El castillo de Aixita es uno de los castillos que en el Edad Media defendían la Cuenca de Pamplona y por tanto el acceso a la capital del antiguo reino de Navarra, Pamplona. Lo que hace a este castillo singular es su ubicación: se encuentra en la cima de las Dos Hermanas, concretamente en la cima de la Hermana Mayor. Las Dos Hermanas son dos peñas emblemáticas dentro de los montes de Navarra. Tal es así que están representadas en el escudo de la localidad cercana de Irurtzun. También son el escenario de uno de los pasajes más importantes de la novela Amaya o los vascos del siglo VIII novela clásica dentro de la historia de la literatura de Navarra.
- Ruta al castillo de Aixita
El castillo de Aixita desde el camino de subida desde Etxeberri |
Desde esta privilegiada atalaya se controlaba, por una parte, el acceso a Pamplona desde el norte por el paso de Larraun, y, por otra, el acceso noroeste por el valle de la Sakana.
Hay documentación histórica que acredita la existencia del castillo al menos desde el año 1210, en tiempos del reinado de Sancho el Fuerte. También hay constancia de su conquista en 1462 por Juan de Eraso, agramontés, a los beamonteses en el contexto de la guerra civil que enfrentó a estas dos facciones durante el siglo XV. Porteriormente, tras la conquista de Navarra por los castellanos en 1512, el castillo fue destruido.
Afortunadamente, en los últimos años, se ha procedido a excavar, restaurar y consolidar los restos de este histórico castillo. Además se han añadido carteles y escaleras para hacer más didáctica y segura la visita. Ya no suenan los gritos de alarma ni las llamadas a las armas. Hoy, el castillo de Aixita, es un fantástico mirador desde donde se tiene una de las mejores panorámicas de la Sakana y del paso de Oskia.
Panorámica desde el castillo de Aixita. En primer plano Irurtzun. Al fondo, el paso de Oskia |
El castillo de Aixita era parte del entramado defensivo que protegía la Cuenca de Pamplona. Era fundamental en este sistema la comunicación visual entre las fortalezas para comunicar la llegada de enemigos. Así podemos ver cercano el monte Gaztelu, donde estaba el castillo de Orarregi que controlaba el desfiladero de Oskia, que era una de las principales puertas de entrada a la Cuenca de Pamplona en la Edad Media. Poco más allá estaba el castillo de Garaño, también parte de la defensa del paso de Oskia y del que tienen más información en este enlace. Otro de los castillos que controlaba el acceso noroeste es el castillo de Sardea, en la peña Ezkidi. El castillo de Sardea fue un lugar estratégico desde antiguo como acredita la existencia de un castro de la Edad del Hierro con anterioridad al castillo medieval. Este entramado de castillos permitía a Pamplona conocer de manera casi inmediata la aproximación del enemigo. En lo más alto del castillo hay una mesa de orientación donde podemos identificar estos castillos al tiempo que controlamos visualmente el corredor de la Sakana. Irurtzun se encuentra justo debajo, a la sombra de las Dos Hermanas.
El castillo tiene tres niveles de defensa que se adaptan al desnivel de la punta rocosa donde se encuentra enclavado.
Plano del castillo de Aixita en uno de los paneles informativos |
La puerta del castillo de Aixita estaba en el nivel inferior, en la parte más escarpada para mejorar la defensa. Junto a la puerta había dos pequeñas viviendas que hacían las veces de viviendas, garitas y refugio de los guardias de la fortaleza. Si esta primera línea de defensa era superada por los atacantes, los defensores se retiraban a la parte alta del castillo creando una nueva línea de resistencia. Allí encontramos el aljibe, fundamental para aguantar un sitio durante días. El aljibe recogía el agua de lluvia. Aunque hoy no han quedado restos de las construcciones que coronaban la peña seguramente las techumbres tennían canalizaciones para que el agua de lluvia acabara en el aljibe.
Panorámica de valle de la Sakana desde el castillo de Aixita |
Mientras disfrutaba de las panorámicas me vino a la mente lo duro que tuvo que ser para Juan de Eraso y sus hombres tomar el castillo de Aixita. Esta fortaleza es un verdadero nido de águilas, donde los precipicios son la mejor defensa.
Los buitres vuelan majestuosamente sobre el castillo. Hoy miramos su hipnótico vuelo con los prismáticos. Los que en su día atacaron y defendieron el castillo de Aixita seguro que los miraban de otra manera. Si la lucha no era propicia podían acabar siendo el almuerzo de estos inquietantes vecinos.
© Julio Asunción