Páginas

LA TIZONA, LA ESPADA DEL CID Museo de Burgos



El Cid, Rodrigo Díaz de Vivar, es algo más que un personaje histórico, es un mito. Es el vencedor de mil batallas. Su sobrenombre es el Campeador, el que campea victorioso sobre el campo de batalla. A día de hoy también es un personaje histórico controvertido ya que luchó tanto contra cristianos como contra los musulmanes, pero siempre se ganó el respeto, el temor y la admiración de todos.
Para convertirse en el caballero medieval más conocido de España y uno de los guerreros más importantes de Europa se valió de su temida espada, que, como espada singular que era, tenía nombre: la Tizona.
La Tizona, la espada del Cid, hoy está expuesta en el Museo de Burgos. Es la espada que, según la tradición, uso del Cid en aquellos combativos y decisivos tiempos de la Reconquista. Como ocurre habitualmente con este tipo de objetos emblemáticos de los que nos separan 1000 años de historia no se pueden obviar las dudas sobre su autenticidad. El conocido historiador Menéndez Pidal creía que era una falsificación del siglo XVI. Pero por contra, según un estudio encargado por la Junta de Castilla y León a los laboratorios del Grupo de Investigación de Tecnología Mecánica y Arqueometalurgia de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Complutense de Madrid, aunque la empuñadura sea más moderna (s.XV), la hoja sí que corresponde al siglo XI, siglo en el que vivió el Cid.
Detalle de la empuñadura del s.XV
Esta joya de la historia, la espada Tizona, estuvo durante mucho tiempo expuesta en el Museo del Ejército en Madrid. Estaba allí desde 1944 por cesión del marqués de falces que era su propietario. La espada llegó a su familia tras el regalo de la misma por Fernando el Católico al Condestable mosén Pierres de Peralta que era el abuelo del primer marqués de Falces.
Se que este blog lo lee mucha gente de Navarra y aquí recuerdo una curiosidad relacionada con la Tizona. La Tizona durante mucho tiempo se guardó en el castillo de Marcilla que era propiedad de los marqueses de Falces. De allí pasó posteriormente al Museo del Ejército.
Tras el cierre del Museo del Ejército, hoy trasladado a Toledo, el marqués de Falces propuso la venta de la famosa espada que era de su propiedad al Ministerio de Cultura. El Ministerio de Cultura rechazó comprarla. Menos mal que, muy acertadamente, impidiendo que la Tizona probablemente acabara inalmente en las vitrinas de un acaudalado coleccionista, la Junta de Castilla y León y la Cámara de Comercio e Industria de Burgos compraron la espada en 2007 por 1.600.000 Euros. Probablemente sea la espada por la que se haya pagado mayor cantidad de dinero en España, dinero bien pagado ya que todos podemos contemplarla en el Museo de Burgos y recordar así al gran guerrero castellano.
Es como si el espíritu del Cid hubiera reclamado su querida Tizona para volver a tenerla cerca de él. La espada había viajado de Marcilla, en Navarra, a Madrid para acabar en Burgos en cuya catedral está enterrado el Campeador. Y es que Burgos es la ciudad cidiana por excelencia. En Burgos se encuentra la estatua más conocida del Cid, obra de Juan Cristóbal. Además se cree que Rodrigo Díaz de Vivar nació en la pequeña aldea de Vivar, hoy Vivar del Cid, a pocos kilómetros al norte de Burgos. Incluso en Burgos se ha preparado una ruta cidiana que recorre los monumentos relacionados con el Cid. Y como curiosidad también en Burgos se encuentra una curiosa reliquia del Cid: un hueso de su brazo que se conserva en el Arco de Santa María.
La Tizona en el Museo del Ejército
La espada Tizona pesa 1.153 gramos, tiene casi un metro de largo (93 cm.) y 4,3 cm de anchura máxima. Está expuesta en una vitrina un poco desangelada, bastante sosa. Más vistosa era el lugar donde se exponía en el Museo del Ejército en Madrid. Allí parecía más épica, tenía más “vida”. Estaba rodeada de otras armas, presidiendo una sala, en una vetusta vitrina que a casi a modo de relicario parecía transmitirnos que estábamos ante la más gloriosa de las espadas. Que duda cabe que un pieza luce en un museo de manera diferente según como se muestre al público. Creo que en este aspecto la Tizona ha perdido un poco de encanto.
¿Quién sabe si realmente esa brillante hoja datada por la Universidad Complutense de Madrid en el siglo XI fue la que blandió la imponente figura del Cid en los campos de batalla de Castilla, Aragón y Valencia? Lo cierto es que está declarada Bien de Interés Cultural desde el año 2002, un año después del estudio de la universidad. En el tiempo de la razón, de los escépticos y de los descreídos mucho negaran que la Tizona del Museo de Burgos sea en realidad la auténtica Tizona del Cid. Al fin y al cabo, el hecho de que la hoja sea del siglo XI no significa que necesariamente fuera la espada del Cid. Yo prefiero pecar de crédulo en este caso e imaginar que si lo es. Al fin y al cabo es en Madrid donde vi la Tizona por primera vez. Fue cuando mi padre, siendo yo pequeño, me llevó a visitar el Museo del Ejército. Era el primer museo que visitaba. La Tizona, la espada que ahora está en el Museo de Burgos, fue una de esas piezas que me hicieron ver que los museos guardan tesoros. La Tizona fue una de esas joyas que me hicieron amar los museos.

