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MIRANDA DE ARGA Recorrido monumental

Miranda de Arga es uno de los pueblos de la Zona Media de Navarra. Se encuentra a 47 kilómetros de de Pamplona. Lo he visitado varias veces. Aunque no está en las rutas turísticas habituales para mí tiene un encanto especial. Y creo, que si lo visitas, también va a dejar en tí un buen recuerdo.



El nombre de la localidad ya nos da pistas de parte de sus atractivos. Miranda, recuerda a la mirada, y, efectivamente, las panorámicas que se disfrutan desde lo alto del torreón carlista o desde el entorno de la torre del reloj ya hacen que merezca la pena la visita al pueblo. De Arga, porque el río Arga, el más navarro de los ríos, acaricia el caserío por su parte norte.
Por otro lado Miranda de Arga tiene monumentos muy interesantes, como la Iglesia de la Asunción o el Palacio de los Colomo.


En el siguiente enlace tienes el track del paseo que recomiendo. Con este recorrido, que a continuación se explica, no te perderás ninguno de sus monumentos importantes.
Podemos dejar el coche en la plaza del Ayuntamiento, en la parte baja del pueblo. El ayuntamiento se aloja en uno de los edificios civiles más importantes de Navarra, el Palacio de los Colomo, también conocido como Casa de las Torres. Es un edificio del siglo XVIII. Hay que destacar el equilibrio entre su robustez y su elegancia. Si llevas prismáticos fíjate en los detalles del gran escudo coronado,  como el barco que hay bajo el blasón. Las columnas salomónicas introducen el movimiento justo en la sobria fachada. El palacio está elevado sobre la plaza, dando todavía más prestancia al monumento.


Palacio de los Colomo o Casa de las Torres, actual sede del ayuntamiento de Miranda de Arga

Desde el palacio subiremos en dirección a la  iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Junto a la iglesia está la Torre del reloj (s XVI). Es una mezcla de gótico (parte inferior) y mudéjar (parte superior). Tuvo al mismo tiempo función de campanario, de torre de vigilancia y de acceso a la villa a través del arco que perfora su parte inferior.

Torre del reloj
El siguiente monumento a visitar es la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Es gótica (s.XIII, XIV), con reformas posteriores, como el pórtico del siglo XVIII.

Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción


Recomiendo hacer la visita el domingo por la mañana ya que encontraremos la iglesia abierta. Así podremos ver sus bóvedas góticas y su interesante retablo. Pero lo que no te puedes perder es la imagen gótica de Santa María de Miranda, del siglo XIV. Destaca su tamaño, mas grande que las habituales vírgenes góticas navarras que apenas llegan al metro de altura. Echa de nuevo mano a los prismáticos para ver de cerca las claves de las bóvedas. Así no te perderás a un valiente caballero medieval que galopa sobre su corcel, un cordero místico, un santo obispo y un antiguo escudo de Navarra.
Cuando acabes de visitar la iglesia por dentro no guardes los prismáticos. Al salir de la iglesia los necesitarás para ver de cerca a las cigüeñas, que han hecho sus nidos sobre la torre de la iglesia y la torre del reloj. Escucharás el crotorar, el sonido que hacen las cigüeñas con sus picos.
En la plaza del pueblo hay una moderna escultura que homenajea al Mirandés más conocido, Bartolomé de Carranza. Fue Arzobispo de Toledo y llegó a ser confesor del rey Felipe II. En la estrecha calle que se abre frente a la iglesia, cruzando la plaza, esta la casa donde nació. Una placa lo recuerda.

Plaza con el monumento a Bartolomé de Carranza

Seguimos subiendo por las calles del pueblo hasta llegar a mi lugar preferido de Miranda de Arga, el cerro que corona el caserío, conocido como el Alto de los moros. Allí se encuentra la Ermita de Nuestra Señora del Castillo. La ermita es del siglo XVII. La tradición dice que en origen se erigió aquí una primera ermita para conmemorar la victoria contra los sarracenos. Esto nos recuerda que esta fue zona de frontera allá por el siglo IX, cuando la Reconquista empezaba a afianzarse en tierras de Navarra.
Junto a la ermita hay un pequeño jardín-cementerio. Allí encontraremos otra columna salomónica que parece haberse escapado de la fachada del Palacio de los Colomo. Quizás quería embellecer el templo de la patrona del pueblo, la Virgen del Castillo.

