Si visitamos Santoña, una hermosa localidad de la costa cántabra que se encuentra en una de las más bellas bahías del norte, no debemos perdernos la visita a su iglesia. Se encuentra cerca del paseo marítimo. En ella, encontramos a Santa María del Puerto, la patrona de la localidad.
La imagen de Santa María del Puerto tiene una interesante historia. La tradición dice que Juan de la Cosa, ilustre marino santoñés, la llevó con él en el viaje de descubrimiento de América. La tradición podría ser cierta. Juan de la Cosa era el propietario de la carabela Santa María y viajó con Colón en la epopeya del descubrimiento del nuevo continente. No sería de extrañar que los marinos cántabros que viajaron con Colón llevaran a su Virgen en una aventura tan arriesgada para sentirse más protegidos, máxime en tiempos donde la fe impregnaba todavía todos los actos humanos, y más aquellos en los que uno se jugaba la vida. Se dice que el nombre de la carabela Santa María podría venir precisamente de Santa María del Puerto, la virgen marinera.
Esta tradición da un encanto especial a la pequeña Virgen. Sería la primera imagen de María que llegara a América.
La Virgen del Puerto es una talla gótica sedente con Niño. Aunque su cronología no está determinada con precisión hay que pensar en una obra de los siblos XIV o XV. Otra curiosidad de la patrona de Santoña es que parte de las joyas que componen su tesoro fueron regaladas por Eva Perón, la que fue carismática líder argentina.
A la Virgen del Puerto se la quiere no sólo en Santoña, sino en toda la comarca. La mejor manera de comprobarlo es todos los 8 de septiembre, día en que se celebra su fiesta. Ese día la Virgen del Puerto protagoniza la tradicional procesión marinera de la localidad. Ese día recorre las calles de Santoña en Carroza para luego navegar por la bahía con el acompañamiento de los barcos de la localidad.
También podemos comprobar el cariño de los santoñeses a su patrona en la gran escultura a ella erigida al final del paseo marítimo, en la misma entrada de la bahía. La gran imagen de la Virgen del Puerto se inauguró en diciembre de 1.996. Llegamos a ella tras superar un centenar de escalones desde el final del paseo marítimo. El lugar donde se encuentra la virgen moderna se convierte así en un excelente mirador sobre la bahía que flanquean Santoña y Laredo.
Desde la entrada a la bahía, la gran Virgen de cinco metros de altura observa el salir y entrar de los barcos. Seguro que muchos pescadores que bajo ella pasan tienen un recuerdo y una oración para ella cuando salen a ganarse la vida en ese mar, siempre peligroso, que es el cantábrico.
© Julio Asunción
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