Es un parque sumamente original. Su origen está en la finca propiedad del arquitecto alicantino Cesar Cort Botí. El hombre, añorando su tierra, decidió recrear una finca típica de su lugar de origen, las soleadas tierras levantinas. Por eso, lo que más destaca del parque son las plantaciones de almendros. Quien haya estado en la montaña de Alicante, por ejemplo en tierras de Alcoi, recordará en este parque los campos de almendros de Alicante, cuyas almendras, en Jijona, localidad también alicantina, se convierten en el turrón que comemos todas la Navidades.
Por eso es una delicia pasear por este desconocido y no pequeño parque (tiene 21 hectáreas de extensión). Además podremos ver un hermoso estanque, los edificios que habitaba el arquitecto y los molinos que abastecían de agua las plantaciones y que dieron el nombre a la finca.
Los herederos del arquitecto llegaron a un acuerdo con el Ayuntamiento de Madrid en 1982, cuatro años después de la muerte de Don Cesar Cort. Gracias a ello hoy podemos disfrutar de este rincón de la montaña Alicantina en Madrid.
No hay comentarios:
Publicar un comentario