La última vez que visité el Museo de la Universidad de Navarra me sorprendió muy gratamente la videoinstalación del madrileño Daniel Canogar (no confundir con Rafael Canogar). La videoinstalación se titula Sikka Ingentium. El nombre viene de los sikka, monedas de oro que en la antigua Babilonia se usaban cosidas a la ropa como decoración y símbolo de estatus social. Este adorno de valiosas monedas de oro evolucionó hasta convertirse hoy en las conocidas lentejuelas.
Sikka ingentium es de esas exposiciones que sabes que no se te van a olvidar. Daniel Canogar ha utilizado 2.400 DVDs usados para crear una original pantalla que a su vez se convierte en arte. Así, los DVDs se convierten en modernos sikka, sustituyendo el valor del oro en un valor más inmaterial y espiritual.
Sikka ingentium es de esas exposiciones que sabes que no se te van a olvidar. Daniel Canogar ha utilizado 2.400 DVDs usados para crear una original pantalla que a su vez se convierte en arte. Así, los DVDs se convierten en modernos sikka, sustituyendo el valor del oro en un valor más inmaterial y espiritual.
Uno de los mensajes de la videoinstalación de Daniel Canogar es la importancia del reciclaje, esa capacidad de reaprovechar aquello a lo que no damos ya valor para convertirlo en algo nuevo, algo de más valor incluso del que originalmente tenía. Gracias a su capacidad artística Canogar ha creado algo totalmente nuevo.
Los 2400 DVDs se convierten a la vez en una enorme pantalla que se divide a su vez en pequeñas pantallas individuales. Aquí se reflejan proyecciones que llenan de extraña luminosidad la sala al tiempo que se crean efectos de color y movimiento sorprendentes. Daniel Canogar crea en una de las salas del Museo de Navarra un mundo nuevo. Un mundo a la vez mágico y fantasmagórico. Cuando entramos en la oscuridad de la sala y escuchamos esa mezcla de música y sonidos de películas junto con la explosión de colores y luces que reflejan los brillantes DVDs podemos llegar a olvidarnos de dónde estamos debido al gran contraste entre el exterior y el interior de la sala. Son dos ambientes absolutamente distintos. La claridad y la tranquilidad de los pasillos exteriores no hacen prever el bombardeo de estímulos lumínicos y sonoros que recibe el visitante de la videoinstalación. Además la proyección sobre la gran pantalla creada por los DVDs varía de manera casi infinita. Unas veces la luz se extiende desde un primer CD hacia todos los demás igual que se extienden las ondas de agua en una charca cuando tiramos una piedra. Otras veces es como si un fuego avanzará desde las líneas más bajas de la pantalla de DVDs hacia la parte superior. Unas veces el panel se ilumina lentamente. Otras veces es como si una tormenta de luz si hubiera desatado de repente sobre la pared. Frente al muro de DVDs en la pared de enfrente se reflejan las luces completando este espacio tridimensional que se convierte en puro arte.
La belleza me los colores proyectados y como se extienden sobre el muro plateado de los DVDs hace recordar a un arcoiris. Efectivamente es como si un arcoiris hubiera encontrado su casa en el Museo del Universidad de Navarra a la espera del momento en que decida volver a embellecer con sus colores el cielo.
Caras proyectadas sobre los DVDs |
Pero la videoinstalación de Canogar tiene muchas más lecturas. Por ejemplo, cada DVD parece guardar memoria de las películas que mostraron a sus antiguos dueños. Si nos acercamos al panel podremos ver caras de actores y actrices y escenas de películas antiguas. Los sikka evocaban la luz de lo divino. Igualmente las superficies brillantes de los DVDs también evocan el glamour de Hollywood. Al mismo tiempo, esas caras que ahora pasan casi desapercibidas entre las miles de caras que se proyectan simultáneamente en cientos DVDs no dejan de tener algo de inquietante y fantasmagórico y recuerdan a todos esos actores que fueron devorados por la industria cinematográfica y que tras tiempos de éxito pasaron al olvido.
Museo Universidad de Navarra |
Cartel de la exposición |
Cada vez se utilizan menos los DVDs, pero todavía tenemos muchos a nuestro alrededor. La próxima vez que introduzcamos algún DVD en el lector para ver una película es muy probable que nos acordemos de los 2.400 que Daniel Canogar convirtió en arte y en una experiencia muy especial.
En el siguiente vídeo del Museo Universidad de Navarra el artista Daniel Canogar habla de esta obra. No te lo pierdas.
En el siguiente vídeo del Museo Universidad de Navarra el artista Daniel Canogar habla de esta obra. No te lo pierdas.
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