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EL CORAZÓN DE ESPOZ Y MINA EN IDOCIN

Idocin


Una de las biografías más apasionantes de Navarra es la del guerrillero Francisco Espoz y Mina. Desde el pequeño pueblo de Idocin salió este campesino a ponerse al frente de la resistencia Navarra contra el invasor francés. Fue la pesadilla de los napoleónicos durante la Guerra de Independencia (1808-1814). De campesino a general. Su vida bien merece una película. 
Un personaje tan singular no podía desaparecer tras su muerte sin más. Y no sólo me refiero al recuerdo que en la historia han dejado sus victorias contra los franceses. También su cadáver tiene una curiosa historia, tan tétrica como romántica.
Afortunado en el amor, encontró su media naranja en la coruñesa Juana de Vega. Tuvieron un feliz matrimonio. Espoz y Mina murió en 1836. Juana hizo embalsamar su cadáver y lo tuvo hasta su muerte en un oratorio en su propia casa, junto a su dormitorio. Además hizo que también se extrajera el corazón del general. Lo llevó con ella toda su vida hasta su muerte en 1872.
Tras la muerte de Juana de Vega, el cuerpo de Espoz y Mina fue enterrado en el claustro de la catedral de Pamplona, no en el interior, ya que el cabildo de la catedral no estaba muy de acuerdo con las ideas liberales del héroe de la Guerra de la Independencia. Allí reposa, no muy lejos de la plaza del Ayuntamiento, lugar donde vendía hortalizas traídas de su pueblo antes de embarcarse en la lucha contra el "gabacho". En este enlace tienes más información:
¿Y el corazón? Juana pidió que fuera enterrado con ella en La Coruña, en el cementerio de San Amaro. Y así parece que ocurrió. Pero, ¿sigue allí?
En el pequeño pueblo de Idocin defienden que el corazón acabó en el pequeño cementerio de la localidad.
Cementerio de Idocin

Si lo visitamos encontraremos fácilmente la tumba donde se dice que está. Se encuentra nada más entrar en el cementerio. En la lápida reza así: "Año 1866. D. Juan de Dios de Mosa y descencientes".




Está familia emparentó con los condes de Espoz y Mina, por lo que no sería descabellado que, en un momento dado, se hubieran hecho con el corazón. Otra posibilidad es que el famoso guerrillero hubiera dejado dicho que quería ser enterrado en su lugar natal, deseo que, de haber existido, hubieran cumplimentado sus familiares trayendo el corazón.
Tumba donde se dice que está enterrado el corazón de Espoz y Mina.

Es cierto que es más probable que el corazón de Espoz y Mina repose con Juana. Pero hasta que no se abran las tumbas no lo podremos saber a ciencia cierta.
Pero no me cabe duda que Espoz y Mina hubiera dudado del emplazamiento último de su corazón. Por un lado habría querido estar junto a su querida mujer, Juana, que tanto honró su memoria. Pero, por otro lado, también habría querido tener su última morada en el pueblo donde nació y en la tierra por la que tanto luchó: Navarra.
Casa natal de Espoz y Mina

El cementerio se encuentra a cinco minutos de la casa natal de Espoz y Mina y de la iglesia donde fue bautizado. Aunque el corazón estuviera en La Coruña, merece la pena acercarse al pequeño pueblo de Idocin. A la sombra de la emblemática Peña de Izaga, recuerda el humilde lugar de donde salió aquel patriota para defender a su tierra y a los suyos.



  
Y podemos acabar el paseo en el cementerio. Rodeado de vegetación y alfombrado con las hojas del otoño, el pequeño camposanto tiene un aire romántico muy acorde con esta historia de un corazón viajero que, a alguno, se le antojara un tanto tétrica, pero que no deja de dar un colofón singular a la vida extraordinaria del héroe navarro.
© Julio Asunción

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