El Cid, Rodrigo Díaz de Vivar, es algo más que un personaje histórico, es un mito. Es el vencedor de mil batallas. Su sobrenombre es el Campeador, el que campea victorioso sobre el campo de batalla. A día de hoy también es un personaje histórico controvertido ya que luchó tanto contra cristianos como contra los musulmanes, pero siempre se ganó el respeto, el temor y la admiración de todos.
Para convertirse en el caballero medieval más conocido de España y uno de los guerreros más importantes de Europa se valió de su temida espada, que, como espada singular que era, tenía nombre: la Tizona.
La Tizona, la espada del Cid, hoy está expuesta en el Museo de Burgos. Es la espada que, según la tradición, uso del Cid en aquellos combativos y decisivos tiempos de la Reconquista. Como ocurre habitualmente con este tipo de objetos emblemáticos de los que nos separan 1000 años de historia no se pueden obviar las dudas sobre su autenticidad. El conocido historiador Menéndez Pidal creía que era una falsificación del siglo XVI. Pero por contra, según un estudio encargado por la Junta de Castilla y León a los laboratorios del Grupo de Investigación de Tecnología Mecánica y Arqueometalurgia de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Complutense de Madrid, aunque la empuñadura sea más moderna (s.XV), la hoja sí que corresponde al siglo XI, siglo en el que vivió el Cid.
Esta joya de la historia, la espada Tizona, estuvo durante mucho tiempo expuesta en el Museo del Ejército en Madrid. Estaba allí desde 1944 por cesión del marqués de falces que era su propietario. La espada llegó a su familia tras el regalo de la misma por Fernando el Católico al Condestable mosén Pierres de Peralta que era el abuelo del primer marqués de Falces.
Detalle de la empuñadura del s.XV |
Se que este blog lo lee mucha gente de Navarra y aquí recuerdo una curiosidad relacionada con la Tizona. La Tizona durante mucho tiempo se guardó en el castillo de Marcilla que era propiedad de los marqueses de Falces. De allí pasó posteriormente al Museo del Ejército.
Tras el cierre del Museo del Ejército, hoy trasladado a Toledo, el marqués de Falces propuso la venta de la famosa espada que era de su propiedad al Ministerio de Cultura. El Ministerio de Cultura rechazó comprarla. Menos mal que, muy acertadamente, impidiendo que la Tizona probablemente acabara inalmente en las vitrinas de un acaudalado coleccionista, la Junta de Castilla y León y la Cámara de Comercio e Industria de Burgos compraron la espada en 2007 por 1.600.000 Euros. Probablemente sea la espada por la que se haya pagado mayor cantidad de dinero en España, dinero bien pagado ya que todos podemos contemplarla en el Museo de Burgos y recordar así al gran guerrero castellano.
Es como si el espíritu del Cid hubiera reclamado su querida Tizona para volver a tenerla cerca de él. La espada había viajado de Marcilla, en Navarra, a Madrid para acabar en Burgos en cuya catedral está enterrado el Campeador. Y es que Burgos es la ciudad cidiana por excelencia. En Burgos se encuentra la estatua más conocida del Cid, obra de Juan Cristóbal. Además se cree que Rodrigo Díaz de Vivar nació en la pequeña aldea de Vivar, hoy Vivar del Cid, a pocos kilómetros al norte de Burgos. Incluso en Burgos se ha preparado una ruta cidiana que recorre los monumentos relacionados con el Cid. Y como curiosidad también en Burgos se encuentra una curiosa reliquia del Cid: un hueso de su brazo que se conserva en el Arco de Santa María.
La Tizona en el Museo del Ejército |
¿Quién sabe si realmente esa brillante hoja datada por la Universidad Complutense de Madrid en el siglo XI fue la que blandió la imponente figura del Cid en los campos de batalla de Castilla, Aragón y Valencia? Lo cierto es que está declarada Bien de Interés Cultural desde el año 2002, un año después del estudio de la universidad. En el tiempo de la razón, de los escépticos y de los descreídos mucho negaran que la Tizona del Museo de Burgos sea en realidad la auténtica Tizona del Cid. Al fin y al cabo, el hecho de que la hoja sea del siglo XI no significa que necesariamente fuera la espada del Cid. Yo prefiero pecar de crédulo en este caso e imaginar que si lo es. Al fin y al cabo es en Madrid donde vi la Tizona por primera vez. Fue cuando mi padre, siendo yo pequeño, me llevó a visitar el Museo del Ejército. Era el primer museo que visitaba. La Tizona, la espada que ahora está en el Museo de Burgos, fue una de esas piezas que me hicieron ver que los museos guardan tesoros. La Tizona fue una de esas joyas que me hicieron amar los museos.
Te entiendo.
ResponderEliminarYo me desplacé hasta Oña ( casi en patinete ) exclusivamente para saludar a Sancho III " el Mayor ".
Así le dije: " Vengo a saludarte desde Nájera." y, como quien dice, me quité el sombrero.