EL HOMBRE DE OJO GUAREÑA Museo de Burgos

El hombre de Ojo Guareña

Pocas muertes nos pueden resultar más horribles que perdernos en una cueva y morir rodeados de oscuridad víctimas del hambre y de la desesperación. Eso es lo que le pasó al hombre de Ojo Guareña hace 2.500 años.
El esqueleto completo del hombre de Ojo Guareña está expuesto en una de las salas del Museo de Navarra. Ojo Guareña es el segundo complejo kárstico más extenso de la Península Ibérica y uno de los diez mayores del mundo. Kilómetros de cuevas lo recorren, en gran parte laberínticas. El hombre de Ojo Guareña se perdió tras apagarse la antorcha con la que se iluminaba y, desesperado, deambuló a oscuras por el laberinto de galerías.
Así pasaron las horas y los días. Para no morir de sed trató de retener el agua que escurría por las estalactitas fabricando una pequeña presa que construyó con la arcilla del suelo y fragmentos de estalactitas como ha quedado constancia por los restos hallados en la cueva cerca del cadáver. 
Hay que suponer que al final se tuvo que resignar a su dramático destino, ya que se encontró el esqueleto tal como hoy se expone, tendido boca arriba y con los brazos sobre el pecho. Es como si esperara la muerte al darse cuenta de que le era imposible encontrar la salida. Seguramente la debilidad tras días de hambre y agonía le había llevado a la conclusión de que era mejor acabar de una vez y que era absurdo seguir deambulando por las estrechas galerías. Quizás ese goteo persistente del agua de las estalactitas poco a poco le había ido volviendo loco. O quizás la oscuridad absoluta y el aislamiento le había llevado a alguna de esas experiencias espirituales que tan bien conocían los chamanes de la prehistoria que acostumbraban a frecuentar las cuevas en busca de la comunicación con sus dioses. Puede ser que se tendiera en el suelo a esperar a sus propios dioses que por fin le guiarían a la luz, la luz del más alla. Lo cierto es que allí quedó para siempre el hombre de Ojo Guareña del que nunca sabremos su nombre.

Detalle del hombre de Ojo Guareña


Está documentado que las cuevas de Ojo Guareña también tuvieron un carácter ritual en la prehistoria. Seguramente era una cueva sagrada donde se realizaron ritos de iniciación o de purificación.

¿Pudo ser el hombre de Ojo Guareña un chamán que voluntariamente se internó en la cueva para esperar la muerte? No lo parece. El esqueleto corresponde a un joven de unos 20 años de edad. Parece muy joven para ser el líder espiritual de un grupo o para buscar voluntariamente la muerte por padecer vejez o enfermedad. Por otra parte presenta una rotura en el lado izquierdo de la cara, rotura que pudo ser provocada por algún impacto contra la roca durante su infructuosa búsqueda de la salida de las cuevas en la más completa oscuridad.
Sabemos que el joven vivió en el siglo VI a.C. por la datación de una fíbula de bronce y los restos de un broche de cinturón que pertenecían al joven y que aparecieron junto al esqueleto. Son objetos de prestigio, por lo que seguramente el joven era un personaje de la élite local.

