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EL CASTILLO DE GORRITI - ERMITA DE SANTA BÁRBARA. Escenario de la batalla de Beotibar


Junto a Gorriti se alza un estratégico monte desde el cual se controlaba uno de los más importantes pasos de frontera entre Guipúzcoa y Navarra en la Edad Media. En ese cerro se levantó un castillo que vigilaba una de las entradas por el norte a Navarra. El Castillo de Gorriti.

Aunque era uno más de los castillos que vigilaban la frontera del viejo reino navarro, la Historia le guardaba un protagonismo especial. 

En septiembre de 1321 tropas guipuzcoanas atacaron y tomaron el castillo. Los navarros respondieron al ataque. El gobernador de Navarra reunió un ejército con el que, tras un asedio de varios días, recuperó el castillo.

No contento con esto, el gobernador, que iba acompañado de otros nobles navarros, pasó a tierras guipuzcoanas en una expedición de castigo. Pero al llegar al paraje de Beotibar, se encontró con una emboscada preparada por los guipuzcoanos. El desastre para los navarros fue completo. Es la batalla de Beotibar.

Del castillo donde se prendió la chispa de esta conocida batalla, poco queda. De hecho, hasta hace poco, no se sabía, con seguridad, donde se encontraba. Pero en los años 2001 y 2002, a instancias de Luis Zabala Fernández de Heredia, el equipo de arqueólogos de NAVARK S.L., dirigido por Mikel Ramos Aguirre, se procedió a realizar excavaciones arqueológicas en Malkorraundi, el monte donde se encuentra la ermita de Santa Bárbara. Las excavaciones arqueológicas sacaron a la luz parte de los muros del castillo.

Hoy sabemos que el castillo de Gorriti era un castillo roquero que aprovechaba los escarpes y desniveles del monte como defensa natural. Esta se complementaba con murallas y tres torres. Desde esta atalaya privilegiada, el castillo controlaba buena parte de los valles de los ríos Larráun y Araxes. Aunque las siete catas arqueológicas (120 m²) que se hicieron, se volvieron a tapar para conservar los restos hallados, todavía podemos ver cerca de la ermita restos de muros que pertenecieron al castillo. Las dimensiones del castillo eran de 52,5 metros de longitud en el eje norte-sur, por 36,25 en el eje este-oeste. Tenía una superficie aproximada de 1.900 m².

Restos de los muros del castillo cerca de la ermita de Santa Bárbara

Entre los hallazgos aparecieron puntas de flecha y de ballesta y varias balas esféricas que, según los arqueólogos, pueden ser las primeras muestras del uso de armas de fuego en Navarra. 

El castillo también fue lugar de enfrentamientos durante la Guerra de la Convención (1793-1795), cuando los revolucionarios franceses asaltaron la frontera de Navarra.

Desde el pueblo de Gorriti tardaremos una media hora en llegar a la ermita de Santa Bárbara. La ermita se construyó sobre el lugar donde estuvo la torre principal del castillo. De camino pasaremos junto al prado donde está la estela de Ezurmendi, que está colocada en el lugar donde la tradición dice que fueron enterrados dos merinos navarros, dos de los más importantes nobles, que murieron en la batalla.

Las panorámicas desde la ermita de Santa Bárbara - castillo de Gorriti, no te dejarán indiferente. Verás, hacia el oeste, las Malloas de Aralar que acaban en el monte Balerdi, el lugar donde la leyenda dice que vive Sugar, la serpiente mitológica que se traslada en forma de rayo. 

Balerdi y las Malloas desde la ermita de Santa Bárbara

Hacie el este disfrutarás de una estupenda panorámica de Gorriti. 

En este enlace tienes información de una ruta senderista que, además de subir al castillo de Gorriti, asciende también al cercano monte Elosta. 

- Elosta y Malkorraundi (castillo de Gorriti)

 © Julio Asunción

SENDERO DE LA BATALLA DE MENDIGORRÍA

La batalla de Mendigorría fue una de las más importantes y sangrientas de las Guerras Carlistas. De esta batalla tienes el mapa y más información en este otro post de este blog:

- Batalla de Mendigorría - 15 de Julio de 1835.

