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LA RUTA DE SANCHO VII EL FUERTE

Pulsa en las imágenes para ir a los diferentes hitos de la ruta.
Sepulcro de Sancho VII el Fuerte - Roncesvalles Sucedió hace 800 años. Era lunes, el 16 de julio de 1.212. Dos grandes ejércitos, uno bajo la protección de la medialuna y otro amparado por la cruz, se enfrentaron en los campos de Jaén. Cristianos y almohades iban a dirimir en las Navas de Tolosa la que iba a ser la batalla más importante de la Reconquista. Hay historiadores que opinan que de haber sido derrotados los VIDRIERA DE LA BATALLA DE LAS NAVAS DE TOLOSA - Roncesvalles cristianos es posible que toda la península Ibérica hubiera vuelto a manos sarracenas. De hecho, el califa Al-Nasir había reunido el mayor ejército que se había visto hasta el momento tras convocar la Yihad o guerra santa en Al-Andalus y en el norte de África. Conocido como el Miramamolín o señor de los creyentes, Al-Nasir había jurado  no parar hasta abrevar sus caballos en el Tíber, el río romano.
SANCHO EL FUERTE EN LA CATEDRAL DE TUDELA


Convocados por el papa Inocencio III, tres reyes cristianos que eran enemigos hicieron causa común para frenar el peligro almohade: Alfonso VIII de castilla, Pedro II de Aragón y Sancho VII el Fuerte de Navarra.
En esta crucial batalla, el rey Sancho el Fuerte y sus navarros, desempeñaron un papel protagonista. El contingente SANCHO EL FUERTE Y EL CASTILLO DE TUDELAnavarro, encabezado por su rey, fue el primero que se abrió paso hasta el palenque de Al-Nasir, acabando con la última resistencia de los sarracenos.
Ya antes de la batalla el rey navarro había tenido una actuación clave. Poco  se ha señalado el hecho de que Alfonso VIII pensó antes de la contienda en deshacer la expedición y dirigirse contra el rey de León, que estaba hostigando las fronteras de Castilla.

SANCHO EL FUERTE EN EL PALACIO DE NAVARRA - Pamplona En ese momento fue el rey Sancho quien airado levantó la voz al rey castellano y le dijo aquello de: “yo no he venido a luchar contra cristianos, sino contra sarracenos”. Tales argumentos, apoyados por Pedro II y  por el arzobispo de Narbona, vencieron las intenciones de Alfonso VIII y la expedición pudo continuar. Si no hubiera sido por Sancho el Fuerte, es posible que el ejército cristiano se hubiera deshecho y que Al-Nasir, MONUMENTO DE LA BATALLA DE LAS NAVAS DE TOLOSA - La Carolinaluchando contra tropas divididas, hubiera logrado sus objetivos.

Nunca sabremos a ciencia cierta qué hubiera pasado de haber vencido el Miramamolín. De lo que no hay duda es que tras la victoria cristiana la Reconquista ya no tenía marcha atrás. Las puertas de Andalucía estaban abiertas al avance cristiano. En pocas décadas sólo quedó para el Islam el reino de Granada que todavía perduró más de 200 años pagando parias e impuestos a los reyes de Castilla.
Centro de interpretación de la Batalla de las Navas de TolosaEl rey Sancho el Fuerte, gracias a su heroica intervención en la batalla de las Navas de Tolosa, se ha convertido en uno de los símbolos que forman el espíritu de Navarra. Ha pasado a ser ejemplo del valor, la fuerza y la nobleza de los navarros.
Mapas de la Batalla de Las Navas
En esta ruta recorreremos los lugares de Navarra que evocan al rey Sancho el Fuerte. Tres hitos principales recuerdan los pasos del monarca: Tudela, donde vivió y murió; Pamplona, donde su simbolismo está muy presente; y Roncesvalles, donde reposan sus restos.
Desplazándonos cientos de kilómetros desde Navarra, sigue la ruta en Jaén, donde visitamos el museo-centro de interpretación de la Batalla de las Navas de Tolosa que se encuentra en el mismo lugar donde sucedió el histórico acontecimiento. También nos acercamos a la Carolina, pueblo cercano donde se levanta un monumento a los protagonistas de la histórica victoria contra los sarracenos. Y finaliza con un mapa interpretativo de la batalla que llevó el nombre de los tres reyes que participaron en la batalla a ser indelebles para siempre en los libros de Historia.
Se me ocurrió esta ruta como homenaje al rey Sancho el Fuerte  en conmemoración del octavo centenario de la Batalla de las Navas de Tolosa. Aquel lunes 16 de julio de 1.212 es una fecha que debe ser recordada por todos nosotros. Hoy, inmersos en la sociedad de lo “políticamente correcto” se pasa por esta batalla de puntillas en las escuelas. Grave error. Quien olvida su propia Historia, es como el que pierde la memoria: no sabe quien es ni a dónde va. 