Fíbula y broche de cinturón del hombre de Ojo Guareña


Es raro que su gente no intentara rescatarle si además pertenecía a la élite social de su grupo. ¿Puede ser que el joven se internara en la cueva curioseando por su cuenta y sin haber dicho a nadie donde se metía? En ese caso el joven simplemente desapareció para sus allegados. Dando rienda suelta a la imaginación, podemos dar más hipótesis. ¿Podría ser que el joven hubiera sido dejado en lo más intrincado de la cueva por orden de los jefes de su pueblo a sabiendas de que nunca saldría de allí por algo que hizo?¿O fue el joven que huyendo de algo o de alguien se refugió en la cueva para nunca más salir de allí? Quizás la herida de la cara no se la hizo en la cueva y el joven huía del agresor que se la infringió.
Hay quien llama al hombre de Ojo Guareña "El Príncipe". Este ilustre sobrenombre se debe a la leyenda que dice que un príncipe godo se había perdido en las cuevas y murió en su interior.  Lógicamente el hombre de Ojo Guareña no pudo ser un príncipe godo ya que los visigodos tardarían todavía muchos siglos en aparecer por estas tierras. Pero ¿pudo ser un príncipe de aquellas tribus de la I Edad del Hierro que vivieron en el norte de Burgos?

El hombre de Ojo Guareña se llevó todas las respuestas a aquella soledad maldita de las cuevas de Ojo Guareña.

- Museo de Burgos

© Julio Asunción

MUSEO DE BURGOS 1/3 Introducción y mosaico de Atalanta y Meleagro

Fachada del Museo de Burgos

El Museo de Burgos no es uno de los lugares más visitados de Burgos ya que se encuentra algo alejado de la zona más turística de la ciudad de Burgos que se encuentra en los alrededores de la catedral, al otro lado del río Arlanzón. Además está en una zona de edificios modernos y junto al mercado, es decir una zona donde es más habitual ver sólo a los burgaleses que habitan el barrio en vez de a los apresurados turistas con sus cámaras. Otra causa de que sea menos visitado de lo que debiera es que cerca se encuentra el moderno Museo de la Evolución Humana que, con sus fósiles de Atapuerca y la mayor publicidad que medios e instituciones le han dado, atrae más a los turistas y visitantes que este antiguo museo.
De todas formas es una pena visitar la ciudad y no acercarse al Museo de Burgos. Tiene piezas muy interesantes, únicas, especialmente en sus salas de arqueología y de arte medieval. Desde aquí no dudo en recomendarlo.
Además, aunque se encuentra en un barrio modernizado el edificio renacentista que es la sede del museo bien merece acercarse a verlo. Su fachada, donde se conjugan piedra y ladrillo es muy interesante, pero lo que más llama la atención es el patio de columnas alrededor del cual se distribuyen en varios pisos las salas del museo.  Sólo por contemplar este patio merece la pena la visita al museo. Es una joya de la arquitectura del Renacimiento de la ciudad de Burgos.

Patio renacentista del Museo de Burgos
Mosaico del Museo de Burgos
En este patio encontramos una de las joyas del museo: el gran mosaico romano del siglo IV d.C que trata de como Atalanta y Meleagro se dirigen a la caza del jabalí de Calidón. El mosaico prodece de Cardeñajimeno.

No sólo hay que fijarse en los personajes protagonistas que están en parte central del mosaico y que en parte no se conservan ya que no se han conservado en algunas partes las teselas del mosaico. También tenemos que fijarnos en los jinetes que se mueven por las esquinas persiguiendo a los jabalíes.
Jinete del gran mosaico del Museo de Burgos



Estela de Ausco Butio s I d.C.
En el patio también están expuestas varias estelas antiguas. Entre ellas destaca el epitafio de Ausco Boutio del siglo I d.C. Ausco murió con 30 años. En la parte superior la estela se adorna con un gran disco solar con motivos geométricos y vegetales (¿el mundo espiritual?). En su parte inferior, más mundada, aparecen dos vacas y un ternero a los que pastorea un hombre con una vara.



El Museo de Burgos se divide en salas de Arqueología, arte medieval y Bellas Artes siguiendo un orden cronológico. En este artículo vamos a destacar las piezas que no nos podemos perder y justifican de sobra la visita. Dejamos el patio y nos internamos en las salas del museo. Empezaremos por las salas de prehistoria.

