En mi visita al museo San Telmo de San Sebastián me sorprendió encontrar nada menos que una espada que perteneció a Boabdil, el último rey de Granada. Estaba expuesta sin que se la destacara de manera especial. Ello me llevó a sospechar incluso de su autenticidad y pregunté al personal del museo. Ellos me verificaron que la espada era nazarí y que perteneció a Boabdil.
Luego, en casa, indagué al respecto y efectivamente era así. No hay duda que Boabdil es uno de los personajes más conocidos de la Historia medieval de España. El hecho de ser el último rey nazarí, el que entregó la Alhambra a los Reyes Católicos, le hace el rey sarraceno más conocido. A esto colabora también la serie “Isabel”, donde Boabdil es uno de los personajes claves en los episodios que tratan la conquista de Granada por Isabel y Fernando. Todo ello da un valor añadido a la espada que guarda el Museo San Telmo.
En el Museo del Ejército, en Toledo, se encuentra una de las espadas de Boabdil. Es una de las piezas principales del museo. Lógicamente Boabdil debió tener una buena colección de espadas jinetas. Sólo se han conservado, que sepamos, dos. Y la segunda se encuentra en San Sebastián, muy lejos de la Alhambra.
¿Cómo llegó a San Sebastián la espada de Boabdil? La espada fue donada por la familia Oquendo al museo entre un lote de objetos. Seguramente llegó desde Andalucía en el siglo XV como botín de guerra. Muchos nobles vascos integraban las tropas de los Reyes Católicos y les acompañaron en la campaña granadina donde se dio fin al proyecto que casi había durado ocho siglos: la Reconquista. Podemos imaginar que uno de estos nobles vizcainos se apropió de la espada que luego pasaría de generación en generación hasta hoy.
La espada jineta, que así se llaman este tipo de espadas, no sólo es un arma blanca de excelente fabricación. También es una obra de arte. Un buen ejemplo es la del Museo San Telmo. Destaca sobre todo la cuidada filigrana de la empuñadura. Como destaca Gaspar Aranda en un trabajo para el Museo Arqueológico Nacional: “ Las espadas jinetas constituyen las armas más distinguidas, no sólo por la riqueza de los ejemplares conservados, sino por constituir una producción genuinamente nazarí”.
Además la espada conserva también la vaina, lo que da todavía mas valor a la pieza.
No sabemos si Boabdil usó esta espada alguna vez en batalla. Cosa dudosa si hacemos buena la fama de cobarde que la leyenda le otorga. Resuenan en los libros las palabras que se dice le dirigió su madre: “llora como mujer lo que no has sabido defender como hombre”. Lo cierto es que Boabdil vivió hasta el año 1533, 41 años después de la conquista. Quizás creía en el dicho: “el cementerio está lleno de valientes”. Si hubiera tenido las agallas de usar esta espada defendiendo la Alhambra hubiera tenido una vida más corta. Pero la Historia le hubiera juzgado de otra manera…
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