El ayuntamiento de Mendigorría habilitó una ruta senderista, el sendero de la batalla de Mendigorría, que recorre el campo de batalla. En este post amplio la ruta marcada subiendo a dos de los cerros donde se hicieron fuertes los carlistas. En uno de ellos, hay una bandera con la cruz de San Andrés, antigua bandera de España que era la que utilizaban los carlistas.

La ruta es sencilla, sin dificultad y con poco desnivel, perfecta para todo el mundo, incluyendo familias con niños. La mayor parte es por pistas de tierra. También es un recorrido apto para bicicletas.

- Distancia: 9,1 km.
- Desnivel máximo: 73 m.
- Desnivel acumulado: 133 m.

- Soporte GPS (track y waypoints de la ruta)


Tras salir de Mendigorría se asciende a los cerros que sirvieron de línea de defensa para los carlistas. Hay que desviarse de la ruta marcada para subir al cerro de Antelugar (443 m.). Aquí encontrarás la bandera carlista, blanca con la cruz de San Andrés en color rojo. Desde Antelugar se tiene la mejor panorámica de Mendigorría.

Mendigorría desde Antelugar

Tras volver a la pista y al recorrido marcado, entramos en el campo de batalla. Pasaremos junto al Alto de la Corona, cuya toma por los liberales decidió la batalla. Puedes desviarte de nuevo y subir a este estratégico cerro, desde donde tendrás un dominio visual completo del campo de batalla.

Continuando la ruta pasaremos cerca de los terraplenes que marcan varias líneas de trincheras de los carlistas. 

Uno de los postes indicadores de la ruta

Parece mentira que lo que hoy son campos de cereal, ese día de verano de 1835, fue la tumba de más de 2.500 soldados.

Atravesamos el campo de batalla hasta cruzar la carretera que lleva a Artajona. Ahora subirás a un cerro alargado. Es uno de los lugares donde los liberales emplazaron la artillería, que fue también clave para que obtuvieran la victoria.

Volvemos a Mendigorría. Antes de bajar al pueblo subirás a otro cerro, que también fue ocupado por los carlistas al principio de la batalla. Desde aquí podrás echar una última mirada al campo de batalla.

© Julio Asunción


MONUMENTO AL PEREGRINO. Alto del Perdón.


El Monumento al Peregrino del Alto de la sierra del Perdón es el mejor y más importante monumento dedicado al Camino de Santiago en Navarra. Destaca por su hermosa factura y su evocador simbolismo. Además, el lugar donde está ubicado es un mirador excepcional sobre la Cuenca de Pamplona. No te lo puedes perder. Además puedes llegar aquí tanto haciendo el Camino de Santiago, como en coche, pues una pista asfaltada recorre el cordal de la sierra del Perdón y pasa junto al monumento.

En el monumento se representan peregrinos de diferentes épocas. Así, vemos a peregrinos medievales que se mezclan con peregrinos actuales. Esto nos recuerda que el Camino de Santiago es un camino milenario. Millones de peregrinos, desde hace siglos, han hecho el Camino de Santiago y han cruzado la sierra del Perdón por el mismo paso donde hoy se ubica el Monumento al Peregrino.

Peregrinos a caballo en el Monumento al Peregrino del Alto del Perdón

Los peregrinos representados en el Alto del Perdón, no están estáticos. Caminan y su mirada se dirige hacia occidente, donde está la tumba del apóstol. Peregrinar es caminar. Y los peregrinos del Alto del Perón, día y noche, no dejan de caminar.


El Monumento al Peregrino se encuentra junto al parque eólico de la Sierra del Perdón, el más antiguo de Navarra. Una hermosa frase describe el lugar de manera poética: Donde se cruza el Camino del Viento con el de las Estrellas. Peregrinos junto a aerogeneradores. Pasado, presente y futuro. El hombre que hace el Camino y la naturaleza que le acaricia con el viento. Son más mensajes que regala el Monumento al Peregrino.

Son doce los peregrinos representados. Un número icónico. 12 son las constelaciones del Zodiaco. El Camino de Santiago es el Camino de las Estrellas, el que sigue la Vía Láctea en dirección hacia occidente.