- Salas de prehistoria y protohistoria del Museo de Burgos

MUSEO DE BURGOS 2/3 Salas de prehistoria y protohistoria

Vitrina dedicada a Atapuerca

- Museo de Burgos: Introducción

Las salas dedicadas a la arqueología de la provincia de Burgos abarcan cronológicamente desde la Prehistoria hasta el final del Imperio romano y época paleocristiana.
En la primera sala encontramos una vitrina con reproducciones de uno de los yacimientos más importantes del mundo y que se encuentra a pocos kilómetros de Burgos: Atapuerca. Allí podremos ver el famoso craneo 5 de Homo heildebergensis o la famosa hacha de piedra bautizada como Excalibur, Los originales los podemos encontrar en el Museo de la Evolución Humana cuya visita es muy recomendable. Las reproducciones de Atapuerca son las únicas reproducciones del museo. Todas las demás piezas son originales y, ciertamente, de gran valor.
Más hachas prehistóricas o bifaces originales están expuestas en las vitrinas donde se repasan los yacimientos arqueológicos del Paleolítico inferior de la provincia de Burgos como Villafría, Los Comendadores, San Pedro de Arlanza o Villargamar.
Muy interesantes son los ajuares encontrados en varios de los dolmenes de la provincia de Burgos, como los de la Porquera del Butrón o Cubillejo de Lara.
Brazalete del dolmen de Cubillejo de Lara
Destacaré el brazalete de concha encontrado en el dolmen de Cubillejo de Lara. A pesar de su humildad (está hecho en una concha marina) es importante porque acredita las relaciones comerciales de las gentes que costruyeron el gran dolmen con otras poblaciones del Mediterráneo ya que este tipo de concha marina sólo se da allí.
Encontramos también varias maquetas de los dolmenes de corredor (como el el Cubillejo de Lara).
Maqueta de dolmen de corredor

Un hallazgo singular es el llamado Hombre de Ojo Guareña.  Es el esqueleto de un hombre de la I Edad del Hierro que se perdió entre el laberinto de galerías del complejo kárstico de Ojo Guareña.
- El hombre de Ojo Guareña

Hombre de Ojo Guareña

Espectaculares son las colecciones de armas de la Edad del Hierro que se han recuperado de varias necrópolis como las de Villanueba de Teba, Villamorón, Lara de los Infantes, Mirabeche o Ubierna.
Armamento de la Edad del Hierro en el Museo de Burgos
Destacan las fundas de puñal decoradas, las conteras de espadas lujosamente trabajadas, las curiosas espadas de gavilanes curvos y los tahalies, algunos adornados con plata.

Conteras de espadas de la Edad del Hierro
Destacaremos las mejores piezas de orfebrería que se exponen en la museo. De oro son el remate de torque de Castrojeriz y el brazalete de estrías de Atapuerca. Ambos son de la Edad del Bronce. También de oro son los torques de Jaramillo Quemado, ya de la Edad del Hierro.
Más antiguas y más sorprendentes son las sortijas cubrededos encontradas en el ajuar funerario del túmulo de la Tablada del Rudrón, en el norte de Burgos. Se han datado en el Bronce antiguo entre 2100 y 1800 a.C. Sin duda tuvieron que pertenecer a un gran personaje ya que son piezas que denotan un estatus especial dentro de la comunidad. Es un hallazgo excepcional dentro de la Península Ibérica, pero más común en Europa central y Gran Bretaña. Su presencia acredita la importancia del enterrado, así como su relación con culturas coetáneas de más allá de los Pirineos.
Sortijas cubrededos del túmulo de la Edad del Bronce de Tablada del Rudrón


De plata no nos perderemos los torques encontrados en el monasterio de Rodilla.
Torque del monasterio de Rodilla
Otra pieza singular es la tésera de Belorado. Es una pequeña pieza de metal con inscripciones en alfabeto íbero que se utilizaba como signo de la constitución de acuerdos o alianzas o como muestra de hospitalidad. Me recordó a las del Museo de Navarra, en Pamplona.
Tesera de Belorado

Por último destacaré una pieza que me encantó por su belleza y por su perfección técnica: una pequeña fíbula celtíbera con forma de caballo que me recordó a la fámosa fíbula que es símbolo de Soria y que se puede ver en el Museo Numantino.

Fíbula de caballo
Tras recrearnos con la perfeccíón en el trabajo del hierro de los que habitaron las tierras de burgos en el I milenio a.C. pasamos a las salas dedicadas al mundo romano.

- Museo de Burgos: Roma y periodo paleocristiano.

