Al final del parque de la Media Luna, en la ciudad de Pamplona, junto a una de las principales vías de la ciudad, se encuentra la estatua de Sancho el Mayor, uno de los más importantes y conocidos reyes del antiguo reino de Navarra. Reinó entre los años 1.000 – 1.035. Se le llegó a denominar Rex hispaniorum, ya que mantuvo bajo su corona tierras que abarcaban desde Sobrarbe y Ribagorza hasta León y Zamora. Tras su muerte sus hijos dilapidaron su herencia matándose entre ellos (en Atapuerca García Sánchez, su primogénito, murió a manos de las tropas de su hermano Fernando), lo que produjo la división del reino que pudo haber sido el eje de la Reconquista y que de esta manera quedó arrinconado entre Castilla y Aragón.
Se ve que Sancho III debía expiar demasiados pecados, ya que aparte de lo que sucedió con sus hijos tras su muerte, todavía hoy debe pagar penitencia. Y lo digo por la horrorosa escultura que lo representa en Pamplona. Ni me he preocupado de averiguar su autor puesto que creo que no merece ni ser nombrado aquí. Lo mejor que podría hacer el ayuntamiento es retirarla a un oscuro almacén, o mejor aun, fundirla y aprovechar el metal para pomos de puerta. Y es que es desproporcionada, fea, mal hecha, sin más expresividad en la cara que la de un maniquí de rebajas. Es un ninot fallero que desgraciadamente no va a ser quemado. La corona ha volado de las sienes del rey que más extendió las posesiones del reino pirenaico. En fín, un completo adefesio poco digno de una de las más grandes glorias de la Historia de Navarra.
La estatua, la fea, hace pensar que muchas veces hemos ido para atrás en lo que al arte se refiere. ¿Comparamos la estatua de Sancho en la Media Luna con cualquier estatua de personajes históricos de Benlliure? Será mejor que no. Verla “in situ” es todavía más descorazonador que en las fotos.
Menos mal que a Sancho III también lo tenemos en la fachada del Palacio de la Diputación con una escultura mucho más digna haciendo pareja con la de Sancho VII el Fuerte. Aquí se le representa más que como guerrero como el gran diplomático que fue, lo que le hizo extender sus dominios sin abusar del recurso a las armas.
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Coincido al ciento por ciento contigo.
ResponderEliminarParece ser que la lectura mística de la escultura nos ayudaría a apreciarla....
ResponderEliminarSiendo de Nájera, me dan ganas de llorar cuando la miro.