Ermita de Nuestra Señora del Castillo.

El Alto de los Moros ha tenido un alto valor estratégico desde hace milenios, ya que aquí se ubicó antiguamente un castro de la Edad del Hierro y posteriormente un castillo medieval, del que todavía podemos apreciar restos del aljibe y de alguna de sus torres.


Restos de uno de los torreones del antiguo castillo de Miranda de Arga.

En tiempos más recientes, ya en el siglo XIX, siguió teniendo importancia militar. Así lo prueba la torre fusilera carlista que corona la cima. Con mucho acierto se ha dejado abierto el acceso a la torre y se ha construido una escalera moderna que permite acceder hasta hasta lo alto de la misma. Eso convierte al torreón carlista en un atractivo de primer orden, ya que las vistas desde aquí son impresionantes.


Torreón carlista de Miranda de Arga

Desde lo alto del torreón nos sentiremos como las cigüeñas que sobrevuelan el campanario de la iglesia, como águilas que planean por los cielos de Navarra o como vigías medievales que escrutan los horizontes para evitar ataques inesperados. Llegaremos a ver la iglesia fortaleza de Ujué, la Higa de Monreal asomando tras la sierra de Alaiz, Montejurra, la montaña sagrada carlista, y muchas otras sierras que delimitan esta zona media con la zona de la montaña de Navarra. Más cerca, el río Arga, que parece desviarse en un gran meandro para besar a Miranda, que, agradecida y coqueta, mira su belleza reflejada en las aguas del río.



Tras llenarnos los ojos de panorámicas, de montañas y de horizontes, volvemos a la plaza de la iglesia. En vez de bajar por las calles, ahora atravesaremos la torre del reloj y descenderemos por un camino zigzagueante hacia el río. Allí veremos el robusto puente que lo cruza y una fuente coronada por un monolito. Sólo nos queda volver al coche. Todavía nos queda una última mirada al monumental Palacio de los Colomo.
Mientras atravesamos el río de vuelta a casa me digo que Miranda de Arga es uno de esos pueblos que dan a quien los visita más de lo que se espera. Sus algo más de 800 habitantes tienen que estar orgullosos. Seguro que volveré a recorrer sus cuestas, a disfrutar de sus panorámicas o a vivir sus fiestas.
© Julio Asunción

MUSEO DE GUADALAJARA - Palacio del Infantado


El Museo de Guadalajara se encuentra en un marco incomparable. Está instalado en el Palacio del Infantado, uno de los edificios renacentistas más importantes de España. Sólo por contemplar este palacio, de espectacular fachada y no menos interesante patio, merece la pena acercarse a Guadalajara. De hecho, el Palacio del Infantado es el monumento más importante de la ciudad.
La exposición permanente de museo ha sido actualizada recientemente. Aunque estéticamente es impecable, no me parece acertado que se mezclen las piezas sin tener en cuenta la cronología. Me resulta muy extraño ver un mosaico romano junto a terracotas policromadas barrocas. No obstante tiene contenido muy interesante, tanto que su visita es imprescindible para cualquiera que se acerque a visitar Guadalajara.
Espero que este artículo te valga como una sencilla guía de las piezas que no puedes perderte si visitas el museo. Las relaciono en el orden según se van encontrando al recorrer las salas:
- Escultura femenina de mármol de Zenón de Afrodisias de época romana (s. II d.C.).

- Curioso retrato de San Diego de Alcalá realizado por pintor anónimo del siglo XVII. No es que sea una maravilla, pero llama la atención el pequeño conejo que lleva en su mano.

- Herramientas de herrero de época celtibérica del poblado de El Atance (s I a.C.)

- Las terracotas policromadas de Luisa Roldán, llamada La Roldana. Son delicadas obras de escultura de una gran artista del barroco.

- Se exponen varios tesorillos de monedas. A mí el que más me llamó la atención son los denarios de la ceca de Bolskan. Son monedas de plata de época celtíbero-romana (100-80 a.C.)

- Colgante de oro de época visigoda de Zorita de los Canes (s.VI-VII d.C.)