MUSEO DE BURGOS 3/3 Roma y periodo paleocristiano

- Anterior: Salas de prehistoria y protohistoria

Entramos en las salas dedicadas al mundo romano. La primera pieza interesante es la rústica estela discoidea del siglo I d.C. Representa a un guerrero a caballo que carga con la lanza y que porta también un gran escudo. Por la tipología de la pieza podemos apreciar las pervivencias culturales del mundo celta en tiempos romanos.

Estela discoidea con guerrero
Alrededor de una gran maqueta del yacimiento romano de Clunia, que es la ciudad romana más importante de la provincia de Burgos, encontramos varias esculturas muy interesantes. La que más me gustó fue la cabeza de mujer con un elaborado peinado. Cerca se expone una interesante escultura de la diosa Isis. En las vitrinas podemos ver una muestra de los objetos encontrados en Clunia.

Cabeza de dama romana
Pero sin lugar a dudas lo que más me llamó la atención por su rareza de las salas dedicadas a Roma del Museo de Burgos fue el Tintinnabulum de Sasamón,  escultura de bronce que representaba un gran pene montado por una mujer desnuda que corona al glande del pene con una corona de laurel. Es una pieza singular dentro de la arqueología de la Península Ibérica. 
Tintinnabula de Sasamón
No dejaremos las salas dedicadas a Roma sin prestar atención al Mercurio de Ubierna, pequeña escultura de metal que representa al más veloz de los dioses romanos.

Mercurio de Ubierna
En la última de las salas dedicadas a la arqueología nos internamos en la época paleocristiana. Allí destacan varios sarcófagos del denominado "taller de la Bureba" del siglo IV d.C. Son de producción local y de aspecto algo rústico y representan escenas del Antiguo y Nuevo Testamento.

Sepulcro paleocristiano del taller de la Bureba
Cipo decorado de Buniel
Por último acabaremos con un curioso cipo decorado encontrado en  Buniel del siglo V d.C.

Hasta aquí nuestro repaso a las piezas más interesantes de las salas de arqueología del Museo de Burgos.
Todas estas piezas justifican de sobra la visita al museo por cualquier amante de la Historia. Pero además todavía tenemos las salas de arte medieval y Bellas Artes para completar la visita con piezas tan singulares como la Tizona del Cid o la Virgen de las Batallas.

© Julio Asunción

LOS MADELMAN en el Museo Nacional de Antropología


La vida está hecha de recuerdos. Cuando echamos la mirada atrás y repasamos los buenos recuerdos sentimos en nuestro interior una mezcla agridulce de nostalgia y alegría que de alguna manera nos hace revivir esosfelices momentos. Eso fue lo que me pasó cuando visité en Madrid, en el Museo Nacional de Antropología de Madrid, la exposición de los Madelman.



Los más jóvenes seguramente no conozcan lo que era un Madelman. Pero los que ya tenemos unas cuantas décadas a nuestras espaldas decir Madelman es nombrar los que fueron nuestros juguetes preferidos, nuestros compañeros de aventuras. Los Madelman hacían volar nuestra imaginación. Son esos muñecos de acción que nos hicieron pasar tantos momentos buenos y entretenidos. Toda una generación de chicos de los años 70 y 80 del siglo XX jugamos con los madelman.
Los Madelman han cumplido 50 años ya que el primer Madelman fue sacado a la venta en el año1968. En este medio siglo de historia se ha convertido en uno de esos símbolos icónicos de un tiempo.

Museo Nacional de Antropología

Hasta el 14 de octubre de 2018, y a modo de celebración de estos 50 años, todos aquellos que jugamos con los Madelman, podemos volver a recordar esos tiempos en que viajamos al oeste con el muñeco sheriff, al espacio exterior con el astronauta, hicimos nuestras primeras visitas a las cuevas con el espeleólogo, surcamos los mares con el capitán pirata o luchamos en los diversos campos de batalla con el Madelman soldado. Y es que en el Museo Nacional de Antropología expone la mejor colección privada de Madelman conservada, la colección de José Manuel Cortés. La exposición es es el Museo Nacional de Antropología y la entrada es gratuita.
Presentación más económica de los Madelman