© Julio Asunciónjulioasuncion@hotmail.com






SEPULCRO DE SANCHO VII EL FUERTE - Roncesvalles

Sepulcro de Sancho VII el Fuerte - Roncesvalles
En el norte de Navarra, entre bosques brumosos de hayas de verdor espectacular, está la Real Colegiata de Roncesvalles. Es un lugar legendario como pocos, donde el famoso guerrero franco Roldán encontró la muerte y donde miles de peregrinos desde hace más de 1.000 años encuentran el mejor paso del Pirineo para seguir su ruta hacia la tumba de Santiago bajo la atenta y bondadosa mirada de la Virgen de Localización Sepulcro de Sancho VII el Fuerte - Roncesvalles Roncesvalles.


Este mítico lugar tenía que ser el mejor sitio para acoger el enterramiento del también mítico rey Sancho VII el Fuerte. Lugar muy querido por Sancho, fue objeto de abundantes beneficios por parte del monarca que no sólo favoreció a la Real Colegiata, sino que se preocupó de la alimentación y cobijo de los peregrinos que iban a Santiago otorgando generosas donaciones.
El rey descansa en el centro de la sala capitular del claustro de la Colegiata. Aquí reposan los restos mortales del rey Sancho VII y también los de su esposa Clemencia. La estatua del rey es de la primera mitad del siglo XIII y de gran valor, no sólo por su antigüedad sino por ser el retrato más fidedigno que tenemos de Sancho. Lo original es la estatua. La parte inferior, la caja del sepulcro, es de 1.912, de cuando se trasladaron los restos del rey desde la iglesia a su actual ubicación.
Sancho el Fuerte de Navarra - Roncesvalles
Lo primero que llama la atención es el tamaño de la estatua del rey: 2,25 m. Y es que semejante sepulcro corresponde al que fue el rey de más envergadura de todas las dinastías hispanas. Según el médico forense y biógrafo del rey Sancho, Luis del Campo, el rey pudo alcanzar los 2,23 metros de altura. Sobre el tema he publicado un artículo donde defiendo que esta altura está un tanto exagerada, y donde concluyo que el rey debió medir alrededor de los 2,10 metros, tras utilizar tablas antropométricas más actualizadas de las que en su día utilizó Luis del Campo (ver enlace). Esta excepcional altura la da el tamaño del fémur del rey que supera los 60 cm. de largo. Jaime I, que llegaba a los dos metros de altura, cuando se reunió con Sancho el Fuerte en el castillo de Tudela quedó sorprendido de la talla del ya viejo y encorvado rey navarro y dejó escrito en su crónica: “nos abrazamos mutuamente, y vimos que era de tan aventajada estatura como nos”. Sancho era un verdadero gigante en su época.


