En las entradas anteriores de este blog ya hemos tratado sobre la escultura de la iglesia románica de Guerguitiáín. Vimos como el maestro Petrus, a partir de la observación de la naturaleza, crea en la piedra un mensaje que cristianiza símbolos paganos. Un mensaje que era accesible a los sencillos agricultores que habitaban estas tierras del Valle de Izagaondoa en la Edad Media.
Pero todavía quedan tres detalles sorprendentes de la iglesia de Guerguitiáin por descubrir. Ya hemos comentado que Guerguitiáin se encuentra en un ramal secundario del Camino de Santiago aragonés. Petrus también dejó huella de esta circunstancia en la portada de la iglesia.
Tal como ya se dio cuenta el principal estudioso de esta iglesia y del trabajo del maestro Petrus, Simeón Hidalgo, en la basa de las columnas de la portada se han representado patas de oca.
Tal como ya se dio cuenta el principal estudioso de esta iglesia y del trabajo del maestro Petrus, Simeón Hidalgo, en la basa de las columnas de la portada se han representado patas de oca.
Representación de las patas de oca en las columnas de Guerguitiáin |
La huella de la oca aparece en muchas iglesias del Camino. Y también la encontramos en la iglesia de San Martín de Guerguitiaín. Se encuentra en la base de las columnas de la portada que flanquean la entrada al templo. La iglesia de Guerguitiáin es una iglesia del Camino y las enseñanzas y mensajes que ya hemos comentado en las entradas anteriores también iban dirigidos a los peregrinos que por aquí pasaban.
Sobre las columnas se encuentran las caras que ya comentamos que podían simbolizar a la comunidad que vivía en Guerguitiáin en la Edad Media. Estas caras podrían tener un doble significado ya que, al estar sobre las columnas con las patas de oca, uno de los símbolos del Camino de Santiago, también serían la representación de los peregrinos que se acercaran al templo. Así las caras tendrían diferente lectura según quien las leyera.
Me viene también a la memoria una antigua leyenda romana. Las ocas salvaron de expolio el recinto sagrado del Capitolio de Roma ante el ataque de los galos en el año 390 a.C. Las ruidosas aves alertaron con sus graznidos de la proximidad de los atecantes, lo que posibilitó la defensa del Capitolio. Quizás, como en esta leyenda, las patas de oca en las columnas junto a la entrada de Guerguitiáin también sean símbolos protectores de lo sagrado.
Personaje sexual del canecillo de Guerguitiáin |
También en este caso podemos ir a la posible interpretación cristianizada del personaje. Sería una crítica al pecado de la lujuria, uno de los siete pecados capitales que marca la Iglesia. En el arte románico es habitual colocar en los canecillos figuras de pecadores y de monstruos y demonios. Tiene un sentido. Es como si eternamente sufrieran el castigo de aguantar el peso del techo del templo, ya que los canecillos están colocados justo debajo de la techumbre de las iglesias.
Y por último mencionaremos otra curiosidad de esta iglesia que también descubrió Simeón Hidalgo. Hidalgo ha pasado más de una noche en este solitario paraje. Petrus construyó la iglesia de tal manera que en el amanecer de los solsticios de verano la primera luz del día entrara por la ventana del ábside creando un efecto luminoso singular y simbólico. En el solsticio de verano el día es el más largo del año. La luz (Dios) se hace notar como nunca. Y esa luz que inunda la iglesia en esos amaneceres tan especiales hacen simbólicamente presente a la divinidad en la iglesia. En este enlace tienes la entrada al blog de Hidalgo donde comenta su descubrimiento y donde podemos ver una foto sacada por él en ese amanecer del solsticio de verano.
- Blog de Simeón Hidalgo
- Blog de Simeón Hidalgo
La iglesia de Guerguitiáin está cerrada habitualmente. No estaría de más que permaneciera abierta con algún cartel que indicara la obligación de respetarla y conservarla. Es una pena que por cuatro descerebrados que no saben comportarse los demás, los que nos acercamos al arte con respeto, tengamos que ver limitadas nuestras ganas de conocer y compartir. No obstante la iglesia de Guerguitiáin y la contemplación de su sencilla pero simbólica escultura hace de este un lugar muy especial. Para no perdérselo.
Bibliografía:
Hidalgo Valencia, Simeón: La ruta del maestro Petrus de Guerguitiáin. 2012
Hidalgo Valencia, Simeón: El mensaje en piedra del maestro Petrus. 2012
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