Era curioso ver cómo los padres visitaban la exposición con sus hijos pequeños que ahora juegan principalmente con los videojuegos. Les explicaban con un cierto toque de emoción en su voz cómo jugaban ellos hace 30 o 40 años con los Madelman. Los niños miran los muñecos con desconocimiento pero con admiración. Tal es la calidad de los Madelman que seguro que también a ellos les darían hoy horas de juegos.
El muñeco Madelman tuvo su origen cuando dos empresarios, Francisco Andrés Pascual y Josep María Arnau compran Industrias Plásticas Madel, una fábrica que se dedicaba a la producción de objetos de plástico para usos varios. Arnau era el propietario de la fábrica de juguetes Exin (¿os acordáis del Exin castillos?). En un viaje a Estados Unidos Arnau conoció el éxito de los muñecos GI Joe. Tomando como inspiración estos muñecos de acción fue como crearon los Madelman.
El diseño del primer modelo fue realizado por Alberto Plaza Garcés y el prototipo lo hizo el escultor Alfonso Díaz. Una curiosidad: Alfonso Díaz utilizó cuentas de rosario para crear el sistema de articulación de los Madelman. También se inspiró en la estructura del Atomium de Bruselas. De hecho el sistema de articulación de los Madelman sería bautizado como Proyecto Atomium. Así se logro una gran capacidad de movimiento. Era uno de sus principales atractivos de los Madelman.
Otra de las causas del gran éxito de los Madelman eran su ropa y complementos. Los complementos (armas, vehículos etc) imitaban perfectamente a los originales y estaban perfectamente escalados. La ropa era de tela auténtica y estaba realizada artesanalmente por costureras profesionales. Tal era la calidad de los Madelman que hay quien considera que son los muñecos articulados de mayor calidad que se hayan creado nunca.
Madelman trampero
Los Madelman se empezaron a vender en mayo de 1968 y siguieron haciendo las delicias de los niños y jóvenes de la época hasta el año 1983. En la actualidad se ha llegado a pagar en subasta varios miles de euros por ejemplares antiguos.
Los Madelman como muñecos de su tiempo tomaron como referencia las películas de éxito de su época. Las películas del Oeste vivían en esa época un gran momento (el spaguetti western). Igual pasaba con las películas de piratas. También el éxito de la película 2001, una odisea en el espacio fue la inspiración para los Madelman astronauta. En la exposición se puede ver un casco original de la película.
En la exposición podemos ver todos los tipos de presentaciones con que se presentaban los Madelman a la venta. Desde los más básicos que tenían sólo 1 o 2 accesorios, hasta las grandes cajas, que sólo se las podían permitir las familias de los niños más pudientes de la época dónde además de dos muñecos se incluían una gran cantidad de accesorios. Lógicamente los Madelman también reflejan hoy lo que ha cambiado la sociedad. Un ejemplo es el muñeco porteador, el primer muñeco de raza negra que tomaba aquí el papel subordinado a su jefe, el explorador blanco, igual que pasaba en las películas de Tarzán. En cambio por otra parte también se ve el avance de la sociedad con los años. Así aparece la Madelwoman exploradora que también lleva un fusil y es similar a su pareja masculina.
Madelman Safari

Por último al visitar esta gran colección podemos también sacarnos una foto como si nosotros fuéramos un Madelman. En el vestíbulo de la exposición hay una gran caja que imita a las cajas donde se vendían los Madelman. Nos podemos introducir en la caja para sacarnos una foto y convertirnos por un momento en uno de esos muñecos de acción qué marcaron una época.
He de decir que he visitado cientos de exposiciones en mi vida, muchas con obras de arte maravillosas que recordaré siempre. Pero esta exposición de los Madelman tocó algo dentro de mí. Me volvió por un momento a esa feliz niñez sin problemas ni preocupaciones. Una época donde casi todos fuimos felices. Por cierto, mi primer Madelman fue el submarinista. Debía de tener 5 o 6 años. La bañera de la casa de mis padres se convirtió mágicamente en un extenso y profundo mar lleno de peligros que sólo mi Madelman y yo podíamos sortear.

Madelman submarinista
Seguro que sí visitas la exposición de los Madelman del Museo Antropológico Nacional de Madrid encontrarás ese primer Madelman qué tuviste y recordarás las aventuras que pasaste junto a él, ese pequeño amigo de 17 cm de altura.
© Julio Asunción

CEMENTERIO DE LA FLORIDA - CRIPTA DE LOS FUSILADOS EL 3 DE MAYO - Madrid


Hay lugares con una carga histórica y sentimental muy especiales que supera con creces su valor monumental. Uno de ellos es el cementerio de la Florida. Es un pequeño cementerio desconocido por muchos madrileños pero que es parte del espíritu y del ser de esta gran ciudad que es Madrid.

