos más populares. Es habitual ver imágenes del santo labrador en muchísimos pueblos de España donde la actividad agrícola es o ha sido importante. No es de extrañar esa devoción. Su misma representación, vestido como un aldeano y portando algún instrumento de su trabajo en el campo, le hace muy cercano a aquellos que dedican su vida a sacar de la tierra el sustento. En un país dónde solo hace 100 años gran parte de la población se dedicaba al campo es comprensible la extensión de la devoción al santo agricultor. Aun hoy se le pide para que las cosechas lleguen a buen fin.

Al mismo tiempo San Isidro es el patrón de Madrid. Pero, ¿dónde está enterrado el santo?. Es una pregunta que, curiosamente, muchos madrileños desconocen. También esta curiosidad la tendrán muchos visitantes de Madrid que no sólo quieren ver al patrón de Madrid sino al santo al que en sus pueblos han visto representado en la imagen que guardan en la iglesia de la localidad.

Los restos mortales de San Isidro Labrador y de su mujer, Santa María de la Cabeza, reposan en la Colegiata de San Isidro, en pleno centro de la capital, en la zona más castiza de Madrid.

La iglesia se encuentra muy cerca del metro de La Latina, en la calle Toledo, a poca distancia de la Plaza Mayor.

En el mismo retablo del altar, que está dedicado a San Isidro, vemos dos sepulcros. El de arriba guarda los restos de San Isidro. El que está debajo los de su mujer, Santa María de la Cabeza.

Sepulcros de San Isidro y Santa Almudena 

Este templo, hasta la inauguración de la Catedral de la Almudena, era considerado como la catedral de Madrid. Ahora ha perdido protagonismo, pero, curiosamente, los restos de los patrones de Madrid no fueron trasladados a la catedral nueva y continúan aquí.

En la fachada de la Iglesia podemos ver una representación de los santos esposos.

Los patrones de Madrid San Isidro y su esposa Almudena

El retablo donde están los sepulcros es bastante sencillo. Parece que el santo quiere seguir siendo Isidro, ese sencillo labrador que, elegido por Dios, pasó a estar en los rezos de las gentes del campo y en el nombre de muchos madrileños.

© Julio Asunción
julioasuncion@hotmail.com

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