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SAN PEDRO DE LA RÚA EN PRIMAVERA Estella


Que duda cabe que cuando se unen monumentalidad y naturaleza cualquiera que tenga un mínimo de sensibilidad sentirá que se le llena el alma. Es lo que pasa, por ejemplo, con Roncesvalles o Leyre, enclaves que guardan en sus piedras mucha historia al tiempo que están rodeados de una naturaleza muy hermosa.
El otro día, sin esperarlo, encontré uno de esos enclaves singulares donde la naturaleza y el arte se hermanan para regalarnos belleza. 
Tras una primavera donde apenas habíamos visto el sol en Navarra amaneció un día radiante. Me animé a dar una vuelta por Estella, la capital del románico de Navarra, destino que siempre es un placer repetir.
Como otras veces entré en el claustro de San Pedro de la Rua, para volver a deleitarme con sus capiteles donde se narran escenas de la vida de Cristo y de los santos Lorenzo, Pedro y Andrés, patrono de Estella. 

Capiteles del claustro de San Pedro de la Rúa


Pero el claustro no era el mismo de otras visitas. En pleno junio, tras las incesantes lluvias de esa primavera, habían florecido radiantes las rosas que hoy ocupan las dos galerías que fueron destruidas por la voladura del castillo de Zalatambor en el año 1521.
El contraste entre las rosas de diferentes colores con el sobrio tono de la roca labrada de los capiteles era muy hermoso y relajante. Donde había habido destrucción cuando las rocas del castillo que se alzaba orgulloso sobre el claustro cayeron destrozando tanto arte medieval, ahora había surgido la naturaleza en toda su belleza en forma de delicados pétalos de vivos colores.
Explosión de colores en el claustro de San Pedro de la Rúa



Me costó dejar atrás el claustro y continuar mi paseo por Estella. Pero seguro que recordaré ese día de junio. También me prometí que no sería la última vez que visitara el claustro de San Pedro de la Rua en Primavera. Aquellas rosas, regadas con la abundante agua de esa primavera, ahora prometían un verano cálido y colorido. De alguna manera me hicieron saber que había acabado el largo invierno Navarro.
Rosas en San Pedro de la Rúa


Y no puedo acabar este artículo sin felicitar a quien se encarga de cuidar estas rosas. No se quién es, pero no me cabe duda del mimo que dedica para ayudar con su trabajo a crear tan hermosas flores. Que su interés no decaiga para que cada año podamos disfrutar del arte y la naturaleza en la monumental iglesia de San Pedro de la Rúa.

© Julio Asunción

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