Y doce fueron los apóstoles. Esto nos la vertiente cristiana, religiosa del Camino. Por tanto, el número 12 conjuga lo cristiano (la peregrinación hacia la tumba del apóstol), con lo pagano (el Camino de las Estrellas). Esto nos recuerda la teoría que defiende que el Camino de Santiago fue una cristianización de la peregrinación ancestral que seguía el recorrido del sol hacia occidente en sociedades prehistóricas que rendían culto al astro rey. 

El conjunto escultórico está realizado en chapa de acero corten, un acero especial que se oxida de manera tal que aguanta la corrosión provocada por las inclemencias atmosféricas sin perder sus características, sin estropearse ni degradarse. 


El origen del Monumento al Peregrino del Alto del Perdón está en la colaboración entre la Asociación del Camino de Santiago en Navarra y la empresa encargada de instalar los aerogeneradores, EHN. El conjunto escultórico se instaló en el año 1996 y el escultor que hizo tan hermoso trabajo es Vicente Galbete. 

El lugar donde está el conjunto escultórico es uno de los mejores miradores de Navarra. Si tienes un día claro verás desde aquí buena parte de Navarra, además de montañas de Aragón y Castilla. Al sur llegarás a ver el Moncayo. Al norte el Ori, el primer dos mil del pirineo. Dos paneles de orientación te ayudarán a identificar los muchos montes y las decenas de pueblos que se divisan desde aquí. Desde este lugar el peregrino echará un último vistazo a Pamplona, un lugar que seguro recordará, ya que es la primera ciudad importante del Camino de Santiago francés en la Península Ibérica.

Panorámica de la Cuenca de Pamplona desde el Monumento al Peregrino

Yo conocí este monumento cuando hice el Camino de Santiago. Desde entonces, he vuelto aquí muchas veces. Me recuerda esa gran experiencia vital que es la peregrinación a Santiago. Me cambió la vida. Además mis ojos se llenan con esos horizontes que recortan las montañas que tanto amo. El Monumento al Peregrino es, sin duda, uno de mis lugares favoritos de Navarra.


Puedes llegar aquí haciendo el Camino de Santiago. El Monumento al Peregrino está entre Zarikiegi y Uterga, en la etapa que lleva de Pamplona a Puente la Reina. También lo puedes hacer en coche. Tendrás que tomar el desvío señalizado en la carretera NA-1110, en el tramo entre Astráin y Legarda.

¡¡Buen Camino!!

© Julio Asunción

FUERTE DE GAZTELUZARRA Belate


Belate es un paraje con muchos atractivos. Los valores naturales del lugar se combinan con la riqueza arqueológica y con la Historia. Podemos encontrar decenas de monumentos megalíticos entre sus prados y hayedos. Pero también las ruinas de un estratégico fuerte que se construyó tras la Tercera Guerra Carlista.


Tras finalizar la Tercera Guerra Carlista (1872-1876), el ejército decidió controlar lugares estratégicos en Navarra con el fin de evitar nuevas insurrecciones. Lógicamente, Belate, paso obligado entre la Cuenca de Pamplona y el valle de Baztán, fue uno de los emplazamientos elegidos. Así, el rey Alfonso XII aprobó en 1879 el proyecto del fuerte de Gazteluzarra. Fue construido en 1883. El fuerte, es también conocido como castillo de Belate (Gazteluzarra significa castillo viejo en euskera).

Las sugerentes ruinas del fuerte de Belate se levantan a menos de un kilómetro en línea recta del puerto de Belate. No tardaremos más de 20 minutos andando para visitarlo.


El fuerte, hasta hace poco, estaba invadido por la vegetación. Vecinos de Almándoz y los Amigos del Camino de Santiago de Urdax-Baztán, han conseguido acondicionar las ruinas, que estaban en gran parte ocultas por la maleza. Además, también recuperaron la historia del fortín consultando documentos guardados en el Archivo Militar de Segovia, entre los que encontraron los planos originales de la construcción.

El fuerte tiene planta de cruz griega, con un torreón octogonal en su centro. Podía alojar a dos oficiales y a 70 soldados. En el fuerte no se llegó a disparar un tiro. Tuvo una vida efímera. Vinieron tiempos más tranquilos y el coste mantener el edificio y una guarnición permanente no era asumible por los gobiernos de entonces. A principios del siglo XX fue abandonado.


