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FESTIVAL ROMANO DE MENDIGORRÍA
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MAUSOLEO DE JULIÁN GAYARRE Roncal
En el Valle de Roncal, paraíso natural donde se encuentra el Pirineo más agreste de Navarra, se encuentra el mausoleo de Julián Gayarre, una de las obras escultóricas cumbres del gran Mariano Benlliure.
El mausoleo se encuentra en el cementerio del pueblo de Roncal, lugar de nacimiento del gran tenor Gayarre. Gayarre y Benlliure eran amigos. Se dice que se prometieron lo siguiente: si moría primero Gayarre Benlliure le haría un mausoleo. Si moría primero Benlliure Gayarre se comprometía a cantar en sus funerales. Gayarre fue el primero en morir.
Viendo el espléndido conjunto monumental uno puede apreciar la dedicación de Benlliure al realizar el panteón de su amigo. Mariano Benlliure es uno de los mejores escultores del siglo XIX. Esta obra es ejemplo de su gran maestría y, sin duda, una de las mejores muestras del arte de escultura en Navarra.
Una mujer llora desconsolada a los pies del sepulcro. Es la Música, que no puede hacer más que sentir la honda tristeza por la muerte de una de las mejores voces que ha dado la ópera.
El sepulcro está abierto. Dos mujeres elevan el ataúd hacia el cielo. Son la Armonía y la Melodía, amigas inseparables del arte vocal de Gayarre.
Un personaje alado acerca la cabeza al ataúd buscando oír alguna de esas notas gloriosas que tan sólo Gayarre sabía entonar. Es el Genio de la Fama. Fama ganada por el gran tenor cantando en las más prestigiosas óperas de Europa.
La ligereza de la composición es increible. Parece que el ataúd no pesa, que se eleva hacia los cielos, hacia la gloria, sin apenas esfuerzo por parte de las alegóricas mujeres. Admirable es también el trabajo del gran dosel que cae por detrás del sepulcro. Parece que en vez de ser de bronce fuera verdaderamente de tejido.
El hecho de que el mausoleo se encuentre en el encantador y apartado Valle de Roncal se debe al cariño de Gayarre por el pueblo que le vio nacer. Gayarre quería ser enterrado en Roncal. Murió en Madrid en 1890. Mariano Benlliure realizó el sepulcro en Roma entre 1891 y 1895. Pero la gran belleza y la calidad artística del mausoleo hizo que antes de recalar en el cementerio de Roncal fuera expuesto en Madrid y en París. En París obtuvo la Medalla de Honor de escultura de la Exposición Universal del año 1900. Tal era la admiración que suscitaba la obra funeraria de Benlliure que la reina regente María Cristina quiso que el mausoleo quedara en Madrid, en la Plaza de Isabel II, frente al Teatro Real, templo de la ópera donde tantas noches triunfó el tenor.
Pero la familia del tenor se negó. Valentín Gayarre, sobrino de Julián Gayarre fue el que más hizo para que esta gran obra de arte recalara en Roncal. Hoy reposa en el panteón, junto a su tío.
Así, en el pequeño pueblo de Roncal, la Música, la Fama, la Armonía y la Melodía, nos recuerdan a un humilde pastor roncalés que salió de su pueblo para admirar al mundo con su voz. Los escenarios de los teatros de la ópera donde actuó Gayarre han sido sustituidos por el telón de fondo de las montañas del Pirineo. Al fin y al cabo la Naturaleza no deja de ser una bella música para el espíritu. Viendo la belleza del entorno uno se pregunta si el tenor calló para siempre o si en algún lugar sigue cantando. Puede que la Fama, que acerca el oído al ataúd este escuchando una bella romanza...