En el sepulcro se le representa como monarca pero también como guerrero. Así, reposa su mano izquierda en la gran espada que mide 1,29 cm. La mano derecha se sitúa sobre el pecho. Según Ángela Franco, en su estudio sobre la iconografía funeraria gótica, esta disposición de las manos es alusión a la reverencia del caballero por los ideales de la fe cristiana y en consecuencia a la fe en el más allá.
Sancho VII el Fuerte - Estatua yacente de Roncesvalles
Otra curiosidad de la escultura del rey son sus piernas cruzadas. Esta disposición viene de una tradición inglesa. Hay varias teorías sobre su simbolismo. La más sugerente llama a esta pose la “postura del cruzado”. El cruce de las piernas aludiría a la condición de cruzado del difunto. Sepulcro de Sancho el Fuerte - Piernas cruzadas - RoncesvallesRecordemos que el hecho principal del reinado de Sancho fue la batalla de las Navas de Tolosa. Esta batalla era una cruzada convocada por el papa Inocencio III, que llamó a la guerra a los caballeros cristianos para frenar al rey moro Al-Nasir. La disposición de las manos completaría el simbolismo del rey como cruzado: la diestra en el pecho, la religión; la zurda sobre la espada, defiende la religión con la espada. Los más escépticos atribuyen esta postura a una seña de identidad de los caballeros ingleses, costumbre funeraria que conocería Sancho por su relación familiar con Ricardo Corazón de León.
En el muro sur de la Sala Capitular está la magnífica vidriera que representa la carga de caballería que encabezó el rey Sancho contra el palenque del Al-Nasir, momento decisivo de la batalla de Las Navas de Tolosa que ha perpetuado al rey navarro en la Historia.
A los pies del rey, en una pequeña capilla, encontramos uno de los tramos de las cadenas que rodeaban la tienda del rey moro y que el rey Sancho trajo como trofeo a modo de decir que él y sus tropas fueron los primeros que afrontaron la última línea de defensa enemiga. En realidad son dos tramos separados pero que aquí se han dispuesto unidos sobre un cojín rojo haciendo la forma del escudo de Navarra.
DSCN9790 El mausoleo del rey Sancho tiene algo que invita a lo épico, a la mística romántica, aquello que forma el sentimiento de un pueblo. Ya lo decía José Antonio Jáuregui en su obra La tribu navarra: “Cualquier navarro sigue navarrizándose al visitar la tumba de Sancho el Fuerte…”
Dejamos la Colegiata de Roncesvalles entre brumas de niebla y de Historia. Allí queda para siempre el rey que apoyó a su enemigo Alfonso VIII poniendo por delante la Fe y la generosidad al deseo de revancha y obteniendo el premio de ocupar un lugar indeleble en la Historia de Navarra y en la Historia de España. Aquel rey que se desvivió por conservar su reino, el que con su valor logró el reconocimiento del reino de Navarra por los demás reyes cristianos y por el Papa. Un rey que pasaba los dos metros de altura. Murió triste y sólo en Tudela. Con él acababa la dinastía Jimena, la última dinastía pirenaica.
Pero Sancho vuelve a la vida cada vez que una familia navarra o un colegio visita por primera vez Roncesvalles para ver la tumba de Sancho el Fuerte. Los ojos y la imaginación de los pequeños se abren de par en par cuando los padres, los profesores o los guías les cuentan las hazañas de un rey gigante, de novela, aventurero y aguerrido, que parece más un héroe de cantar de gesta que un personaje real. El rey al que Guillermo de Tudela, el poeta que asistió a la batalla de las Navas, calificó como “el mejor caballero que jamás montó en silla”. Y del que dijo Anelier, el trovador de Tolosa: “Hubo en Navarra un rey, más valiente que un león; llamose el rey Sancho; ya murió; Dios le haya perdonado.”

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SEPULCRO DE DON RODRIGO CAMPUZANO - Guadalajara

Sepulcro de Rodrigo Campuzano - Guadalajara

Una de las grandes sorpresas que encontré en mi visita a Guadalajara fue el sepulcro de D. Rodrigo de Campuzano. Me había advertido un amable alcarreño que no me lo perdiera. Con razón. Es uno de los Localización Sepulcro de Rodrigo Campuzanomejores  sepulcros góticos que he visto.


La estatua yacente se encuentra en la iglesia de San Nicolás que está en la misma calle mayor, la más concurrida y de más sabor de la ciudad. Como la iglesia de San Nicolás no es de las más visitadas de la ciudad, muchos visitantes de Guadalajara se pierden esta joya artística.

La estatua de D. Rodrigo de Campuzano se encuentra en una pequeña capilla a la derecha de la nave principal de la iglesia. Es de finales del siglo XV. Se ha atribuido al maestro Sebastián de Toledo. Está integrada en un catafalco neoclásico, ya que el descendiente de D. Rodrigo, el Conde de Montemar traslado los restos y la escultura funeraria al actual lugar en 1.772. Cuando murieron el Conde de Montemar y su esposa, los restos suyos se unieron a los de D. Rodrigo.

D. Rodrigo de Campuzano murió en 1.488. Fue Comendador de la Orden de Santiago. Tan ilustre caballero está representado en su estatua yacente como si acabara de fallecer. La capa de caballero de Santiago le cubre el lado izquierdo del cuerpo. Es de admirar los pliegues y la caída que tiene la capa, que más que piedra parece verdadera tela.

Iglesia de San Nicolás - Sepulcro de D. Rodrigo Campuzano

Sepulcro de Rodrigo Campuzano - Detalle de las manos Entre sus manos agarra la espada. La empuñadura representa la cruz, aspecto religioso tan presente en las órdenes militares. Es tal la maestría del escultor que podemos apreciar hasta las venas que se marcan en el dorso de la mano derecha.

Admirable también es la cota de malla que asoma debajo de la armadura. Podemos contar las anillas de metal (aquí de alabastro) que forman la cota de malla. Su Detalle de la cota de malla - Sepulcro de la Iglesia de San Nicolás - Guadalajaratextura contrasta grandemente con la armadura. La armadura tiene detalles tan  buenos como los cierres y las correas que la sujetan. También gran detalle tienen los escarpes, que son esos botines de metal que protegen los pies.