Además del atractivo de visitar unas ruinas históricas importantes, la visita al fuerte de Belate nos va a regalar extraordinarias panorámicas del entorno. El fuerte está situado sobre una altura estratégica, con gran control visual del entorno. Esto se traduce hoy en unas vistas que abarcan decenas de kilómetros.

Panorámica desde el Fuerte de Gazteluzarra

En el siguiente enlace te dejo la ruta que lleva al fuerte de Belate. Para mí es la mejor opción senderista en Belate, ya que, además de visitar el fuerte, conoceremos el Monasterio de Belate y la calzada antigua y varios menhires.

- Vuelta de Belate

También tienes aquí el enlace a una ruta más larga y que visita más monumentos megalíticos.

- Megalitismo en Belate


© Julio Asunción


LA LEYENDA DE LA VIRGEN DE RONCESVALLES


La Virgen de Roncesvalles es muy querida en Navarra. De hecho, es la virgen con más número de cofrades de Navarra. En primavera, miles de romeros vienen a visitarla y, en septiembre, los vecinos de los pueblos franceses.

La Virgen también es protectora de los los peregrinos. Por eso, la leyenda de la aparición de la Virgen de Roncesvalles podemos incluirla entre esas bonitas leyendas que encontramos en el Camino de Santiago


Antiguamente se creía que la escultura de la Virgen de Roncesvalles apareció de manera milagrosa. Dicen las antiguas crónicas que un pastor vio como un ciervo acudía a beber de una fuente. El pastor no salía de su asombro. La cornamenta del ciervo estaba iluminada con pequeñas estrellas que le daban un aspecto sobrenatural.

El ciervo que señaló la fuente donde estaba la Virgen de Roncesvalles

El pastor, con cuidado, se aproximó a la fuente y al curioso ciervo.

Cuando estuvo cerca empezó a oir una delicada y hermosa música, tan bella, que parecía cantada por los mismos ángeles.


Ante tal prodigio, el pastor corrió al pueblo y compartió la noticia con los vecinos, que también acudieron a la fuente en las noches siguientes. El ciervo no faltaba a su cita y el canto de los ángeles volvía a oirse, maravillando a todos.

Al final decidieron que tal acontecimiento, que tenían por milagroso, debían comunicarlo al obispo de Pamplona.

El pastor pidió audiencia y le fue concedida. Pero el obispo no le llegó a creer. Pensaba que la historia que contaba el humilde pastor era fruto de la superstición de las buenas gentes de la montaña.

El obispo despidió al pastor con buenas palabras y se retiró a sus aposentos. Se acostó pronto y no tardo en conciliar el sueño. Pero, al poco, fue despertado. fue despertado. A los pies de su cama, rodeado de un hermoso halo de luz, estaba un ángel. El ángel le dijo al obispo, que no salía de su asombro, que lo que el pastor le había contado era verdad y que debía acudir a la fuente porque la Madre de todos le estaba esperando.


Sin perder el tiempo el obispo reunió a una comitiva y se dirigió a Roncesvalles.

Llegaron a la fuente todavía de noche. El obispo ordenó cavar junto a la fuente y, ante la sorpresa y alborozo de todos, apareció la imagen de la Virgen. La plata de su recubrimiento refulgía con las luz de las antorchas, pero, sobre todo, con las primeras luces del amanecer.

Virgen de Roncesvalles

La fuente de los ángeles, donde dice esta antigua tradición que apareció la Virgen se encuentra muy cerca de la Colegiata de Roncesvalles. Allí, un altorelieve recuerda el momento en que el ángel despierta al obispo.

Fuente de los ángeles

Hoy sabemos que la imagen de la Virgen de Roncesvalles se trajo desde Toulouse. Es una joya de la escultura gótica francesa, una de las más importantes imágenes marianas góticas de la Península Ibérica. 

Pero una leyenda tan hermosa merece ser contada y recordada.


© Julio Asunción

VIVIR EN 9 M². CÁPSULA DE LA NAKAGIN CAPSULE TOWER EN LA UNIVERSIDAD DE NAVARRA


¿Se puede vivir en un apartamento de menos de 9 m²? Así lo llevan haciendo en Japón desde 1972, año en que se terminó de construir la Nakagin Capsule Tower, edificio icono del movimiento arquitectónico conocido como Metabolismo. 
La Nakagin Capsule Tower todavía se levanta en el distrito financiero de Tokio y es una de las pocas obras de este movimiento que se llegaron a construir.

