La iglesia de San Miguel de Olcoz es una sorpresa para los amantes del románico. Aunque la iglesia está muy restaurada, correspondiendo la mayoría de la obra al siglo XVIII, conserva una extraña y bella portada románica, plena de simbolismo y misterio.
El primer misterio: ¿Por qué la portada de San Miguel de Olcoz es una réplica de la del enigmático templo octogonal de Santa María de Eunate? El mismo escultor y los mismos motivos. No conozco caso similar en el arte románico. Esta similitud tan extraña sólo ha podido explicarse con leyendas. Así, la de Eunate sería obra de un gruñón cantero gigante. Otro cantero es retado a hacer una obra igual en el reducido tiempo que ha empleado el cantero forzudo en la portada de Santa María. El segundo cantero se ayuda de la magia para conseguirlo, si bien debido a estas malas artes la portada le sale invertida. El cantero gigante, enfadado con su colega, da una fortísima patada a la nueva portada, que vuela por los aires y llega hasta Olcoz. Buena fuerza tenía el cantero, ya que Santa María de Eunate se halla a 6,5 kilómetros en línea recta, hacia el oeste.
Lo cierto es que por aquí pasaba un ramal del Camino de Santiago que viene desde Jaca. También se piensa que parte de los peregrinos del Camino francés darían un rodeo por el paso del Carrascal para evitar subir la sierra del Perdón. El autor de ambas portadas sería uno de esos maestros canteros que se movían por el Camino de Santiago aceptando los encargos de los templos Jacobeos.
Lo mejor de la portada de la iglesia de San Miguel de Olcoz es que se conserva en mejor estado que la de Santa María de Eunate. ¿Será por los materiales mágicos que uso el cantero? Lo cierto es que aquí podemos disfrutar perfectamente del sugerente programa escultórico que la viste.
En San Miguel de Olcoz también tenemos a un barbudo de enorme barba en espiral que invertido parece un demonio macho-cabrio. Podría aludir a las engañosas formas del diablo.
Otras esculturas muy sugerentes son ese extraño pájaro con corona y cabeza humana. Le sigue otro extraño pájaro humanizado con un tocado puntiagudo. ¿Podría ser una mitra de obispo? De ser así esta extraña pareja podría representar una crítica a los máximos poderes terrenales. El rey y el obispo eran los poderes de la época, uno terrenal y otro espiritual, de la época. Al animalizarlos se les demoniza. Son también pecadores. Esta crítica se convierte así en sumamente curiosa en una época de total respeto a estos poderes que estaban en la cima de la pirámide social.
En el lado izquierdo vemos a una mujer desnuda que da de comer a una serpiente que se enrolla en su cuerpo. Le da de comer de un pequeño recipiente. El cuerpo de la serpiente pasa junto a su sexo. Sin duda es una alusión al pecado de la lujuria.
En lo más alto de la portada vemos una grotesca cara de orejas puntiagudas y ojos saltones, que mezcla la animalidad con lo humano de manera magistral. Es el diablo. Es su dirección se dirigen los pecadores que le rodean en la arquivolta. Le flanquean dos perros. Seguramente sean alusión a Cerbero, el perro de la mitología griega que guardaba las puertas del infierno.
En el lado derecho tenemos la curiosa escena de un hombre bello, desnudo, que agarra una cuerda con las dos manos. Detrás de él, una horrorosa cabeza de gruesos labios. Algunos autores han identificado estas cabezas con negros o musulmanes, los enemigos de la Reconquista que estaba en marcha cuando se construyeron los templos románicos. Sabemos que era habitual exponer las cabezas de los enemigos muertos en las incursiones a tierras sarracenas en las fachadas de las iglesias. La escena puede interpretarse así: el bello joven, cristiano, porta preso al infiel, que le sigue derrotado detrás. Es la alusión al triunfo de la Cruz sobre el Islam.
Justo encima vemos otra cabeza con la lengua sacada. En el románico esta pose se relaciona con el pecado de la falsedad, de la mentira o la injuria. Un personaje tranquilo cubierto por una capa, que puede ser un prelado, pisa la cabeza. El personaje podemos identificarlo con la buena Iglesia, en contraposición con el mitrado animalizado del lado izquierdo de la portada. El simbolismo podría ser el predominio de la verdad sobre la mentira.
En el capitel de más a la derecha vemos representado a dos personajes desnudos famélicos atados de pies y manos, con una horrorosa cabeza entre ellos. Es el sufrimiento de los pecadores en el infierno.
Algunos otros personajes, monstruos y cabezas quedan para retarnos a buscar su significado en una de las portadas más sugerentes del arte románico en Navarra.
Una curiosidad más. El pequeño perro que está esculpido en uno de los fustes de las columnas de la derecha. ¿Es el guardián del templo? En el castillo de Loarre también hay un pequeño perro grabado que parece tener este significado. Su forma agradable y simpática contrasta con los dos perros que rodean al diablo.
Por último, sobre la puerta tenemos un pequeño crismón. Es el símbolo de la Trinidad, de lo sagrado. Los personajes demoníacos quedan separados de la entrada al templo por el resto de las arquivoltas de la portada que están decoradas con motivos vegetales (Paraiso). Lo terrenal y lo pecaminoso quedan fuera del templo de Dios. La iglesia es la representación en la tierra de lo eterno, de lo celestial. Su puerta de acceso se convierte así en el arco mágico de entrada a otra dimensión sin pecado. Dios (crismón) nos muestra el camino que nos aleja de la perdición.
No podemos dejar el pueblo de Olcoz sin acercarnos a la Torre de Olcoz, una hermosa torre gótica de Cabo de Armería del siglo XVI, declarada Bien de Interés Cultural.
- TORRE DE OLCOZ
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