El retrato del personaje es otro de los aspectos más interesantes de la escultura. No vemos aquí ninguana idealización del Comendador de Santiago. Vemos un retrato auténtico. Don Rodrigo no era muy atractivo. Apreciamos unos ojos un tanto saltones y una cara no muy amable.

Rodrigo Campuzano - Guadalajara

Paje triste - Sepulcro de D. Rodrigo Campuzano A los pies de D. Rodrigo vemos a un paje que apoya elegantemente el codo en el casco del fallecido. Representa la tristeza por la muerte de su señor.

No podemos dejar de sorprendernos por la perfección anatómica de la representación, la fineza del retrato o el realismo de capa y armadura. Pero tampoco podemos dejar pasar una de las claves de la estatua. Debajo del cojín que sujeta la cabeza del fallecido, podemos ver varios libros. Simbolizan que D. Rodrigo era un hombre no sólo preocupado por la carrera de las armas. También le interesaba la cultura y el conocimiento. D. Rodrigo es un hombre del siglo XV. Murió a finales de la centuria. Tiempos tardogóticos. A las puertas del Renacimiento. Y en el Renacimiento era tan importante para un caballero cultivar tanto la espada como las letras. Don Rodrigo era un erudito que poseía una importante bibliotes. Por otra parte el uso de libros como almohada es muy raro en el arte funerario hispano.

Libros - Sepulcro de D. Rodrigo Campuzano

Se dice de esta estatua que tiene la calidad del doncel de Sigüenza. Es cierto que D. Rodrigo no era tan agraciado como el doncel. Pero de lo que no hay duda es que aquel que visite Guadalajara y no haga una visita al Comendador de la Orden de Santiago se perderá una de las mejores joyas artísticas de Guadalajara.

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SANCHO EL FUERTE EN EL PALACIO DE NAVARRA

Sancho el Fuerte en el Salón del trono del Palacio de Navarra

Tudela fue la corte preferente del rey Sancho VII. Ocasionalmente Estella y Olite también fueron residencia real. Pero no así Pamplona, que era señorío eclesiástico, donde el obispo era el que gobernaba. No obstante, en la capital navarra también encontramos la huella del rey fuerte.

Localización Palacio de Navarra

Toda la simbología que evoca a Sancho el Fuerte la tenemos en el Palacio de Navarra. Fue construido a mediados del siglo XIX por José Nagusia. Este edificio representa el autogobierno de Navarra, siendo la sede de las instituciones forales. Como edificio que respira navarridad, en su decoración no podía faltar el recuerdo al rey que ha transcendido la Historia para ser uno de los símbolos de Navarra.

Sancho VII el Fuerte - Palacio de Navarra - Pamplona La fachada principal, que da al Paseo Sarasate, está adornada por las estatuas de dos reyes navarros. Son Sancho III el Mayor y Sancho VII el Fuerte. El primero está representado como un diplomático. Fue el que gracias a una acertada política matrimonial en la familia real llevó al reino de Navarra a su mayor extensión. A Sancho el Fuerte se le representa como el guerrero que fue buena parte de su vida. Las estatuas son obra de Fructuoso Orduña uno de los mejores escultores navarros. Vemos al rey sosteniendo espada, escudo y las cadenas rotas que ganó como trofeo en la batalla de Las Navas de Tolosa. Esta tipología luego influyó en Loperena cuando realizó su estupenda escultura de Tudela.

- Estatua de Sancho el Fuerte en Tudela.

Tapiz de la Batalla de las Navas de Tolosa - Palacio de Navarra - Pamplona Pero es dentro del Palacio de Navarra donde evocamos con más intensidad al héroe de las Navas. En el despacho de Presidencia encontramos el tapiz de la batalla de las Navas de Tolosa. Allí vemos al rey Sancho abriéndose paso con su maza entre los esclavos negros que defendían la tienda del rey moro. Es una de las imágenes más arquetípicas del rey.

- Tapiz de la Batalla de Las Navas de Tolosa

Ante el tapiz podemos recordar los versos que compuso Hermilio de Olóriz hace 100 años, en el séptimo centenario de la batalla de las Navas:

Con la ferrada maza
el Rey Don Sancho el cadenaje abruma;
ya encendido en furor lo despedaza;
ya el estandarte de Navarra ondea
sobre el palenque moro: Sancho el Fuerte
busca al jefe Islamita….. pero en vano.
¿Quién se opondrá a la fuerza gigantea
del adalid cristiano?
¿Quién al trabar con él ruda pelea
podrá lograr que su valor repliegue?
Sólo quien a apagar la lumbre llegue
del rayo que en los aires centellea.