- Localización del cementerio de la Florida

Allí se encuentran enterrados 43 héroes del pueblo de Madrid que se levantó el 2 de mayo de 1808 contra los invasores franceses. Fueron fusilados por las tropas napoleónicas del general Murat en la dura represión que hubo tras la sublevación de los madrileños.

Son héroes populares. Mientras la mayor parte de los políticos españoles de la época se pusieron del lado de los invasores traicionando a su propio pueblo con tal de salvar su poltrona y su cuello, la gente de la calle, con un valor que sorprendió al propio Napoleón, decidió combatir a los soldados del ejército más poderoso de la época, el ejército que se había paseado triunfante por Europa. Lo hicieron con piedras, navajas, tiestos, hoces, cuchillos y otras armas blancas principalmente. Fue el comienzo del fuego donde se coció Napoleón. El mismo reconoció que el fin de su imperio empezó con la Guerra de la Independencia en España.

Tuve la suerte de coincidir en la visita con el Presidente de la Sociedad Filantrópica de Milicianos Nacionales Veteranos que, regalando de manera generosa su tiempo, tenía abierto al público el cementerio y recibía con suma amabilidad a los visitantes. Esta sociedad es la que gestiona a día de hoy el cementerio de la Florida. Este ilustrado anfitrión hizo de magnífico guía en el rato en que recordamos a esa gente humilde que murió aquella primavera de 1808 luchando por su libertad. 
Entre los madrileños que fueron fusilados había un cerrajero, un jardinero, un carpintero, varios albañiles, un escribano, el dueño de una mercería y otros de las más variadas profesiones, incluyendo a un soldado y a un fraile. El fraile se llamaba Francisco Gallego y es el único personaje identificado entre los fusilados del magnífico cuadro de Goya "Los fusilamentos del 3 de mayo". Que duda cabe que Goya, aunque afrancesado, hizo un servicio de enorme valor a los patriotas madrileños muertos en la madrugada del 3 de mayo al plasmar en esa pintura universal el alto precio que tuvieron que pagar.  Y es que la libertad que hoy tan fácil tenemos no fue siempre tan barata. Estos 43 fusilados enterrados en el cementerio de La Florida representan a los centenares, sino miles, que las tropas napoleónicas ejecutaron en aquellos días en Madrid. La fama del cuadro perpetuó el suceso y lo dio a conocer más que los libros de historia.

Reproducción del cuadro de los fusilamientos del 3 de mayo


A la entrada del cementerio, hoy prácticamente desaparecido y convertido en el mausoleo de los fusilados, hay un pequeño jardín. Allí podemos ver una reproducción en azulejos del cuadro de Goya realizada por Juan Manuel Sánchez Ríos, de la Escuela de Cerámica, en el año 1982. La Escuela de Cerámica hoy se levanta a escasos metros del cementerio de la Florida. Junto al mosaico de azulejos hay un pebetero que se enciende todos los días 2 de mayo. Ese día conmemora el levantamiento del pueblo madrileño contra el invasor napoleónico y hoy es el día de la Comunidad de Madrid. Todos los 2 de mayo autoridades municipales y de la Comunidad de Madrid acuden al cementerio de la Florida como muestra de respeto a los que aquí fueron enterrados.

Columna conmemorativa
En el mismo jardín hay una columna conmemorativa que se levantó en recuerdo de los fusilados. Podemos ver las huellas de impactos de balas en ella. Había quien creía que fue en este mismo lugar donde fueron fusilados los patriotas. No fue así. Estas huellas de balas corresponden a los tiempos de la Guerra Civil. Toda esta zona oeste de Madrid fue frente de guerra durante años. De hecho, la antigua ermita que aquí se levantaba a pocos pasos de la columna, fue destruida por la explosión de un proyectil.

Dejamos atrás el jardín y entramos en el patio que antecede a la ermita donde está la cripta con los restos de los patriotas fusilados. En el patio encontramos otro cuadro de azulejería regalo de la Escuela de Cerámica. Se trata de la reproducción del lienzo "Los desenterramientos" de Vicente Palmaroli realizada por Cruz Iruela en el año 1974. Representa a fusilados por los franceses el día 3 de mayo que son desenterrados de una fosa común donde los dejaron los gabachos para trasladarles a un cementerio.

