El collado de Ibañeta es el paso histórico más importante del Pirineo Occidental. El puerto de Somport, en Aragón, es otro importante paso pirenaico, pero su altura, 1640 metros, hace que fueran muchos más meses los que permanecía cubierto por la nieve en comparación con el puerto de Ibañeta, con 1.057 metros de altura. Esto hace a Ibañeta el paso pirenaico por excelencia, “la puerta del Pirineo”.
Ibañeta es un lugar de comunicación de antigüedad milenaria entre el continente y la Península Ibérica. Por aquí han pasado millones de peregrinos camino a Santiago de Compostela desde la Edad Media hasta el presente. Muchos encontraron la muerte aquí, como recuerda el obispo Sancho Larrosa a comienzos del siglo XII cuando decía que los peregrinos morían víctimas de la gélida nieve o de la fiereza de los lobos cuando no de los muy habituales ataques de bandidos. Pero los peregrinos no han sido los únicos que dejaron su huella en este singular paraje. Desde la más remota antigüedad este collado de algo más de 1.100 metros de altura ha visto cruzar el Pirineo a una gran variedad de grupos humanos. Pobladores prehistóricos, pastores de hace 5.000 años que construyeron los dólmenes y cromlechs cercanos, contingentes celtas que se extendieron por el norte peninsular, legiones romanas que recorrían la calzada que unía Burdeos con Astorga, los pueblos bárbaros que acabaron con los romanos, los musulmanes camino de su derrota en la batalla de Poitiers en el año 732, parte de las tropas napoleónicas que invadieron la península a comienzos del siglo XIX. Todos ellos y muchos más utilizaron este estratégico paso. El puerto de Ibañeta es uno de los lugares del Pirineo que guarda más historia.
Uno de los episodios históricos más conocidos relacionados con el paso de ibañeta es la derrota de Carlomagno por los vascones cuando cruzaba el Pirineo en el año 778. Muchos historiadores creen que esa batalla sucedió en los alrededores de este collado. En esa cruenta batalla murió el héroe franco Roldán
.Una historia curiosa relacionada con esta histórica batalla sucedió en 1934, cuando el prior de Roncesvalles Martínez Alegría hizo excavaciones en la ermita de Ibañeta y aparecieron doce cadáveres que se identificaron en aquel entonces con los doce pares de Francia, los nobles que murieron con Roldán en la batalla de Roncesvalles. Los cadáveres se perdieron mezclados con los del silo de Carlomagno en la Colegiata de Roncesvalles. Nunca sabremos si la identificación era cierta. Un misterio que guardan estas montañas.
En conmemoración de tan histórica gesta se alza en Ibañeta un monolito de granito desde 1967. Desde el monumento a Roldán se tiene una vista fantástica que domina la gran falla pirenaica que forma el profundo barranco que lleva a los llanos de Francia, también visibles desde aquí.
En el collado se encuentra la moderna ermita de San Salvador de Ibañeta. Marca el aspecto espiritual, religioso, de este lugar. Religiosidad que consta desde antes del cristianismo. En Ibañeta se encontró un ara votiva, un altar romano, dedicada al Sol Invicto. Luego la tradición habla de San Saturnino construyendo aquí una primigenia capilla cristiana que debió ser destrozada al paso de las tropas musulmanas camino de Poitiers. La tradición habla también de una nueva capilla levantada por Carlomagno tras el derrota en la que pereció Roldán. En 1071 aparece documentado aquí el origen de Roncesvalles, ya que se levantó en Ibañeta un primer monasterio-hospital de peregrinos. Era el reinado de Alfonso del Batallador. Debió ser una pequeña construcción que atendía a los peregrinos en el difícil paso pirenaico. Debido a las duras condiciones climáticas el hospital se traslado en 1132 al cercano lugar donde hoy se encuentra, más protegido del frío y de los vientos. Aunque en Ibañeta quedó siempre una ermita que siguió sufriendo destrucciones, abandonos y reconstrucciones hasta la actual.
Muy cerca de la ermita hay una estela dedicada a la Virgen de Roncesvalles. Es habitual que las nieblas cubran Ibañeta. Son tan frecuentes que en el valle se llama a la niebla “el manto de la Virgen”, ya que las nieblas suelen cubrir no sólo el collado, sino que desciende al valle, al Roncesvalles, donde la Virgen, tan presente en estas montañas, tiene su casa.
Ibañeta siempre ha sido un lugar estratégico. Prueba de ello son varios bunkers que podemos ver en el collado y en sus alrededores. Son parte de la línea de bunkers que construidos por orden de Franco tras la Guerra Civil ante el temor de una invasión de los aliados tras la finalización de la Guerra Mundial.
No han sido sólo los hombres los que han utilizado Ibañeta como paso del Pirineo. Ibañeta es también uno de los lugares más importantes del paso de aves en la búsqueda anual de climas y tierras más acogedoras.
Ibañeta es un lugar muy especial. Su relación con el devenir humano la han marcado los siglos. Fue testigo del paso de emperadores y generales romanos, de reyes y reinas, de santos y peregrinos, de pastores prehistóricos y de bárbaros del norte. Hoy rocogen el testigo los turistas, los senderistas y los peregrinos los que lo frecuentan. La mayoría desconocen la rica historia del lugar.
El Girizu y el Astobizkar, los montes que limitan el collado, seguirán mirando el trasiego humano. Lo han venido haciendo, pacientemente, desde hace miles y miles de años…
julioasuncion@hotmail.com
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