Palacio de Navarra - Sillas del despacho del Gobierno de Navarra En la sala siguiente, donde se reúnen los miembros del gobierno de Navarra también está presente Sancho. Las sillas donde despachan los miembros del gobierno de Navarra están adornadas con águilas negras, emblema del rey Sancho el Fuerte, y tapizadas con la representación de las cadenas ganadas en la batalla de Las Navas. El arrano beltza (águila negra) también lo vemos en uno de los pasillos del Palacio, decorando la vitrina que contiene las mazas y el estandarte de Navarra, símbolos del reino.

Arrano Beltza y estandarte de Navarra - Palacio de Navarra

Nuestra visita al Palacio de Navarra acabará en el hermoso Salón del Trono. En su ilustrada bóveda está también Sancho el Fuerte junto a otros reyes de Navarra. Pero el rey de las Navas es el que más representación tiene en la sala más importante del palacio. También le vemos dirigiendo a sus hombres a la batalla de las Navas de Tolosa en una de las pinturas que detallan momentos cumbres de la Historia de Navarra. Y, por último, colgadas del dosel del trono, Cadenas de Las Navas de Tolosa - Palacio de Navarravemos el uno de los tramos de las cadenas que se conservan (los otros tramos están en Tudela y Roncesvalles). Originariamente las cadenas del Palacio de Navarra no estuvieron aquí. Se trajeron del monasterio de Irache. Allí estaban expuestas en el presbiterio de la iglesia, donde hoy hay una reproducción.

La visita al Palacio de Navarra, también conocido como Palacio de la Diputación, se puede realizar en las jornadas de puertas abiertas en los días anteriores al Día de Navarra (3 de diciembre).

- El Palacio de Navarra

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SANCHO VII EL FUERTE Y LA CATEDRAL DE TUDELA

Mulos en la catedral de Tudela

La catedral de Tudela es la joya artística principal de la ciudad. A caballo entre el románico y el gótico es también uno de los monumentos principales de Navarra. Pero también nos cuenta historias relacionadas Localización Catedral de Tudela con el rey Sancho VII el Fuerte.

 
Relieve de Caballero - Posible Sancho el FuerteLa entrada a la catedral la tenemos por el Museo de Tudela. Allí, en el vestíbulo, está el relieve gótico, del siglo XIII, conocido como “caballico de Santiago” ya que su lugar de origen era el hospital de Santiago. Vemos a un jinete aceptando la rendición de dos musulmanes. Hay quien ha identificado a este guerrero como a Sancho el Fuerte victorioso tras la batalla de las Navas de Tolosa.

Pasando por el extraordinario claustro de finales del románico, construido en vida del rey Sancho VII, entramos en la catedral. La empezó a edificar Sancho el Sabio y tuvo un gran impulso constructor en tiempos de Sancho el Fuerte. En la catedral hemos de fijarnos en los capiteles de las naves. En varios de ellos vemos relieves de mulos. Se han interpretado en relación con episodios de la vida del rey. En Tudela, en las fiestas de San Nicolás, el año 1.207, su hermano Fernando murió al caer de un caballo cuando un cerdo se cruzó en el camino de su montura. Posteriormente, según la Crónica del príncipe Carlos de Viana, el único hijo legítimo de Sancho, también llamado Fernando, murió cayendo de un caballo cuando en una partida de caza perseguía a un oso. Según la tradición estos sucesos hicieron que el rey Sancho rechazara los caballos. De hecho, está documentado que en la batalla de las Navas de Tolosa no montó un caballo, sino a un mulo siciliano. Los mulos de la catedral aludirían a esta preferencia del monarca y concretamente al fiel macho siciliano que montó en la histórica batalla.

Mulo - Catedral de Tudela


Cadenas de la batalla de Las Navas de Tolosa - Catedral de Tudela Entre la belleza arquitectónica y la riqueza artística de la catedral de Tudela, no debe pasarnos desapercibido un hito fundamental relacionado con el rey Sancho. Si nos acercamos al hermoso retablo flamenco que decora el presbiterio de la catedral, a la izquierda del mismo, veremos uno de los tramos de las cadenas de la batalla que se conservan. Cadenas que rodeaban la tienda del Miramamolín Al-Nasir, el rey musulmán que fue vencido en la batalla de Las Navas de Tolosa. Una cartela debajo de las mismas nos informa que el rey las regaló a la catedral. ¿Cuántas veces a lo largo de su vida el rey Sancho asistiría aquí a los oficios litúrgicos mientras veía las cadenas que recuerdan la hazaña que marcó su reinado y su recuerdo?