Nakagin Capsule Tower en Tokyo 

El edificio está compuesto por dos torres de 14 pisos que albergan 140 módulos o cápsulas prefabricadas y sustituibles de 8,74 m² (2,3x3,8 m). Las cápsulas se disponen como pequeños apartamentos con un aprovechamiento máximo del espacio. Cada cápsula contiene todo lo necesario para la vida de una persona: cama, un pequeño baño, electrodomésticos y espacio de almacenaje. El baño recuerda al de los aviones o los yates. Tiene inodoro, lavabo e, incluso, una pequeña bañera. Entre los electrodomésticos no falta el teléfono, una televisión y un mágnetófono al estilo de los que se usaban en los años 70.

La cápsula desde la ventana-óculo


La Nakagin Capsule Tower fue diseñada por el arquitecto Kisho Kurokawa y se construyó entre 1970 y 1972.

En este invierno de 2020 no hay que desplazarse a Japón para conocer una de estas cápsulas. En el exterior de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Navarra, junto a su entrada, se ha instalado la reproducción exacta de una de estas cápsulas, icono del movimiento Metabolista. 

Localización de la cápsula de la Nakagin Capsule Tower en la Universidad de Navarra:


  
A través de la puerta de entrada y del gran ventanal circular podemos ver su interior perfectamente. 

La gran ventana-óculo, con las vistas al exterior que ofrece, facilita al inquilino la sensación de espacio que no tienen los menos de 9 m² del mini-apartamento. He de decir que, desde dentro, mi primera sensación no fue, en absoluto, de agobio. Me pareció estar en un escenario futurista, como si fuera el camarote de una nave espacial de las que hemos visto en las películas de Hollywood.  

Reproducción de la cápsula de la Nakagin Capsule Tower en la Escuela de Arquitectura

   
La televisión, el teléfono y el magnetófono, eran, en cambio, un viaje al pasado. Son de los años 70, época en que se construyó la torre, tal como antes se ha mencionado.

Actualmente la Nakagin Capsule Tower corre el peligro de desaparecer. Sólo una treintena de cápsulas siguen habitadas. El resto o están abandonadas o son utilizadas como almacén. Los dueños del edificio parece que quieren derribarlo y construir otro edificio más convencional pero más rentable. 

De todas formas, la idea de Kisho Kurokawa permanecerá. Su influencia queda patente en los llamados Capsule Hotels, hoteles económicos, como los Formule 1 de Francia y otras por el estilo.

Si te acercas a la Universidad de Navarra, además de recorrer una de las zonas verdes más atractivas de Pamplona, podrás conocer este hito de la arquitectura. Y para completar la visita puedes hacer el recorrido botánico. Aquí tienes el enlace de la ruta: 


ERMITA ROMÁNICA DE SAN BARTOLOMÉ DE OLZA

Ermita de San Bartolomé. Al fondo, Olza.



Ya me ha pasado más de una vez que paseando por estas tierras de mi amada Navarra, sin esperarlo, me he encontrado con lugares especiales, muchas veces desconocidos, pero que quedarán para siempre en mi recuerdo. Este es el caso de la ermita de San Bartolomé de Olza.



Dando un soleado paseo mañanero de febrero desde Lizasoain, la vi a lo lejos. La claridad de la piedra destacaba en medio del verde de los campos de trigo cuyos brotes empezaban a asomar. Enseguida, mis pasos se desviaron del paseo para acercarme a la ermita. Allí vi una estampa que más me parecía sacada de un cuadro del Romanticismo, de aquellos pintores del siglo XIX que amaban las ruinas por lo misterioso y por la enseñanza dolorosa de que el tiempo, al final, acaba con todo.



La ermita de San Bartolomé todavía soporta el paso de los siglos, pero con dificultad, debido a su abandono. Y la naturaleza no se lo iba a poner fácil, ya que reclamaba el terreno que hace mucho tiempo fue suyo y que el hombre le había robado primero para hacer sus campos de cultivo y, luego, para construir este pequeño templo. Hoy, una naturaleza salvaje que contrasta con el domesticado cereal de los alrededores, se ha hecho dueña de la ermita de San Bartolomé.
Es una pequeña joya del románico. Fue construida en la primera mitad del siglo XIII. Y con no poco esmero. Prueba de ello es la trabajada portada con cinco arquivoltas que se abre en la fachada sur.
La puerta de la ermita ha desaparecido. El interior del templo está ocupado por la maleza que trepa hasta el desaparecido techo, que poco a poco va siendo sustituido por un bonito y tupido manto verde.