© Julio Asunción
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EL CASTILLO DE BURGUI Y LA GUERRA DE NAVARRA
En la colina que domina la población pirenaica de Burgui, en Navarra, se tienen algunas de las mejores panorámicas del pueblo. Disfrutando de las vistas desde este privilegiado mirador, es difícil imaginar que hace quinientos años las laderas se cubrieron de cadáveres en uno de los episodios más sangrientos de la Guerra de Navarra (1512-1521)
Fernando el Católico había conquistado Navarra para Castilla en 1.512. Los reyes destronados, Juan y Catalina, con la ayuda de Francia, intentan recuperar el trono.
Uno de esos intentos llevó a tropas franco-navarras al valle de Roncal. Las dirigía el general francés La Palice. Su intención era avanzar hacia Pamplona, el corazón del reino.
Pero en su avance se encontraron con el castillo de Burgui, que se encontraba en esa colina que domina visualmente el valle y el estrecho desfiladero de la Foz de Burgui. Desde antiguo había sido un bastión estratégico para el control del valle de Roncal y punto de defensa principal en la frontera del reino de Navarra con Aragón.
Era imperativo tomar el castillo para no dejar la retaguardia del ejército desprotegida. La toma del castillo de Burgui se convertiría en uno de los episodios más sangrientos de la Guerra de Navarra.
Las guarnición castellana, dirigida por el capitán Valdés, se defendió con uñas y dientes durante dos días de asedio con un millar de hombres ante un ejército de 15.000. A pesar de esta desproporción de fuerzas los castellanos ocasionaron numerosas bajas en las tropas franco-navarras. Hubo cerca de 1.000 muertos en el bando de Juan de Albret. Tras la muerte del capitán Fernando Valdés en medio de una de las refriegas, los defensores del castillo se rindieron. Aunque en la capitulación se acordó respetarles la vida lo cierto es que todos fueron pasados a cuchillo.
Lo cierto es que esos dos días pudieron ser claves en el desenlace de la campaña. La intención de La Palice era llegar a Pamplona antes que las tropas del Duque de Alba que se retiraban dese Roncesvalles para hacerse fuertes en la capital del reino. El Duque de Alba llegó primero a Pamplona, hecho que a la postre llevó al fracaso la intentona de Juan de Albret por recuperar el reino.
Hoy del castillo de Burgui apenas queda nada. Sólo encontré unas hileras de muralla cerca de la ermita de la Virgen del Castillo, pero seguro que una excavación arqueológica podría sacar a la luz más restos de la fortaleza.
Hay dos versiones sobre la desaparición del castillo. La primera dice que fue cuando el cardenal Cisneros dio orden de destruir las fortificaciones de Navarra para mejor controlar el reino recién conquistado.
La otra versión es totalmente contraria. El cardenal Cisneros mandó reparar el castillo y dotarlo de alcaide y soldados. Pero poco después fue abandonado al carecer de valor estratégico ya que Aragón y Navarra ya no marcaban frontera al estar unidos bajo un mismo rey. El castillo desapareció al usarse como cantera para usar las piedras de sus murallas para la construcción de la iglesia y de muchas casas del pueblo.
Hoy el cerro desnudo se ofrece al visitante como un gran balcón abierto al valle de Roncal. Desde arriba se tiene una buena panorámica del hermoso puente medieval que cruza el río Esca.
La tranquilidad del lugar no hace sospechar lo que pasó aquí en octubre de 1512. Pero la Historia siempre deja su huella.
MARCHA CONTRA EL CÁNCER DE LA AECC
El pasado día 1 de junio se celebró en Pamplona la Marcha contra el cáncer organizada por la AECC, la Asociación Española contra el cáncer de Navarra.
Cualquier iniciativa que nos recuerde que todos debemos luchar juntos contra esta terrible enfermedad merece tener la máxima difusión posible.
En este vídeo recogí algunos momentos de la marcha. Más de 2.000 corredores y caminantes colaboraron en esta feliz iniciativa. Esperemos que la idea prospere y que todos los años podamos recorrer las calles de Pamplona solidarizándonos con los afectados por la enfermedad.