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ESTATUA DE SANCHO EL FUERTE - Tudela

Estatua de Sancho el Fuerte - Tudela La escultura del rey Sancho el fuerte de Navarra, se encuentra en la plaza que tiene el mismo nombre que el homenajeado, la plaza de Sancho VII el Fuerte en la parte moderna de la ciudad.

Localización Monumento de Sancho VII el Fuerte - Tudela

Para interpretar la estatua hemos de trasladarnos mentalmente desde la moderna plaza en que se encuentra al campo de batalla de Las Navas de Tolosa, en el año 1.212. La crucial batalla que decidió la Reconquista ha terminado. El gigantesco rey navarro (medía más de dos metros de altura) se alza soberbio con la espada todavía desenfundada. Su semblante es sereno tras la gran victoria, ya que hay que imaginarlo en el momento de haber derrotado al Miramamolín, pues en la misma mano que porta el escudo  también aferra un trozo de las cadenas que rodeaban la tienda del califa a modo de protección y que los navarros tuvieron que romper en el asalto final. Sobre el pecho, asomando bajo la capa, vemos la cruz del cruzado. Nos recuerda que la batalla de las Navas de Tolosa era una cruzada convocada por el papa Inocencio III. La majestad del rey, la fortaleza del guerrero, la moral del cruzado. Rey, guerrero y cruzado, todo ello queda excelentemente representado en la escultura.

Arrano Beltza - Estatua de Sancho el Fuerte - Tudela El escudo que porta el rey está adornado con el arrano beltza o águila negra que fue el emblema que el rey Sancho el Fuerte portó toda su vida. Hasta hace no muchos años se pensaba que el rey creó el actual escudo de Navarra incorporando las cadenas ganadas como trofeo en la batalla de las Navas de Tolosa. Lo cierto es que esto ocurrió dos siglos después. El escudo de Navarra era un simple escudo con refuerzos de metal que convergían en el centro (el blocado). Este escudo lo empezó a usar su padre, Sancho el Sabio y luego lo siguieron usando los reyes de dinastía francesa que sucedieron a Sancho el Fuerte. Con el paso del tiempo se tuvo la perspectiva histórica suficiente para apreciar la enorme importancia de la batalla de Las Navas de Tolosa. Fue entonces cuando las cadenas pasaron a formar parte del escudo sustituyendo al blocado. Carlos III el noble y el príncipe de Viana, ya hablan de las cadenas que desde entonces no abandonarían el escudo convirtiéndose en símbolo y emblema de Navarra.

La estatua del rey fue erigida por iniciativa de la Real Sociedad de Amigos del País de Tudela en el año 1.981. Una curiosidad. En el frontal del pedestal está grabado como fecha de nacimiento el año 1.160. Actualmente se considera que el rey nació hacia el año 1.154.

Loperena trabajando en la estatua de Sancho el Fuerte La escultura es obra del artista Antonio Loperena, escultor de Arguedas que falleció en 2.010 y que pasó de ser pastor y ganadero en las Bardenas a ser uno de los artistas más premiados de Navarra con obra repartida en varios países de América y Europa. La realizó en piedra dorada de Salamanca, “la clásica piedra de afilar” según decía el autor, piedra caliza sumamente dura y difícil de trabajar. La estatua pesa cinco toneladas de peso. Se inspiró en la estatua yacente de Roncesvalles, el retrato más fidedigno del rey que se conserva, si bien el artista rejuveneció al monarca para mostrar al rey Sancho en la plenitud de su fuerza. Para la pose del monarca tomó como modelo la estatua del rey Sancho de Fructuoso Orduña que está en una de las fachadas del Palacio de la Diputación de Pamplona, si bien allí es más monarca palaciego y aquí más guerrero montañés. Aunque las dos esculturas tienen gran calidad, la de Loperena tiene más espíritu, más fuerza, y representa mejor el aspecto heroico del monarca en la jornada de Las Navas.

Loperena calificó a su escultura de Sancho el Fuerte como su obra maestra, de la que se sentía más orgulloso. En la revista Guía del Arte y de la Cultura del año 1.984 se decía: “En esta obra de arte que le perpetuará, se consagra como uno de los artistas navarros más destacados de todos los tiempos”.

Seguro que a Sancho, el rey-guerrero que hace 800 años arriesgó todo en los campos andaluces, también le gustaría la escultura.

Lo que no le gustaría tanto es el lugar donde está ubicada, rodeada de edificios nuevos y de poco encanto. El rey que vivió y murió en Tudela, el rey navarro más vinculado con la ciudad del Ebro, merecería campear orgulloso en un lugar principal, como la Plaza de los Fueros, o junto a la catedral o en algún rincón de sabor medieval como las inmediaciones de la iglesia románica de la Magdalena. Quien sabe. La dura piedra de la escultura de Sancho, igual que su memoria, aguantará el tiempo. Puede que tras la crisis algún alcalde sensible a la Historia corrija el error. Sancho, los tudelanos y los visitantes de la ciudad se lo agradecerán.