La vegetación va invadiendo, poco a poco, la ermita.

La ermita de San Bartolomé todavía conserva su ábside de forma semicircular tan habitual en estas pequeñas y iglesias del románico rural de Navarra.
Pero lo que más me llamó la atención fue la magia de las ruinas y del lugar. El vetusto y sencillo edificio está en medio de un campo de cereal, con los montes que rodean la Cuenca de Pamplona a lo lejos, creando un amplio horizonte para este hito arquitectónico olvidado. Y cerca, en la ladera de un monte cercano, el pueblo de Olza. Seguramente, hace siglos, desde ese pequeño pueblo se acercarían a orar a la ermita. Hoy el tupido follaje del interior del pequeño templo impide la entrada. Es como si la dimensión pagana de la naturaleza hubiera vencido a la religión tradicional evitando que nunca más se celebrara misa aquí.



Me alejo de la ermita volviendo la cabeza para dar último vistazo. Recuerdo la advocación de la ermita: San Bartolomé, santo vencedor de los demonios, patrón de los exorcismos. Y me voy imaginando historias de demonios extraídos de las almas de los infelices ante la antigua imagen de San Bartolomé que hace siglos presidiría la ermita y que hoy creo que está en la iglesia de Olza. Quizás esos demonios, sin humano al que atormentar, aquí se quedaron y, al final, hicieron de la ruinosa ermita su casa. Y, en la noches de luna llena, como en toda buena historia de fantasmas y espectros, se manifiestan entre las retorcidas ramas y las viejas ruinas.


Portada de la ermita de San Bartolomé de Olza

Lástima que Bécquer no llegara a conocer la ermita de San Bartolomé. Seguro que su extraordinario ingenio habría ideado, en este paraje de la Cendea de Olza, una de sus inquietantes leyendas.

Y, para acabar la visita, otra sorpresa. En Lizasoain no te puedes perder el excelente Cordero Místico románico  que se encuentra en la fachada de la iglesia. Está claro que este no es su lugar original. ¿Fue traída de la ermita de San Bartolomé?


Cordero Místico de Lizasoáin

Si te animas a visitar la ermita de San Bartolomé aquí te dejo la localización y el enlace a la ruta desde Lizasoáin:

- Ruta Lizasoían - Ermita de San Bartolomé de Olza en Wikiloc


© Julio Asunción

EL CORAZÓN DE ESPOZ Y MINA EN IDOCIN

Idocin


Una de las biografías más apasionantes de Navarra es la del guerrillero Francisco Espoz y Mina. Desde el pequeño pueblo de Idocin salió este campesino a ponerse al frente de la resistencia Navarra contra el invasor francés. Fue la pesadilla de los napoleónicos durante la Guerra de Independencia (1808-1814). De campesino a general. Su vida bien merece una película. 
Un personaje tan singular no podía desaparecer tras su muerte sin más. Y no sólo me refiero al recuerdo que en la historia han dejado sus victorias contra los franceses. También su cadáver tiene una curiosa historia, tan tétrica como romántica.
Afortunado en el amor, encontró su media naranja en la coruñesa Juana de Vega. Tuvieron un feliz matrimonio. Espoz y Mina murió en 1836. Juana hizo embalsamar su cadáver y lo tuvo hasta su muerte en un oratorio en su propia casa, junto a su dormitorio. Además hizo que también se extrajera el corazón del general. Lo llevó con ella toda su vida hasta su muerte en 1872.
Tras la muerte de Juana de Vega, el cuerpo de Espoz y Mina fue enterrado en el claustro de la catedral de Pamplona, no en el interior, ya que el cabildo de la catedral no estaba muy de acuerdo con las ideas liberales del héroe de la Guerra de la Independencia. Allí reposa, no muy lejos de la plaza del Ayuntamiento, lugar donde vendía hortalizas traídas de su pueblo antes de embarcarse en la lucha contra el "gabacho". En este enlace tienes más información:
¿Y el corazón? Juana pidió que fuera enterrado con ella en La Coruña, en el cementerio de San Amaro. Y así parece que ocurrió. Pero, ¿sigue allí?
En el pequeño pueblo de Idocin defienden que el corazón acabó en el pequeño cementerio de la localidad.
Cementerio de Idocin

Si lo visitamos encontraremos fácilmente la tumba donde se dice que está. Se encuentra nada más entrar en el cementerio. En la lápida reza así: "Año 1866. D. Juan de Dios de Mosa y descencientes".




