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VIRGEN DE HUARTE

DSCF2507A veces encontramos joyas de arte desconocidas, alejadas de los lugares turísticos, pero que tienen una importancia y una belleza fuera de lo común. Es el caso de Nuestra Señora la Blanca, también conocida como la Virgen Blanca de Huarte. Una verdadera sorpresa para cualquiera que guste del arte y una visita obligada para los amantes del arte gótico.
Localicazión Virgen de Huarte
Huarte es una localidad cercana a Pamplona. Allí no acuden los turistas a pasar el día. Pero en su iglesia parroquial, la iglesia de San Juan Bautista, sólo accesible cuando se abre al culto, se guarda un tesoro: La Virgen Blanca.
El nombre de esta preciosa talla le viene de la blancura del alabastro en que está realizada. Esto, el estar hecha de mármol blanco policromado, frente a la madera habitual de las vírgenes de bulto redondo de la época, es sólo una de las curiosidades que hace a esta imagen mariana única dentro del patrimonio artístico de Navarra.
 

Otra de las curiosidades es que sabemos perfectamente quién la encargó, el año de realización y el lugar donde se hizo. Una inscripción en la peana nos lo dice. Martín de Huarte, un comerciante de Huarte que comerciaba en Pamplona. La encargó en el año 1349 en París. Seguro que los negocios no le iban mal a Martín de Huarte. Una pieza de tal calidad no debió costarle barato. Junto con la imagen de la Virgen de Roncesvalles, que procede de Toulouse, es la única virgen de Navarra de la que sabemos con absoluta seguridad su procedencia.
  
Tanta información la convierte en excepcional. Desde antiguo los expertos, tanto españoles como franceses, se han fijado en ella. Es una de las escasas imágenes marianas francesas del siglo XIV datadas. Sólo se conocen  siete ejemplares más de vírgenes francesas que estén perfectamente datadas. En Navarra es un caso único.
   
Inscripción de la Virgen de Huarte

La Virgen Blanca de Huarte tiene un encanto especial. Mide 92 centímetros más 13 de la peana. En la mano derecha sostiene un ramo de flores que parecen lirios. El lirio blanco simboliza la pureza. El blanco del mármol blanco con que está realizada la Virgen Blanca incide en este simbolismo de la pureza y la virginidad de María.

En esta obra gótica, la imagen de la Virgen adquiere todo el protagonismo. La escultura está hecha para ser vista preferentemente desde una posición frontal. De esta manera la Virgen fija los ojos en el observador, mientras que el Niño deja vagar su mirada hacia la izquierda. Además la cara y el cabello de María están mejor trabajados que los del Niño.

Virgen Blanca de Huarte - Navarra
Virgen de Huarte - arte gótico en Navarra
También la túnica de María está mucho más elaborada que la del Niño. La vestimenta de la Virgen es de una belleza sorprendente. El mármol blanco está trabajado con una gran delicadeza. Los ropajes se ondulan y se superponen unos pliegues sobre otros. Parecen una cascada de agua que fluyera del pecho de la Virgen hacia sus pies.
   
¿Y la pose? La cintura de la Virgen se inclina muy levemente, de manera naturalista. El cuerpo de María forma una S que va desde la cabeza a los pies. Debajo de los ropajes sobresale el calzado de la Virgen. Los pies no están alineados, como en el barroco. Otra muestra del naturalismo gótico.
   
La policromía embellece el conjunto. Los cabellos de la Virgen caen graciosamente como una cascada dorada sobre sus hombros. El Niño Jesús tiene el pelo del mismo color.
   
Los ribetes azules del manto de la Virgen colaboran a la sensación de caída natural de la túnica. Se crea un juego de curvas casi orgánico, que crea cierta sensación de movimiento que nos vuelve a alejar del estatismo románico. La Virgen Blanca de Huarte es puro gótico.
   
La mano izquierda se nos muestra delicada. Sujeta la flor con mimo. Es la delicadeza femenina de la Virgen como mujer.
   
La mano derecha sujeta al Niño con firmeza. Es la fuerza de la mujer como madre dispuesta a luchar y a padecer por su hijo.
   
Lirio y mano de la Virgen Blanca de Huarte        Niño y mano izquierda de la Virgen Blanca de Huarte

En la cara de la Virgen de Huarte encontramos el mayor misterio de la imagen. Es una cara delicada y muy bella. Mira hacia el espectador con mirada serena. Pero cuando revisé las fotos me di cuenta de un detalle curioso. Según la luz que ilumine la escultura y el ángulo en que se mire parece que unas veces nos dedica una ligera sonrisa (foto de la izquierda), mientras que otras veces demuestra tristeza o melancolía (foto de la derecha). Ambos estados de ánimo quedan representados en la Virgen de manera sosegada y tranquila. Seguramente es un efecto óptico en el que no reparó el artífice de la imagen cuando la hizo ¿o sí?. Al fin y al cabo la Virgen muestra la alegría de la Redención al haber dado a luz al Salvador. Pero por otra parte tiene la tristeza de la Madre que va a ver morir a su Hijo.
   
Sonrisa de la Virgen de HuarteMelancolía en la Virgen de Huarte

La Virgen Blanca de Huarte es de esas imágenes singulares que establecen una relación especial con el que observa de manera detenida. Según palabras de la especialista Clara Fernández Ladreda: “Su calidad es innegable y la coloca en un puesto de primera fila dentro de la imaginería medieval mariana, pudiendo ser equiparada a cualquier ejemplar del resto de España o de Europa”.
   
La Virgen de Huarte es una imagen única dentro del arte en Navarra que bien merece ser visitada. Seguro que la Virgen Blanca agradecerá la visita con una bonita sonrisa.
     
Bibliografía:
Clara Fernández Ladreda: “Imaginería medieval mariana” Gobierno de Navarra, 1988.





















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