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SANCHO EL FUERTE Y EL CASTILLO DE TUDELA

Castillo de Tudela - Cerro de Santa Bárbara

Tudela es la ciudad más estrechamente relacionada con el rey navarro. Fue la corte principal de Sancho VII el Fuerte. Ya era residencia real en tiempos de su padre Sancho el Sabio. Por eso se piensa que Sancho el Localización Castillo de Tudela - Cerro de Santa Bárbara Fuerte nació aquí, hacia el año 1154.


El palacio-castillo de Tudela se encontraba en el cerro de Santa Bárbara. Tras admirar la bella iglesia románica de la Magdalena, atravesamos la antigua judería de la ciudad medieval y ascendemos al alto que domina la ciudad y que está en el origen mismo de Tudela. Debido a su gran importancia estratégica, con un gran dominio visual del entorno y controlando el paso del Ebro, el cerro de Santa Bárbara ha estado ocupado ininterrumpidamente desde hace miles de años. Aquí se han encontrado vestigios de la Edad del Bronce, de la Edad del Hierro, romanos, visigodos y también del antiguo castillo musulmán. Prueba de ello son los restos arqueológicos encontrados en sus laderas, como cerámicas de varias épocas o el enterramiento infantil del siglo VI a.C. que se expone en el Museo de Tudela.

Vista del cerro de Santa Barbara sobre el río Ebro - Tudela

Torreón - Castillo de Tudela Hoy poco queda del antiguo castillo medieval que fue residencia y palacio de Sancho el Fuerte. Las excavaciones arqueológicas han sacado a la luz varios torreones y lienzos de muralla del que debió ser uno de los castillos principales y más poderosos del reino de Navarra. Sobre los restos de la torre del homenaje, en lo más alto del cerro, se levantó en 1942 un monumento al Sagrado Corazón, conocido cariñosamente como “el manotas”, por las grandes manos con las que bendice. Seguro que desde donde hoy mira el Cristo, muchas veces se asomó el rey Sancho el Fuerte desde lo alto de su castillo para disfrutar del paisaje ribero y del anchuroso río Ebro que como una hermosa cinta de agua parte la fértil llanura. Y es que el disfrute de las panorámicas desde el parque habilitado en lo alto del cerro de Santa Bárbara es uno de los grandes atractivos para el visitante. Desde aquí se tienen las mejores vistas de la ciudad de Tudela.

Panorámica desde el castillo de Tudela

Las estancias del rey se encontraban aquí, en la torre del Homenaje. Aquí pasó muchos años de su vida, y algunos de los más amargos. En los últimos años de su existencia, acosado por la enfermedad, se alejó del mundo en este castillo. Tan extremo fue su retiro que se le llegó a cambiar el apodo de “el Fuerte” por “el Encerrado”. Momentos de amargura aumentados por no tener descendencia legítima que le sucediera, por la muerte de sus hermanas Blanca y Berenguela en 1.229 y 1.230 respectivamente y de varios de sus hijos bastardos, como el querido Ramiro que murió en 1.228 y fue obispo de Pamplona o Guillermo, que seguramente perdió la vida combatiendo en Mallorca en las huestes de Jaime I el Conquistador y que era una de las principales opciones para asegurar la sucesión real dentro de la familia.

Restos de muros del Castillo de Tudela - Cerro de Santa Bárbara

En el castillo sucedió otro de los episodios clave en la vida del monarca y que está relacionado con el rey de Aragón. En 1231, tres años antes de su muerte, cuando ya viejo y achacoso veía con gran preocupación el futuro de la corona, decidió prohijar al joven rey Jaime I para que le sucediera en el trono. La entrevista se celebró en el castillo de Tudela, donde posteriormente lo más granado de la nobleza navarra y aragonesa juró el acuerdo. El motivo: prefería la unión de Navarra con Aragón tal como había sucedido anteriormente en tiempos Sancho Ramírez, Pedro I y Alfonso el Batallador. Así protegía a Navarra contra las aspiraciones y la fuerza creciente de Castilla. Además odiaba dejar el trono a su sobrino francés Teobaldo, al que no tragaba. No tuvo suerte el rey Sancho, ya que tras su muerte los nobles navarros se inclinaron por el rey francés dejando sin efecto su decisión.