Está familia emparentó con los condes de Espoz y Mina, por lo que no sería descabellado que, en un momento dado, se hubieran hecho con el corazón. Otra posibilidad es que el famoso guerrillero hubiera dejado dicho que quería ser enterrado en su lugar natal, deseo que, de haber existido, hubieran cumplimentado sus familiares trayendo el corazón.
Tumba donde se dice que está enterrado el corazón de Espoz y Mina.

Es cierto que es más probable que el corazón de Espoz y Mina repose con Juana. Pero hasta que no se abran las tumbas no lo podremos saber a ciencia cierta.
Pero no me cabe duda que Espoz y Mina hubiera dudado del emplazamiento último de su corazón. Por un lado habría querido estar junto a su querida mujer, Juana, que tanto honró su memoria. Pero, por otro lado, también habría querido tener su última morada en el pueblo donde nació y en la tierra por la que tanto luchó: Navarra.
Casa natal de Espoz y Mina

El cementerio se encuentra a cinco minutos de la casa natal de Espoz y Mina y de la iglesia donde fue bautizado. Aunque el corazón estuviera en La Coruña, merece la pena acercarse al pequeño pueblo de Idocin. A la sombra de la emblemática Peña de Izaga, recuerda el humilde lugar de donde salió aquel patriota para defender a su tierra y a los suyos.



  
Y podemos acabar el paseo en el cementerio. Rodeado de vegetación y alfombrado con las hojas del otoño, el pequeño camposanto tiene un aire romántico muy acorde con esta historia de un corazón viajero que, a alguno, se le antojara un tanto tétrica, pero que no deja de dar un colofón singular a la vida extraordinaria del héroe navarro.
© Julio Asunción

BATALLA DE TAFALLA Y LA ERMITA DE SAN GREGORIO


En este artículo vamos a recordar la Batalla de Tafalla o de Barranquiel. También visitaremos el escenario donde sucedió esa importante pero desconocida batalla que enfrentó a navarros contra aragoneses y musulmanes.



Con Sancho III el Mayor el antiguo reino de Pamplona, luego reino de Navarra, fue el más poderoso de los reinos cristianos de la Península Ibérica. Su influencia llegaba desde León hasta Cataluña. Pero tras la muerte del rey en 1035 el reino fue dividido entre sus cuatro hijos. En principio García, al que le correspondieron las tierras originarias del reino, esto es, el reino de Pamplona, tenía jerarquía sobre el resto de sus hermanos, que le debían rendir vasallaje. En la práctica esto no se cumplió. La ambición de todos y cada uno de los hijos de Sancho el Mayor llevó al reino a la guerra y a la división que en un futuro daría lugar a la creación de los reinos de Aragón y de Castilla.



García no era el hijo de más edad de Sancho el Mayor. Lo era Ramiro. Pero el origen bastardo de Ramiro hizó que quedara subordinado a su hermano García. Heredó el dominio sobre el entonces condado de Aragón. No lo consideró suficiente. Ramiro se creía con derecho a ocupar el trono que Sancho el Mayor había dejado vacante tras su muerte.

Para conseguirlo, en el año 1043, reunió un gran ejército. No sólo estaba formado por tropas aragonesas. Estaba reforzado por las taifas de Zaragoza y Huesca a las que había amenazado si no accedían a suministrar tropas para la campaña en la que esperaba hacerse con el dominio del reino de Pamplona desplazando a su hermano García.

Ramiro y García se iban a ver las caras en la Batalla de Tafalla. Esta batalla, desconocida para gran parte de los navarros, es un galardón histórico de primer orden para Tafalla. Allí los tafalleses demostraron su fidelidad, su valor y su compromiso en la defensa del reino. 
Tafalla. A la izquierda el alto de Santa Lucía, lugar donde se encontraba el castillo.


