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BATALLA DE TAFALLA Y LA ERMITA DE SAN GREGORIO


En este artículo vamos a recordar la Batalla de Tafalla o de Barranquiel. También visitaremos el escenario donde sucedió esa importante pero desconocida batalla que enfrentó a navarros contra aragoneses y musulmanes.



Con Sancho III el Mayor el antiguo reino de Pamplona, luego reino de Navarra, fue el más poderoso de los reinos cristianos de la Península Ibérica. Su influencia llegaba desde León hasta Cataluña. Pero tras la muerte del rey en 1035 el reino fue dividido entre sus cuatro hijos. En principio García, al que le correspondieron las tierras originarias del reino, esto es, el reino de Pamplona, tenía jerarquía sobre el resto de sus hermanos, que le debían rendir vasallaje. En la práctica esto no se cumplió. La ambición de todos y cada uno de los hijos de Sancho el Mayor llevó al reino a la guerra y a la división que en un futuro daría lugar a la creación de los reinos de Aragón y de Castilla.



García no era el hijo de más edad de Sancho el Mayor. Lo era Ramiro. Pero el origen bastardo de Ramiro hizó que quedara subordinado a su hermano García. Heredó el dominio sobre el entonces condado de Aragón. No lo consideró suficiente. Ramiro se creía con derecho a ocupar el trono que Sancho el Mayor había dejado vacante tras su muerte.

Para conseguirlo, en el año 1043, reunió un gran ejército. No sólo estaba formado por tropas aragonesas. Estaba reforzado por las taifas de Zaragoza y Huesca a las que había amenazado si no accedían a suministrar tropas para la campaña en la que esperaba hacerse con el dominio del reino de Pamplona desplazando a su hermano García.

Ramiro y García se iban a ver las caras en la Batalla de Tafalla. Esta batalla, desconocida para gran parte de los navarros, es un galardón histórico de primer orden para Tafalla. Allí los tafalleses demostraron su fidelidad, su valor y su compromiso en la defensa del reino. 
Tafalla. A la izquierda el alto de Santa Lucía, lugar donde se encontraba el castillo.


Aprovechando que el rey García se encontraba fuera de Navarra, las tropas aragonesas y musulmanas coaligadas penetraron por el sur de Navarra y se dirigieron hacia Pamplona. Pero en el camino estaba Tafalla, plaza fuerte de primer orden que tenía que caer para asegurar el avance hacia la capital del reino. 

Ramiro pone sitio a Tafalla, que es defendida con fiereza por los tafalleses. Mientras, García reunía su ejército con lo más granado de la nobleza del reino. Y, a marchas forzadas, acude a ayudar a los sitiados. 

Al amanecer de un día de agosto las tropas navarras aparecen a la espalda de los sitiadores sin que estos lo esperaran. Pero esto no suponía una ventaja definitiva debido a la fortaleza del ejército aragonés. 

Pero la acción combinada de las tropas del rey García junto a las salidas que desde Tafalla hacían las milicias tafallesas hizo que en pocas horas el ejército invasor se descompusiera y que, el mismo rey Ramiro, viera en peligro su vida, teniendo que huir al galope hacia Aragón en un caballo prestado. El caballo de Ramiro había sido tomado como trofeo por Sancho Fortúnez, noble pamplonés, que lo entregó al rey García, que, en agradecimiento, le concedió el señorío de Ororbia.

La Batalla de Tafalla se llama también Batalla de Barranquiel, ya que se dio en los campos de Barranquiel, que se encuentran al sur de Tafalla, entre la ciudad y la ermita de San Gregorio.


Campos de Barranquiel entre el cerro de la ermita de San Gregorio y Tafalla

El lugar más idóneo para contemplar el campo de batalla es desde la ermita. Para acceder a ella desde Tafalla hay que dejar el coche junto a las naves que están al sur de la rotonda que enlaza con la autovía. Tendremos que cruzar con cuidado la carretera nacional para subir el carretil que lleva hasta lo alto del cerro donde se encuentra la ermita.



La ermita es posterior a la batalla pero no deja de tener su encanto. Seguramente aquí existiría otra ermita en aquel año 1043. No es difícil imaginarse al rey García rodeado de sus nobles más cercanos contemplando la evolución de la batalla desde el cerro de la ermita de San Gregorio.
  
Ermita de San Gregorio de Tafalla


Desde la ermita podemos contemplar la llanura, atravesada por el río Cidacos, donde aconteció una de las páginas más gloriosas en la historia de Tafalla. También, contemplamos el cerro de Santa Lucía, que se levanta sobre el caserío de Tafalla y que era donde se encontraba el castillo donde se hicieron fuertes los tafalleses que, con sus sorpresivas salidas, ayudaron a la victoria navarra. 

Muy cerca de la ermita hay una estela moderna que, de manera humilde, recuerda la batalla. Reza así: "La ciudad de Tafalla en recuerdo de la Batalla de Barranquiel. Agosto 1043". 


Estela que recuerda la batalla y ermita de San Gregorio

Desgraciadamente no está puesta en el mejor lugar, ya que debería estar más cerca de la ermita y, a ser posible, en el lugar desde donde mejor se contempla el campo de batalla.
Inscripción que recuerda la Batalla de Barranquiel o de Tafalla


Por último podemos acercarnos al cerro de Santa Lucía para completar la excursión a este escenario bélico de Navarra, lugar donde sucedió la Batalla de Barranquiel o de Navarra. Mientras entramos en Tafalla siguiendo la carretera nacional estamos recorriendo el campo de batalla. Seguro que muy pocos de los miles de conductores que cada día circulan por aquí conocen que están atravesando un lugar con historia. 

Desde el lugar donde estuvo el castillo también se contempla, esta vez desde el norte, la llanada donde combatieron navarros, aragoneses y musulmanes. 
Panorámica del campo de batalla desde el castillo de Tafalla


Hoy buena parte de esta llanura esta ocupada por las naves de un polígono y por un campo de fútbol. Los siglos pasan, pero la historia guarda episodios que dan un valor especial a los lugares.Y los campos de Barranquiel son parte importante de la historia de Navarra. 


© Julio Asunción

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