Reproducción en azulejo del cuadro "Los desentarrados" de Vicente Palmaroli



 A los pies de la reproducción en azulejos una placa recuerda que en este lugar se enterró a los 43 fusilados de la montaña de Príncipe Pío. Una curiosidad: en el cuadro de Palmaroli aparece una mujer muerta. Entre los 43 fusilados aquí enterrados no hay constancia de que hubiera ninguna mujer, aunque no podemos hacer más que recordar a las muchas madrileñas que dieron su vida también los días 2 y 3 de mayo de 1808. Junto a este rincón de homenaje un alto ciprés, el árbol de los cementerios, se levanta firme como si fuera el guardián de este camposanto histórico.


Ermita del cementerio de la Florida
La ermita es moderna, de 1959 y sustituyó a la antigua ermita que desapareció en uno de los bombardeos de la Guerra Civil. La ermita en sí no tiene ningún valor monumental. En una de las paredes de la capilla vemos una placa de homenaje a Espartero que fue traída de otro edificio y que no pinta nada aquí ya que Espartero no tuvo nada que ver con el triste suceso que aquí comentamos. Parece ser que más pronto que tarde será llevada a otro lugar.

Bajamos unas escaleras para acceder a la pequeña y moderna cripta. Tras una gran placa donde constan los nombre de los fusilados se encuentran los restos de esos 43 héroes del pueblo. La placa nos recuerda que catorce de ellos son héroes anónimos, pues no han podido identificarse.

Cripta del cementerio de la Florida con los nombre de los fusilados del 3 de mayo
El Presidente de la Asociación de Milicianos Nacionales me comentó una curiosidad que aquí quiero compartir. Hay diferentes hipótesis sobre donde fue el lugar de los fusilamientos. Hay quien cree que fue donde hoy se encuentra el Templo de Debob. Como antes hemos comentado otros llegan a confundir los agujeros de bala de la columna del cementerio con el lugar de los fusilamientos. Me comenta que cree que seguramente los fusilamientos fueron junto a la Rosaleda y el lugar donde está la estación del Teleférico, en lo más alto de la calle donde se encuentra el cementerio de la Florida. Un par de datos parecen corroborarlo. Los fusilados no fueron 43. Fueron 44. El que se salvó de las descarga de fusilería huyó de la masacre y en su testimonio dejó dicho que bajó una larga cuesta corriendo hasta dar con la ermita de San Antonio de la Florida. Esta ermita se encuentra a poca distancia del cementerio, tras las vías del tren. Además se cree que los fusilamientos fueron en un pajar o granero cuyos restos al parecer salieron cuando se hicieron las obras del teleférico. Tras la obligada autorización de las autoridades francesas que en ese entonces dominaban Madrid los cadáveres fueron trasladados desde el lugar de fusilamiento al cementerio cercano, el cementerio de la Florida, que había sido inaugurado en 1796.

Estación del teleférico. Lugar donde pudieron ser  los fusilamientos.


Dejamos el cementerio pensando en aquellos duros tiempos y en el sacrificio de aquella pobre gente que, al fin y al cabo, los ha hecho eternos en el recuerdo de los madrileños.

No es mala idea completar la visita acercándonos a la ermita de San Antonio de la Florida. Allí está la tumba del genial Goya, el que nos hace vivir ese momento de horror de los fusilamientos cada vez que contemplamos su gran obra "Los fusilamientos del 3 de mayo" que se encuentra expuesta en el Museo del Prado. 

No muy lejos, cerca del Templo de Debob, deberíamos acercarnos al Monumento al Pueblo del 2 de mayo, magnífica escultura que recuerda la lucha del pueblo de Madrid aquel día. En este enlace tienes más información
.



Localización y visita al Cementerio de la Florida

- Cementerio de la Florida y cripta de los fusilados del 3 de mayo de 1808

El cementerio está habitualmente cerrado salvo el día 2 de mayo, fiesta de la Comunidad de Madrid. Pero gracias a la Sociedad de Milicianos Nacionales Veteranos se puede visitar llamando al 91 365 27 357. El día que yo fui no me fue necesaria concertar visita ya que los sábados de junio estaba abierto de 10 a 13:30.

El pequeño cementerio se encuentra en el Parque del Oeste, en la calle Francisco y Jacinto Alcántara, entre los jardines de La Rosaleda y la ermita de San Antonio de la Florida.