Aprovechando que el rey García se encontraba fuera de Navarra, las tropas aragonesas y musulmanas coaligadas penetraron por el sur de Navarra y se dirigieron hacia Pamplona. Pero en el camino estaba Tafalla, plaza fuerte de primer orden que tenía que caer para asegurar el avance hacia la capital del reino. 

Ramiro pone sitio a Tafalla, que es defendida con fiereza por los tafalleses. Mientras, García reunía su ejército con lo más granado de la nobleza del reino. Y, a marchas forzadas, acude a ayudar a los sitiados. 

Al amanecer de un día de agosto las tropas navarras aparecen a la espalda de los sitiadores sin que estos lo esperaran. Pero esto no suponía una ventaja definitiva debido a la fortaleza del ejército aragonés. 

Pero la acción combinada de las tropas del rey García junto a las salidas que desde Tafalla hacían las milicias tafallesas hizo que en pocas horas el ejército invasor se descompusiera y que, el mismo rey Ramiro, viera en peligro su vida, teniendo que huir al galope hacia Aragón en un caballo prestado. El caballo de Ramiro había sido tomado como trofeo por Sancho Fortúnez, noble pamplonés, que lo entregó al rey García, que, en agradecimiento, le concedió el señorío de Ororbia.

La Batalla de Tafalla se llama también Batalla de Barranquiel, ya que se dio en los campos de Barranquiel, que se encuentran al sur de Tafalla, entre la ciudad y la ermita de San Gregorio.


Campos de Barranquiel entre el cerro de la ermita de San Gregorio y Tafalla

El lugar más idóneo para contemplar el campo de batalla es desde la ermita. Para acceder a ella desde Tafalla hay que dejar el coche junto a las naves que están al sur de la rotonda que enlaza con la autovía. Tendremos que cruzar con cuidado la carretera nacional para subir el carretil que lleva hasta lo alto del cerro donde se encuentra la ermita.



La ermita es posterior a la batalla pero no deja de tener su encanto. Seguramente aquí existiría otra ermita en aquel año 1043. No es difícil imaginarse al rey García rodeado de sus nobles más cercanos contemplando la evolución de la batalla desde el cerro de la ermita de San Gregorio.
  
Ermita de San Gregorio de Tafalla


Desde la ermita podemos contemplar la llanura, atravesada por el río Cidacos, donde aconteció una de las páginas más gloriosas en la historia de Tafalla. También, contemplamos el cerro de Santa Lucía, que se levanta sobre el caserío de Tafalla y que era donde se encontraba el castillo donde se hicieron fuertes los tafalleses que, con sus sorpresivas salidas, ayudaron a la victoria navarra. 

Muy cerca de la ermita hay una estela moderna que, de manera humilde, recuerda la batalla. Reza así: "La ciudad de Tafalla en recuerdo de la Batalla de Barranquiel. Agosto 1043". 


Estela que recuerda la batalla y ermita de San Gregorio

Desgraciadamente no está puesta en el mejor lugar, ya que debería estar más cerca de la ermita y, a ser posible, en el lugar desde donde mejor se contempla el campo de batalla.
Inscripción que recuerda la Batalla de Barranquiel o de Tafalla


Por último podemos acercarnos al cerro de Santa Lucía para completar la excursión a este escenario bélico de Navarra, lugar donde sucedió la Batalla de Barranquiel o de Navarra. Mientras entramos en Tafalla siguiendo la carretera nacional estamos recorriendo el campo de batalla. Seguro que muy pocos de los miles de conductores que cada día circulan por aquí conocen que están atravesando un lugar con historia. 

Desde el lugar donde estuvo el castillo también se contempla, esta vez desde el norte, la llanada donde combatieron navarros, aragoneses y musulmanes. 
Panorámica del campo de batalla desde el castillo de Tafalla


Hoy buena parte de esta llanura esta ocupada por las naves de un polígono y por un campo de fútbol. Los siglos pasan, pero la historia guarda episodios que dan un valor especial a los lugares.Y los campos de Barranquiel son parte importante de la historia de Navarra. 


© Julio Asunción