- Un fragmento de mosaico de época romana (s. II d.C.) de la villa de San Blas.

- Espadas celtibéricas: una espada de frontón y una espada de antenas y una vaina de espada procedentes de Prados Redondos (Sigüenza). Están muy bien conservadas. Merece la pena fijarse en el mango decorado de la espada de antenas y en las acanaduras de la hoja de la espada de frontón.

- Reproducción de los enterramientos de la Edad del Bronce de la Loma del Lomo de Cogolludo. Destaca el enterramiento en el que se depositaron como ofrenda dos cochinillos. Corresponde a un enterramiento infantil que se realizó bajo una de las casas del poblado. 

- Pieza importante es el magnífico vaso campaniforme de la cueva del Destete (Valdepeñas de la Sierra). Está datado entre el 2600 y 1700 a.C. Podemos decir que es la cerámica más valiosa dentro del patrimonio arqueológico de Guadalajara.

- Cerca del vaso campaniforme se expone el ajuar de la tumba 5 de la necrópolis de Prados Redondos. Es el enterramiento de un guerrero. Además de las armas (lanza, espada, etc) destaca el bocado de caballo.

- Destacables también son los recipientes de vidrio romanos los siglos III y IV d.C. de la necrópolis de las Zorreras. Cerca de esta vitrina hay una estela funeraria de época romana muy rústica (I d.C.)

- Muy interesante es el brasero calado de época celtibérica (s. VI a.C.) encontrado una vivienda del castro del Ceremeño (Herrería). Es un objeto raro dentro de la cerámica que se encuentra en los yacimientos arqueológicos de esta cultura.

- En otra vitrina destacaremos la colección de ídolos prehistóricos (Calcolítico y Edad del Bronce). Llama la atención un ídolo antropomorfo de terracota de la Loma del Lomo datado entre el 2300-1600 a.C. 

- También relacionado con el mundo espiritual en la prehistoria se expone una plaqueta de pizarra grabada encontrada en la Cueva de la Hoz (Santa María del Espino). Es del periodo Magdaleniense (15000 – 10000 a.C.).

- Una pieza curiosa es el cuchillo de circuncidar en hierro y hueso procedente de Molina de Aragón.

- Entre los cuadros destaca la Virgen de la Leche de de Alonso Cano. Es una de las obras más representativas de este museo.

- Otro cuadro a resaltar es San Francisco recibiendo los siete privilegios de José de Ribera (s.XVII). No te pierdas la cara del ángel. Juraría que es el retrato de alguien conocido por el pintor. Más parece un chaval de la calle que un ser etéreo cercano a Dios.

Con el cuadro de Ribera terminamos la primera parte del museo. Seguidamente pasamos a la zona dedicada a los Mendoza, familia noble que fue propietaria de este palacio.
- Sepulcro de doña Aldonza de Mendoza (s.XV). Mágnifico sepulcro procedente del monasterio de San Bartolomé de Lupiana (Guadalajara). Hay que detenerse en el retrato de la enterrada y en el esmero en el tratamiento del cojín sobre el que reposa la cabeza. Si te gusta este sepulcro no te debes perder el del Comendador de la Orden de Santiago Don Rodrigo Campuzano, que se encuentra en la ermita de San Nicolás, también en Guadalajara. Es una de las esculturas funerarias mejor conseguidas de las que he visto en mis viajes.

- En las últimas salas nos podremos hacer una idea de la riqueza que en su día debieron tener las estancias del palacio. Destacan las pinturas de las bóvedas, obra del florentino Rómulo Cincinato (s.XVI). Además, con gran acierto, en las salas de Atalanta y en la de las Batallas una instalación audiovisual, sumamente original y didáctica, nos guía por el significado de las pinturas. Pocos saben que Atalanta y su amado Hipómenes, convertidos en leones, son los que tiran del carro de la diosa Cibeles, tal como están representados en la famosa fuente de Madrid.

El Museo de Guadalajara nos permite conocer uno de los mejores edificios de arquitectura civil de toda España y al mismo tiempo nos ofrece una interesante colección de arqueología y arte. Todo ello convierte al Palacio del Infantado en un atractivo turístico de primer orden. No te lo pierdas.
© Julio Asunción