La muerte visitó al rey Sancho VII en el castillo de Tudela el 7 de abril de 1.234. Seguro que dejó este mundo recordando sus hazañas guerreras, principalmente la batalla de las Navas de Tolosa, contienda que le dio la fama que ha llegado a nuestros días

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julioasuncion@hotmail.com

SEPULCRO DE JIMÉNEZ DE RADA – Santa María de Huerta - Soria

Sepulcro del Arzobispo Jiménez de Rada - Santa María de Huerta - Soria

En Santa María de Huerta, pequeño pueblo de la provincia de Soria con menos de 400 habitantes, se encuentran los restos mortales del Arzobispo Rodrigo Jiménez de Rada.

Localización Sepulcro Jiménez de Rada El pueblo se encuentra junto a la A-2, la autovía que comunica Madrid con Barcelona.

En el Monasterio cisterciense de Santa María de Huerta, el principal monumento de la localidad, se encuentra el sepulcro de esta figura clave de la Edad Media en España.

En este año 2.012, que se cumple el octavo centenario de la batalla de Las Navas de Tolosa, no podemos olvidarnos del arzobispo-guerrero, del intelectual que fue el cerebro gris de la cruzada que culminó con la mayor victoria sobre los sarracenos de la Reconquista.

Jiménez de Rada - Sepulcro en el Monasterio de Santa María de Huerta Junto a los reyes Alfonso VIII de Castilla, Pedro II de Aragón y Sancho el Fuerte de Navarra encabezó los ejércitos cristianos en los campos de Jaén. Rodrigo Jiménez de Rada limó las asperezas que separaban a los reyes e insufló en las tropas de la Cruz el ardor espiritual que multiplicó sus fuerzas y les llevó a la victoria. En plena batalla, cuando la situación se tornaba adversa a las tropas cristianas, es famoso el diálogo que mantuvo con el rey Alfonso VIII que parecía verse abocado a otra derrota como la de Alarcos:

- ¡Arzobispo, muramos aquí yo y vos!

A lo que Jiménez de Rada contestó:

- ¡De ningún modo, aquí os impondréis a los enemigos!

El resultado ya es sabido. Los sarracenos derrotados y el timón de la Historia dirigido hacia lo que hoy somos.

Sepulcro del Arzobispo Jiménez de Rada - León En la iglesia del monasterio cisterciense está su antiguo sepulcro del siglo XIII. Allí le vemos representado como el eclesiástico. Lleva báculo y mitra. El paso del tiempo ha erosionado sus facciones, que no dejan entrever la enorme personalidad que debió tener en vida. Mientras en la estatua se representa al eclesiástico, en los tres leones sometidos bajo el peso del sepulcro podemos interpretar el valor guerrero que el Arzobispo mostró en vida.
 
Los restos de Jiménez de Rada no se encuentran en el sepulcro medieval . Están en el presbiterio de la Iglesia. Se encuentran en el sarcófago de la derecha. Enfrente están los de San Martín de Finojosa, abad del monasterio.

Sarcófago con los restos de Jiménez de Rada - Santa María de Huerta - Soria

Rodean al arzobispo frescos del siglo XVI de Bartolomé de Matarana. En ellos podemos ver la doble vertiente humana de Jiménez de Rada. A la izquierda el sacerdote, bendiciendo a las tropas cristianas antes de la batalla. A la derecha el guerrero, encabezando a las tropas castellanas junto a Alfonso VIII y sustituyendo el báculo por la lanza.

Monasterio de Santa Maria de Huerta - Jiménez de Rada y Alfonso VIII en la batalla de Las Navas de Tolosa

Es probable que sus restos debieran descansar en Navarra. El Monasterio de Fitero reclamó los restos mortales del eclesiástico navarro más importante de la Historia. Jiménez de Rada había encargado un sepulcro allí, monasterio al que había favorecido grandemente. Además el arzobispo era navarro. Nació en Puente la Reina o en Rada. El hecho de estar en el monasterio de Santa María de Huerta se debe a haberlo dispuesto así en su testamento. Pero hay quien duda de la autenticidad del mismo y  piensa en una maniobra de los monjes de Santa María de Huerta para albergar la tumba de tan eminente persona.

A pesar de esta polémica, lo cierto es que hoy descansa casi en la frontera entre Castilla y Aragón, y muy cerca de Navarra. Parece como si el destino le hubiera dado su última morada en un lugar equidistante al centro de los tres reinos. Es como si nos recordara sus gestiones constantes para eliminar las disputas entre reinos vecinos y unirlos ante el peligro común. Quizás desde su tumba todavía quiera decirnos algo…

- Monumento de Jiménez de Rada y San Martín de Finojosa.

© Julio Asunción
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