Sin duda es una de las mejores muestras de arte románico de Aragón. Nada más cruzar la puerta de acceso desde la iglesia, hemos de volvernos para ver el tímpano románico que lo adorna. En él se representa la Epifanía, es decir, la llegada de los Reyes Magos ante Cristo recién nacido. La representación tiene esa ingenuidad casi infantil que tanto atrae del románico. Destacan los largos brazos y manos de los personajes, buscando exaltar el gesto de la ofrenda al Niño. También es curioso que los personajes miran hacia el espectador, como si estuvieran posando. Encima de la escena otro crismón, esta vez con una estrella en el centro, seguramente en alusión a la estrella mayor, la que llevó a los Reyes ante el portal de Belén, que está representada debajo.
En otra de las puertas del claustro veremos otro tímpano con crismón sujetado también por ángeles pero en peor estado.
El claustro de San Pedro el Viejo tiene 38 capiteles. De ellos 18 son originales y el resto son restauraciones del siglo XIX. Se aprecia enseguida los que son antiguos, ya que son los que están en peor estado. Aun así, es una bella colección de escultura románica, con varios capiteles de especial interés. Se representan escenas de la Biblia y de la vida de Cristo, además de otros moralizantes que aluden a las fuerzas del mal y al castigo de los pecados.
Entre todos ellos destaca la curiosísima representación de la bailarina o Salomé. que, a los acordes del arpa que toca otro de los personajes de la escena, se contorsiona de manera increíble. La postura, el movimiento, esa caída del cabello que llega a tocar el suelo dan una movilidad a la escena inusual en el románico.
Desde el claustro se accede al Panteón Real.
Panteón Real
Iglesia de San Pedro el Viejo
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